Consejo nacional republicano

Junqueras retorna a la presión a Junts por las cuentas catalanas y desoye las exigencias del PSC

El líder de ERC llama a los posconvergentes a superar su "egoísmo" y a "arremangarse" por los presupuestos de la Generalitat

El president d'ERC, Oriol Junqueras, intervé en el 30è Congrés Nacional de Jovent Republicà al Rector de la Universitat de Lleida.

El president d'ERC, Oriol Junqueras, intervé en el 30è Congrés Nacional de Jovent Republicà al Rector de la Universitat de Lleida. / Salvador Miret / ACN

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Oriol Junqueras ha retomado este fin de semana el pulso a la política catalana tras su periplo de casi 15 días por América Latina. Y en un momento en que los focos se dirigen a la relación entre ERC y el PSC, a cuenta de los presupuestos, porque el ‘no’ de Junts se da ya por seguro, el presidente de ERC ha optado por dar dos pasos atrás y centrarse, de nuevo, en los posconvergentes. El republicano ha llamado a JxCat a abandonar su “egoísmo” y a “arremangarse” en favor de los presupuestos de la Generalitat. Todo ello con el PSC exigiendo al 'president' Pere Aragonès que decida con quién quiere pactar las cuentas.

Las palabras de Junqueras se produjeron pocas horas después de que el portavoz de Junts, Josep Rius, explicara sus sospechas de que en realidad ERC y el PSC tienen ya cerrado un acuerdo de reciprocidad entre las cuentas del Estado y las de la Generalitat, y por ello movió ficha y advirtió de que no actuará "de comparsa" si existe tal alianza. "Si hubiera un pacto, que nos lo expliquen y pararemos máquinas", ha explicado el portavoz. Mientras, el PSC también presiona al 'president' Aragonès para, precisamente, confirmar o no el acuerdo entre Esquerra y los socialistas.

"¿Quiere Aragonès unos presupuestos con los socialistas? ¿Sí o no?". Esta es la dicotómica pregunta que el líder del PSC, Salvador Illa, lanzó al 'president' para que responda ya de forma pública y explícita. Un síntoma de cómo la paciencia del jefe de la oposición empieza a agotarse a medida que se acerca diciembre, el mes clave para dirimir si se encauzan o no las cuentas de la Generalitat para el 2023.

¿Un pacto esta semana?

Conscientes de ese 'deadline', de que todo lo que no se logre ahora y se deje para enero quedará atrapado en la telaraña del clima preelectoral de las municipales, también los 'comuns' aprietan las tuercas del calendario y reclaman bases para un acuerdo esta misma semana. En eso coincide también Junts, en denunciar que Aragonès no parece tener prisa para cerrar unas cuentas clave en el actual contexto de crisis.

Sin embargo, se supone que para desespero del PSC, Junqueras no hizo ni una referencia a los socialistas. Quizá considere que se ha pasado página demasiado pronto del veto posconvergente, es decir, que ese planteamiento de 'borrarse' de la negociación no les pasará toda la factura que los republicanos desearían.

“Seguramente no son los que ellos querrían”, aceptó el líder de Esquerra, pero los ciudadanos “merecen que les pongamos a su alcance todas las herramientas, sobre todo en un momento económico como el presente”, siguió. Y esa herramienta es, claro está, los presupuestos que, por cierto, aún no han sido aprobados por el Executiu.

Tras criticar “el tacticismo y la miopía que acompañan siempre al cortoplacismo”, Junqueras señaló que “ahora no es el momento de ponernos en evidencia, los unos a los otros. De hecho, quizá es mejor que ese momento no llegue nunca, pero en cualquier caso no puede ser ahora, con la inflación desbocada y los empresarios, autónomos, familias y ciudadanos corrientes” sufriendo por llegar a fin de mes.

Lo cierto es que, más allá de los deseos de Junqueras, el Govern se halla centrado ahora en los 'comuns' y en los propios socialistas. Las conversaciones, sin embargo, transcurren a dos velocidades. Mientras que las reuniones con el grupo de Jéssica Albiach son frecuentes y numerosas, los socialistas aseguran que su agenda está en estos momentos vacía y que ni tan solo disponen todavía de toda la información solicitada. Lo mismo que lamenta Junts. Fuentes del PSC ven poco viable que el Consell Executiu cumpla con el objetivo de aprobar a principios de diciembre el proyecto.

También en la sedición

La enmienda de Junqueras al modo de actuar de Junts fue a la totalidad. Porque los mismos atributos antes descritos, que pueden sintetizarse en que los posconvergentes apuestan por mirar exclusivamente por el beneficio de su partido, el líder republicano se los colgó a sus exsocios en el debate sobre la reforma del Código Penal. Y en concreto, en el de la sedición y el nuevo delito de desórdenes públicos.

"Es obvio que es mejor que aquellos que buscan instrumentos para ir contra la democracia tengan el menor número de opciones posibles", dijo Junqueras en referencia al estamento judicial y a que, derogado el delito de sedición, va a ser más difícil para los jueces ensañarse, como cree el independentismo que pasa, con aquellos que tienen aun causas abiertas.

“Si nosotros hemos conseguido esto, ¿qué no obtendríamos si todos fuéramos a una?” se preguntó Junqueras dando a entender que los posconvergentes se dedican a poner palos en las ruedas de la negociación con el Estado.

Como siempre, en Junqueras importa tanto lo que dice, como lo que calla. Y la palabra que no pronunció esta vez fue la del delito de malversación y su reforma. La búsqueda de una salida entre el Gobierno y ERC ha entrado en la fase del secretismo máximo y Junqueras, que en una entrevista a este diario ya unió el 'sí' a los Presupuestos Generales del Estado con ese nuevo delito de malversación, no lo ha mentado este lunes.