Las cuentas catalanas

Govern y PSC esprintan para intentar salvar los presupuestos

Una jornada maratoniana de seis horas de negociación no resuelve todavía los últimos flecos que el PSC considera "no menores" mientras ERC da el acuerdo por encauzado

El líder del PSC, Salvador Illa, dirigiéndose al 'president' Aragonès durante el pleno del Parlament

El líder del PSC, Salvador Illa, dirigiéndose al 'president' Aragonès durante el pleno del Parlament / ACN

Sara González

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Ni tan siquiera una maratón de seis horas de reunión entre mañana y tarde ha sido suficiente aún para lograr desencallar el acuerdo de los presupuestos. Que ERC diera su brazo a torcer con la B-40 el pasado jueves, un sapo que ha tenido que digerir a marchas forzadas, no ha servido para que el encuentro de este lunes con el PSC fuera cosa de sentarse y firmar el pacto. A pesar de que ambas partes subrayan que mientras haya interlocución hay esperanza, los republicanos aspiraban a poder sellar la entente ya para que el Govern pudiera aprobar las cuentas este martes para enviarlas al Parlament, una expectativa que, de nuevo, se ha visto frustrada. "Quedan flecos que no son menores", replican los socialistas. Este martes continuarán las conversaciones.

El PSC no ha precisado de qué van esas carpetas aún pendientes, aunque ya habla de "últimos flecos". Tampoco ha concretado si el gran nudo gordiano es el aeropuerto del Prat y cómo se intenta buscar un punto medio entre la "ampliación" que defienden los socialistas y la "modernización" que abanderan los republicanos. De hecho, si la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha señalado como "buen síntoma" que los encuentros sean tan largos, el partido de Salvador Illa interpreta justo lo contrario: si se están invirtiendo tantas horas es porque todavía quedan asuntos por dirimir. Lo que sí que dejan claro en la sede de Pallars es que las próximas horas tienen que ser decisivas para desbrozar si hay acuerdo o si, por contra, la negociación acaba saltando por los aires. Públicamente, republicanos y socialistas manifiestan que su vocación es el primero de los escenarios, que defienden que se produzca cuanto antes.

Al encuentro de este lunes en Palau, que ha empezado por la mañana y se ha retomado por la tarde, ha vuelto a participar junto a la 'consellera' de Presidència, Laura Vilagrà, la 'consellera' de Economia, Natàlia Mas, que en las últimas dos semanas había dejado de asistir porque, según fuentes del Govern, ya estaban cerradas las partidas económicas y que solo quedaba por resolver los polémicos macroproyectos. Si ahora ha vuelto a la mesa, argumentan, es porque "se está cerrando el documento final". A la comitiva socialista que lidera la portavoz en el Parlament, Alícia Romero, se ha sumado el diputado Jordi Terrades, encargado del área de infraestructuras. La duda es ahora si la operación para intentar salvar las cuentas llegará o no antes de que la huelga de los profesionales de la sanidad continué este miércoles. El Govern fía buena parte de la respuesta a las demandas de los sanitarios a, precisamente, que haya unos nuevos presupuestos que garanticen la incorporación de más recursos.

Lo que sí se ha constatado es que desde la cesión de ERC con la B-40 el PSC ha rebajado los decibelios. La portavoz socialista, Elia Tortolero, siguiendo la estela de Illa en los últimos días, ha celebrado "el paso importante" que ha supuesto que el Executiu haya asumido la ejecución de la carretera entre Sabadell y Terrassa pese a ser una "contradicción" que puede tener costes sobre el territorio en las elecciones municipales. El PSC saca pecho de su logro bajo el argumento que así se respeta la "voluntad" del Parlament, cuya mayoría se pronunció de nuevo la semana pasada a favor de las infraestructuras que reclama, pero también la de los territorios que albergan esos proyectos, además de suponer que el Govern acepta que son "necesarias para que Catalunya prospere".

Una vez más, los socialistas han insistido en que su propuesta es "de mínimos" y que, por lo tanto, esperan que las cesiones del Govern lleguen también con el resto de sus demandas. Los republicanos, por su parte, han hecho hincapié en que "no se entendería" que las negociaciones se dilataran aún más tras el "gesto de responsabilidad" que aseguran que supone haber aceptado el cuarto cinturón. Más fuera que dentro, Junts prepara el terreno argumental por si la entente entre ERC y el PSC fructifica. Su portavoz, Josep Rius, ha advertido de que sellar una alianza con los socialistas supondrá poner "punto y final a la legislatura del 52%".

Los Comuns, por su parte, continúan ejerciendo un papel de Pepito Grillo ante el bloqueo de la negociación de presupuestos. El grupo liderado por Jéssica Albiach en el Parlament ha levantado la voz para exigir al PSC que deje de "marear la perdiz" y piense en las necesidades de la sanidad y la educación pública en lugar de centrarse en los macroproyectos y ha pedido también al Govern capacidad para poner fin a lo que consideran que se ha convertido en un "sainete".

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