Cuentas de la Generalitat

La B-40, el último gran escollo para el pacto de presupuestos entre ERC y el PSC

El Govern prepara una última oferta a los socialistas con el fin de resolver el debate esta misma semana

El 'president' Pere Aragonès y el líder del PSC, Salvador Illa, en el Parlament

El 'president' Pere Aragonès y el líder del PSC, Salvador Illa, en el Parlament / ALEJANDRO GARCÍA / EFE

Sara González
Xabi Barrena
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“Los números están cerrados”. Varias fuentes republicanas, del Govern y del partido, insisten en señalar que la negociación meramente presupuestaria entre el Executiu y el PSC, la que implica un debate sobre las partidas y usos del dinero para 2023, concluyó hace días. Queda, pues, por solventar aquellas cuestiones que trascienden de las cuentas catalanas y en las que los socialistas pretenden lograr un compromiso del Govern de adhesión a una serie de macroproyectos que, en algunos casos, deberá financiar el Estado. 

Los macroproyectos en debate son, sobre todo, tres. El complejo turístico de Hard Rock, en el Camp de Tarragona; la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat y la construcción de la B-40, la tercera autovía orbital a Barcelona, aunque se la numerara, hace décadas, como Cuarto Cinturón porque la hoy Ronda del Mig se la consideraba la primera circunvalación. Y de estos tres, el que según fuentes republicanas puede suponer un verdadero obstáculo, es el de la autovía.

La exigencia del PSC es también temporal. Da dos meses para firmar el convenio para la financiación de la B-40 y acordar la ampliación del aeropuerto durante el primer semestre de 2023, así como aprobar de forma definitiva el plan director del Hard Rock para que se inicien las obras este mismo año. 

Hay un cuarto elemento del que se habla menos, pero no por ello menor: firmar en dos meses el contrato-programa de Rodalies, una de las cuestiones más candentes de la comisión bilateral de infraestructuras. Por mucho que el Govern insista en que el acuerdo sobre estos proyectos debe transitar al margen de las cuentas, Salvador Illa insiste en que deben tener un “reflejo presupuestario” y está “a la espera” de una respuesta del 'president' Pere Aragonès.

Reunión positiva

Fuentes del Govern aseveran que la reunión sabatina entre Aragonès e Illa “fue bien”. Y que en breve el Executiu trasladará una nueva propuesta, que tiene visos, dicen los republicanos, de ser la última y definitiva. Y es que según se avanza en el calendario, y más se acercan las elecciones de mayo, tanto para los republicanos como para los socialistas (PSOE y PSC) más complicado está que los implicados deseen aparecer en una foto conjunta en un apretón de manos.

De hecho, los republicanos afirman ”no entender qué busca el PSC”. No entienden por qué no se ha formalizado ya un pacto presupuestario para un ejercicio en el que unas nuevas cuentas “son tan trascendentes, por ejemplo, para la sanidad catalana”. Y según estas fuentes, en el caso del complejo turístico no hay ningún veto republicano. Recuerdan que el impulsor del proyecto actual, tras reducir los casinos de seis a uno, fue la propia Conselleria de Economia en tiempos de Oriol Junqueras, aun a desagrado personal suyo. “El manejo de los tiempos de la tramitación del proyecto no es cuestión del Govern y presionar para acelerarlos sería ilícito”, apuntan fuentes de Esquerra.

'Mejora' del aeropuerto

Tampoco el aeropuerto presenta un obstáculo insalvable. Desde hace unos meses ERC trabaja en una propuesta propia de mejora del aeropuerto que pasaría por optimizar “la gestión”. Ahí, las líneas rojas pasarían por respetar los espacios naturales y no denominar los trabajos resultantes como ‘ampliación’ y sí como ‘mejora’ para lograr una mayor conectividad intercontinental del aeródromo barcelonés.

Lo más arduo es la autovía. Una obra más propia de los años 80 y 90, cuando, sin ir más lejos, se construyeron, sin dilaciones, sus ‘homólogas’ madrileñas (M-45 y M-50). ERC insiste en que, y de lo que se trata es mejorar la capilaridad de la red viaria en el Vallès, ello se puede conseguir con una serie de micro-operaciones. Y que, en cualquier caso, nunca se prestarán a ejecutar el tramo entre Terrassa y Granollers, por cuanto medioambientalmente no se sostiene. Así las cosas, según algunas fuentes, el Govern se podría comprometer a diseñar un pequeño tramo del proyecto existente (solo el dibujo, porque el dinero y la ejecución corren a cargo del Estado).

Por mucho que los republicanos esbocen esta semana como el tiempo límite para tejer un pacto, el líder del PSC mantiene que ni se va a levantar de la mesa ni va a sucumbir a una presión de carácter temporal. Y si al Executiu le acaba ganando la urgencia y aprueba las cuentas sin tener una entente sellada, los socialistas aseguran que se puede dar por seguro que presentaran una enmienda a la totalidad para tumbarlas.

Aritmética diversa

Illa ha vuelto a reivindicar que esta es una negociación entre dos partes con el mismo peso porque tanto el PSC como ERC tienen 33 diputados y que justamente por eso ambos están obligadas a “ceder”. Algo que los republicanos niegan, recordando que su proyecto ya cuenta con el visto bueno de los 'comuns', es decir, el 'marcador' es de 41 a 33.

Y desde la barrera observan el baile negociador los ‘comuns’, que aseguran tener la palabra del ‘president’ de que no se alterará ni una coma del acuerdo firmado hace ya un mes. El grupo de Jéssica Albiach critica las “idas y venidas” de los socialistas y, además de pedir “responsabilidad” a todas las partes, ha dejado caer, no inocentemente, que espera que la cumbre del jueves no sea el motivo por el que se está dilatando el pacto.

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