Cumbre hispano-francesa

Aragonès en el MNAC, Junqueras en la protesta: ERC activa su bicefalia para responder a Sánchez

Los republicanos tratan de presentarse como la fuerza que combina el orden de las instituciones con la reivindicación independentista

El 'president', Pere Aragonès; el líder de ERC, Oriol Junqueras; y la portavoz del partido, Marta Vilalta.

El 'president', Pere Aragonès; el líder de ERC, Oriol Junqueras; y la portavoz del partido, Marta Vilalta. / David Zorrakino / Europa Press

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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A un lado, junto a las Quatre Columnes de Josep Puig i Cadafalch, en Montjuïc, Oriol Junqueras, al frente de la delegación de ERC que se integrará en la convocatoria unitaria en protesta por la celebración de la cumbre. Al otro lado del cordón policial (dirigido por el también republicano 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena), en el MNAC, Pere Aragonès como invitado a la reunión entre el jefe del Estado francés, Emmanuel Macron, y el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez. ERC activa una de sus  bicefalias (la más 'peneuvista', con el presidente del partido y el de la Generalitat) para dar una respuesta a Sánchez que cubra todos los flancos.

Los republicanos consideran, puertas adentro, que las palabras y los hechos llevados a cabo por Sánchez desde que se aprobara la reforma del Código Penal van más allá del lógico y casi pactado distanciamiento mutuo que ambas fuerzas quieren tomarse, en vistas a las contiendas electorales de este 2023.

Considera ERC que en su afán por deshacerse del acoso de la oposición, la política y la judicial, enervada por esa reforma de la carta de delitos, Sánchez se ha pasado de frenada y ha tratado de segar la hierba bajo los pies de Esquerra. Las reiteradas proclamas de que el ‘procés’ ha muerto y la expresada voluntad de demostrar, mediante una plácida cumbre hispano-francesa, que Catalunya bajo el mando del ‘sanchismo’ es un remanso de paz en el que el independentismo es un vago recuerdo, atacan a la línea de flotación de ERC. 

El mandato de Aragonès se erige, pensaron en su día los republicanos, por ser el único que podía combinar el realismo en la gestión, especialmente en el ámbito de la economía y la creación de riqueza, con la aspiración soberanista. Junts pone el acento en lo segundo, desarrollaron en la sede de la calle de Calàbria en 2021, mientras que el resto de partidos, cómodos con el ‘statu quo’ actual, ni pierden dos minutos en ello.

Y esa dualidad es, precisamente, el esqueleto de la respuesta que los republicanos darán a ese intento de Sánchez de demostrar que su agenda del reencuentro ha funcionado. Con Aragonès, como ‘president’, en el papel institucional, felicitándose de esa tubería entre Barcelona y Marsella que deberá transportar hidrógeno y con Junqueras demostrando que el independentismo es y estará

Posición republicana

Los republicanos han logrado, además, que la manifestación que tenía su origen en la protesta contra la propia celebración de la reunión, instigada por el propio Carles Puigdemont, contará, a la postre con un lema que describe la posición de ERC: ‘Aquí no s’ha acabat res’. 

Sin embargo, esta es una situación no deseada por los republicanos. Entre el 30 de diciembre y el 10 de enero, en que se hizo público que Aragonès asistiría a la cumbre, los republicanos se esforzaron en hacer patente en que la decisión de llevar a Barcelona la reunión hispano-francesa era exclusivamente de la Moncloa y que la parte catalana nada sabía de ello. Todo ello acompañado del genuino enfado que aún perdura.

Fuentes del Ejecutivo catalán señalaron a este diario, sin embargo, que el Executiu tuvo conocimiento de los planes de Sánchez. No como consulta o petición de permiso, sino como hecho consumado y por razones prácticas, no en vano había que montar un operativo de seguridad para la cumbre. Reforzado, además, por la previsible (tal y como ocurrió) reacción del independentismo.

Negociación cercana

Otro factor que inquieta a los republicanos es la cercanía entre la negociación presupuestaria entre el Govern y el PSC. Es decir, la ya esperada belicosidad del secesionismo unilateralista contra el republicanismo ‘pactista’ puede verse potenciado por el pacto con los socialistas catalanes. Sobre todo si se llega a este acuerdo, y se sanciona públicamente, en las vísperas de la cumbre.

Con todo, aseveran fuentes de ERC, ello no hace variar un ápice la voluntad de Aragonès de aprobar, hoy mejor que mañana, caiga cuando caiga en el calendario, las cuentas de 2023. “Sea como sea vamos a tener ‘movida’ en la manifestación igual, así que el mejor antídoto es aprobar ya los presupuestos”. Una forma de decir que ERC ya da por perdido al irredento elector unilateralista y trata de acercarse a capas de la sociedad más sensibles a las mejoras sociales.

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