29º congreso de ERC

Marta Rovira rescata la creación de un 'sanedrín' pero sin "tutela" de Puigdemont

La número 2 de republicana arremete contra Junts y les recuerda que el "partido grande" es ERC

Marta Rovira interviene virtualmente en el 29è Congrés Nacional de ERC, en Lleida

Marta Rovira interviene virtualmente en el 29è Congrés Nacional de ERC, en Lleida / BERNAT VILARÓ\ACN

Xabi Barrena

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En el reparto de papeles entre la cúpula de ERC, en el congreso de la fuerza que se celebra en Lleida, Marta Rovira ha jugado el papel de ariete contra Junts. Por todos los frentes. Desde reivindicar la jerarquía de su partido, por encima de la fuerza posconvergente a afear la nula influencia de ese espacio político cuando tenía escaños en Madrid para hacerlo, pasando por advertir que la unidad es necesaria, pero que los republicanos no aceptarán "tutelas", en clara referencia a la permanente voluntad de Junts por erigir a su líder fundador en jefe del independentismo catalán.

Poco o nada se refirió Rovira a lo más inmediato, la cesión en la B-40. Lo suyo es la mirada "estratégica", y en esa clave pensaron los republicanos este congreso, el del pistoletazo de la 'fase referéndum', empezando por la propuesta de claridad de Pere Aragonès.

Rovira defendió la herramienta referendística por ser la más "inclusiva" y porque "solo los "demofóbicos", los que tienen miedo a la democracia, "se desvinculan de ella". Y ya puestos en esa fase, llamó a "recuperar" la mayoría del 1-O y la del 3-O y, para ello, "se precisa unidad".

"Cuando más ha avanzado el movimiento independentista ha sido cuando ha cogido la urna como icono. Y si queremos ganar, tenemos que reivindicar espacios de debate honestos", dijo la número 2 de ERC desde Ginebra, donde reside, en referencia al consejo director o 'sanedrín' donde estén presentes todas las fuerzas y entidades. Unos espacios creados "desde la libertad de cada uno, libertad de pensamiento y sin tutelas y apriorismos", sentenció. No mentó a nadie, pero se le entendió todo.

La creación de un estado mayor fue una de las tres grandes condiciones que puso Junts para no salir del Govern. Pero ERC siempre, ya desde la negociación para el pacto de investidura, se ha opuesto de que este 'sanedrín' se edifique alrededor de Puigdemont. De hecho, el propio Pere Aragonès señaló en su primer debate de investidura (el fallido") que el 'president' no puede rendir pleitesía a nadie.

Entre otras cosas porque después atacó "a los que quieren desgastar al 'president' Aragonès por los presupuestos" en un "exceso de partidismo, de tacticismo, de mirada corta". Son los mismos, dijo, que "lanzan propuestas vacías", se supone que en referencia a la expresada voluntad de 'hacer efectivo el mandato del 1-O' que menudea en los argumentarios posconvergentes. Ante ello, y en clave de presupuestos, Rovira señaló que "las necesidades de la gente son las de ERC: cómo se llega a final de mes, cómo se reconstruye el país".

Otro de los dardos a Junts lo lanzó cuando presumió de los resultados del diálogo con el Gobierno. "Esta ha sido la primera vez que ERC ha podido influenciar la legislatura española. Y hemos conseguido que el Ejecutivo reconozca que hay un conflicto político. Otros, con muchos más años de posible influencia nunca los hicieron sentar en una mesa de diálogo", aseveró. Y estos 'otros', además, se emplean a fondo por criticar al Govern por sus negociaciones en Madrid valiéndose, incluso de "mentiras", para ello.

Y, para finalizar, un mensaje a medio camino del rearme moral de la militancia y del aviso al adversario posconvergente. "Somos el partido grande que defiende a Catalunya en todas partes. Desde la presidencia de la Generalitat, en las Cortes españolas, en Bruselas, en Estrasburgo, en la ONU, pero también en los micro-pueblos y en las grandes ciudades", afirmó vanagloriándose de la mayor implantación electoral y territorial republicana.