El Govern, a la espera de la respuesta del PSC a su oferta sobre la B-40 para facilitar los presupuestos

El encuentro que Pere Aragonès y Salvador Illa mantuvieron el sábado en Arenys de Mar tuvo una primera consecuencia, la entrada en escena de las personas de máxima confianza de ambos en la arena negociadora de los presupuestos catalanes para 2023. El 'president' y el líder de la oposición delegaron en la Consellera de Presidència, Laura Vilagrà, y en la portavoz parlamentaria, Alícia Romero, respectivamente, los siguientes pasos a seguir. Ambas se reunieron el lunes en el Palau de la Generalitat.

Según fuentes conocedoras de lo tratado, en la cita se habló "mínimamente de un detalle sobre el aeropuerto de El Prat y, el resto, de la B-40", confirmando, así, lo publicado por este diario que la autovía orbital suponía, en este momentos, el último escollo a sustanciar para que el PSC dé apoyo a los presupuestos de la Generalitat. En esa reunión, Vilagrà trasladó a Romero una propuesta sobre la B-40 que, al cierre de esta edición, aun no cuenta con la respuesta socialista.

ERC y la realidad

En rueda de prensa, en el Parlament,  Romero ha asegurado que en la negociación "está fallando el sentido de la realidad por parte de ERC", y ha sostenido que no solo hay escollos en los proyectos que pide el PSC --como la ampliación del aeropuerto, el Hard Rock y, singularmente, la B-40--, sino también en la partida para reducir listas de espera, el freno a la apertura de nuevas delegaciones en el exterior y la suspensión del programa piloto de la renta básica.

En cuanto al cuarto cinturón, la portavoz parlamentaria del PSC ha detallado que su fuerza pide al Govern aceptar llevar a cabo la conexión entre Terrassa, Sabadell y Castellar del Vallès, un proyecto en el que asegura que ERC tiene una "visión minoritaria" y que se opone a la posición de los ayuntamientos.

En tanto, los republicanos tratan de descifrar las acciones de los socialistas que, algunos, dicen no entender. "Está todo cerrado a falta de la B-40, es decir, se ponen en peligro todas las ventajas para los ciudadanos con que dota un nuevo presupuesto por no se sabe exactamente qué" señala una fuente que apunta que quizá los socialistas esperan que pase la cumbre del jueves en Montjuïc.

El motivo, especulan los republicanos sobre lo que ocurre en casa ajena, sería el intento de los socialistas de no tener que dar explicaciones, más allá del Ebro, de por qué Pedro Sánchez pacta con el partido independentista que, al tiempo que cierra un acuerdo, se manifiesta contra el presidente del Gobierno. Esta misma voz niega, con todo, que sean ellos los que eviten el pacto antes de la cumbre para evitar que los abucheos del independentismo unilateralista suba varios decibelios. "Nos silbarán, pase lo que pase. Queremos los presupuestos, ya", sentencia esta fuente.

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