Negociación de las cuentas

Aragonès traspasa la responsabilidad al PSC tras la cesión de ERC en la B-40

El 'president' asume "el coste político" de la concesión en favor de los presupuestos y alega que Illa ya no tiene razones para no cerrar un acuerdo

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aragonès / Laura Busquets (Acn)

Xabi Barrena
Júlia Regué
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La partida de ajedrez entre el Govern monocolor de ERC y el PSC sigue viva. Después de que Esquerra haya cedido y haya votado a favor de la moción socialista que contempla la construcción de la autovía orbital B-40, específicamente en el tramo Terrassa-Sabadell, el 'president' Pere Aragonès ha comparecido ante los medios en el Palau de la Generalitat para redoblar la presión a Salvador Illa. Así, ha traspasado toda la responsabilidad de que, ahora, ya sin el gran obstáculo del cuarto cinturón, no haya visos de que se vayan a aprobar los presupuestos.

ERC ha presentado lo sucedido esta mañana como una especie de gambito de dama: un 'yo cedo en algo troncal de mi programa a cambio de las cuentas'. El Govern, pues, ha querido exhibir su concesión para que la respuesta socialista socialista, a ojos de los republicanos, no pueda ser otra que poner día y hora a la firma del acuerdo. "La disyuntiva no es entre presupuesto y prórroga, la decisión a tomar es entre atender a las necesidades del país o frenar el país por electoralismo", ha advertido a Illa. "No hay más tiempo que perder. Hay que actuar con realismo y responsabilidad [...] No contemplamos otra opción que no sea la aprobación del presupuesto", ha remachado.

De esta forma, ha dicho que asume "la contradicción, el coste y el desgaste político y personal" de haber cedido con un proyecto que no forma parte de su "modelo de país" --y es una obra, además, del Estado, que ya la podría haber hecho"--, porque "en el siglo XXI la movilidad pasa por el transporte público", pero ha defendido la maniobra ante la "necesidad y la urgencia" de que haya presupuestos este año. Así que ya no hay "ningún escollo ni excusa" para que no haya cuentas en Catalunya, ha rematado, no sin recordar el espaldarazo que recibió de los sindicatos y las patronales.

"La negociación del presupuesto parece una subasta continua [...] Nos hemos movido en una cuestión muy importante. Todas las partes tienen que hacer cesiones. Había unas condiciones que se habían hecho públicas y estas condiciones se han cumplido. Hay que dar respuesta a la situación económica y social tan dramática, dejar 3.800 millones sin asignación presupuestaria no sería responsable. La decisión corresponde al PSC", ha insistido.

La postura del PSC

Después de que el PSC y Junts se aliaran el miércoles para cortocircuitar el plan b del 'president' Aragonès, que consistía en ir decreto a decreto inyectando recursos en escenario de prórroga de no lograr unos nuevos presupuestos, los republicanos han cedido al ver que el Govern podía quedar debilitado, atado de pies y manos a los designios de los dos partidos, con fuerza suficiente para que el Parlament fuerce al Govern con proyectos y nuevas partidas que no agradan a ERC. Y es que socialistas y posconvergentes consiguieron que la prórroga de los presupuestos de 2022 se tramitara como proyecto de ley y, así se garantizaron una vía para aprobar, a través de enmiendas, nuevas partidas, puenteando, si conviene, a Aragonès.

Puertas adentro, los republicanos están convencidos de que la B-40 no era más que una "excusa" para no pactar el proyecto presupuestario y de haber decantado a su favor el relato público del debate. Si se alarga la prórroga presupuestaria, esta será culpa del PSC, alegan, que deberá plantearse qué hacer en el Parlament cuando los sucesivos decretos ley que el Executiu aprobará para subsanar la falta de cuentas, especialmente los 1.284 millones de más para la sanidad catalana (en esta semana de huelga), lleguen para su ratificación en la Cámara catalana. Pero los socialistas no las tienen todas: ya avisan de este no era el "único" escollo porque "tampoco está cerrada la ampliación del aeropuerto". El primer secretario del PSC se pronunciará sobre el movimiento de Aragonès en una comparecencia a las 16.30 horas en el Parlament.

Los republicanos están convencidos de que el afán de Illa es provocar una presión insoportable al Govern que derive en una convocatoria anticipada de elecciones. “Y la razón es demoscópica”, apunta una fuente de ERC que señala que los sondeos "detectaron que la ruptura de Govern nos pasó factura, pero desde hace unas semanas la recuperación de Esquerra es palpable y ellos [los socialistas] muestran una tendencia a la baja”, sanciona esta fuente.

Los republicanos contaron la plena comprensión de los Comuns. Beneficiados ambos partidos de que la gran demanda del PSC depende, presupuestariamente, del Estado, los Comuns trasladaron a ERC este jueves que mientras no hubiera asignación de dinero a la B-40, el pacto seguía en pie.