Comparecencia en el Congreso

Sánchez: "El 'procés' ha terminado, no hay unidad independentista ni unilateralidad"

El presidente perfila su discurso en este año electoral: contrapone su modelo al del PP, saca pecho de la situación económica y ataca la visión "apocalíptica" de Feijóo

Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.

Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados. / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Juan Ruiz Sierra
Miguel Ángel Rodríguez
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La larga precampaña electoral arrancó este martes en el Congreso de los Diputados con la primera comparecencia de Pedro Sánchez en este nuevo año. El motivo oficial de la convocatoria consistía en que el presidente del Gobierno diera cuenta de las dos últimas reuniones del Consejo Europeo, y el líder socialista se detuvo en ellas, pero sobre todo sentó las bases del que será su discurso durante un 2023 abundante en citas ante las urnas, con las municipales y autonómicas de mayo como primera estación y las generales del próximo invierno como meta final. “No hay mayor patriotismo que reducir la brecha social”, dijo desde la tribuna. 

Sánchez encara la sucesión de elecciones con un guión muy definido. Un Gobierno para la “mayoría social”, no para una “minoría poderosa”. La recuperación del prestigio internacional de España de la mano de unas recetas económicas que han provocado que la inflación y el precio de la electricidad sean aquí los más bajos de la UE. Constantes comparaciones con el PP y su “respuesta neoliberal” a la crisis financiera de la década pasada. Críticas a Alberto Núñez Feijóo y sus “profecías apocalípticas” basadas en el presunto advenimiento de unas “crisis profundísimas” que nunca acaban de llegar. Y poco énfasis en la crisis territorial. “Hoy, nadie duda de que Catalunya y por tanto España están mejor que en 2017”, se limitó a decir durante su primera intervención. Ya en el turno de réplica, en el que elevó aún más el tono contra la derecha, elaboró su conocida tesis de que el 'procés' había "acabado". El "movimiento independentista", admitió el presidente, sigue vivo, pero no el 'procés', entendido como la "unidad independentista, la unilateralidad y la confrontación". Porque ahora, dijo, "hay diálogo".

El objetivo de toda la intervención, explicaron después fuentes de la Moncloa, fue "contraponer modelos" con el PP, más aún después de la manifestación de la derecha el pasado sábado en el centro de Madrid. "Unos tipos que dicen que España se rompe, congregados en Cibeles con banderas falangistas e insultando al presidente. Feijóo que no ha hecho ninguna propuesta económica y ha votado en contra de todo", señalaron los colaboradores del jefe del Ejecutivo.

“La respuesta neoliberal del gobierno de entonces -dijo Sánchez sobre las políticas de su antecesor en la Moncloa, Mariano Rajoy- fue imponer, sin acuerdo social, una contrarreforma laboral que aceleró el despido masivo de trabajadores, devaluó sus salarios y sus condiciones laborales. (...) A los ciudadanos que estén siguiendo este debate, les doy dos datos elocuentes: con la respuesta neoliberal, se tardaron ocho años en recuperar los niveles previos del Producto Interior Bruto (PIB), y diez años los niveles de empleo previos a la crisis financiera. Con la respuesta social que estamos dando, en dos años, hemos recuperado el nivel de empleo previo a la pandemia, pronto recuperaremos los niveles de PIB, y la desigualdad no ha aumentado como sí sucedió durante la crisis financiera”.

La verdadera “unidad” de España

Tras repasar las dos últimas citas en Bruselas, su paso por el Foro de Davos y la cumbre hispano-francesa celebrada la semana pasada en Barcelona, el jefe del Ejecutivo se detuvo en las medidas sociales aprobadas en el Consejo de Ministros del último año para hacer frente a las consecuencias de la invasión rusia de Ucrania, que horas antes había ratificado el Congreso: bajadas del IVA a los alimentos básicos y congelación de los alquileres, entre otras. 

“Estas medidas no sólo sirven a la causa de la cohesión social: unen España -concluyó-. La unen de un modo muy distinto al que algunos tienen en la cabeza cuando se arrogan la exclusividad del patriotismo. No hay mayor patriotismo que el que reduce la brecha social y avanza en igualdad de oportunidades". 

Un respaldo tímido

Sánchez se encontró con el respaldo a medio gas de Unidas Podemos, sus socios en el Gobierno, que le reclamaron "más ambición" a la hora de legislar. "Le pido que no nos conformemos", le reclamó el portavoz morado, Pablo Echenique, antes de reivindicar la necesidad de poner en marcha medidas como la limitación de los precios de los alimentos o la aprobación de la ley de vivienda. No fue el único. Todos los socios habituales del Gobierno exigieron al jefe del Ejecutivo más "valentía". 

"No le echará de la Moncloa indultar a los presos políticos, [...] en toco caso le puede llegar a echar de la Moncloa un exceso de prudencia en lo social", le espetó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Tirando de ironía, aplaudió que el líder socialista apareciera en la cumbre de Davos como un "Che Guevara con corbata", pero le propuso llevarlo a la práctica a través de medidas. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, también le pidió que "predique con el ejemplo de Davos". "Grandes palabras, tímidos hechos", sentenció. 

El último aviso le llegó del PNV. Su portavoz, Aitor Esteban, le pidió "cuidar a los socios parlamentarios". "No pretenda llevarnos este año de la soga, tirando y provocando debates legislativos que en lo ideológico pueda tensar más las costuras del circunstancial traje de la alianza gubernamental. No piense que todo está hecho y que tiene el campo libre de cara al debate electoral", le advirtió.