Alianzas en el Parlament

Las otras manos tendidas del PSC que sí ha cogido Pere Aragonès

El 'president' rechaza impulsar los presupuestos con los socialistas, pero se ha apoyado en el partido para defender el catalán o renovar órganos caducados

Salvador Illa y Pere Aragonès, durante un debate en el Parlament

Salvador Illa y Pere Aragonès, durante un debate en el Parlament / FERRAN NADEU

Sara González

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El Govern ha movido ficha para que arranque la negociación de los presupuestos. Una contrarreloj marcada por los obstáculos de un contexto económico complejo y el toma y daca entre el PSOE y ERC en Madrid por las cuentas del Estado, por un lado, y por la reforma de la sedición, por el otro. Hasta la fecha, la Generalitat se ha reunido con Junts y con los 'comuns', y la semana que viene lo hará con el PSC. El 'president' Pere Aragonès y el jefe de la oposición, Salvador Illa, ya se citaron la semana pasada sin destapar todas sus cartas. Ni el primero quiere dilapidar del todo unos votos de los que desearía poder prescindir para aprobar las cuentas -porque la prioridad es una entente con sello soberanista- ni el segundo quiere visibilizar que ha quedado desterrado de una aritmética clave con la que ganaría centralidad.

El resumen es que la mano tendida del líder del PSC se mantiene siempre y cuando sea para negociar los presupuestos en bloque, mientras que el 'president' ni la coge ni la rechaza de plano a la espera de si Junts consuma o rectifica su 'no'. Si los posconvergentes se descuelgan, Aragonès se verá obligado a elegir si atiende finalmente a regañadientes el ofrecimiento socialista o bien apuesta por una prórroga.

Los republicanos argumentan que una cosa es llegar a acuerdos sectoriales con el partido de Illa y que otra muy distinta es contar con ellos en la ley que define las prioridades del mandato, un pacto que entienden que les restaría fuerza ante las reclamaciones que hacen al Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, el partido de Illa, enfrascado en compaginar el rol de oposición con el de ejercer de bisagra de grandes consensos entre bloques, ya ha sido determinante durante la legislatura para que prosperen acuerdos de calado y que han contado con la implicación tanto de ERC como de Junts.

Defensa del catalán

Si hay un acuerdo al que a menudo recurre el PSC para ejemplificar los "vetos selectivos" que atribuye a ERC este es el de la ley para defender el catalán como lengua vehicular en la escuela y sortear la aplicación del 25% de castellano. El pacto, cuyas negociaciones se alargaron durante dos meses por el naufragio del primer entente con el desmarque inicial de Junts, se acabó sellando el pasado 8 de junio en el Parlament con el voto de socialistas, republicanos, 'comuns' y posconvergentes. La norma está ahora en manos del Tribunal Constitucional y, pese a que cada partido se ha acogido a distintas interpretaciones del texto para justificar su apoyo y que el 'conseller' de Educació, Josep Gonzàlez-Cambray, estaba en el punto de mira por la batería de huelgas educativas, las formaciones que la aprobaron han cerrado filas. Significativo es que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya recurrido la ley, algo que hubiera supuesto la suspensión inmediata.

Renovación de los órganos estatutarios

En diciembre del año pasado, ERC, el PSC y Junts pactaron la renovación de los principales órganos estatutarios, algunos miembros de los cuales tenían el mandato caducado desde hacía siete años. Así pues, los tres principales partidos llegaron a un acuerdo para designar los nuevos miembros en la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), la Sindicatura de Greuges, el Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), el Consell de Garanties Estautàries y la Sindicatura de Comptes. El resto de partidos criticaron lo que consideraron como un "reparto de sillas" y que, en este caso, no hubiera líneas rojas entre unos y otros como pasa, por ejemplo, a la hora de formar gobierno o impulsar los presupuestos.

Mesa de diálogo

A pesar de las dificultades para arrancar acuerdos concretos de la mesa de diálogo y para garantizar el cumplimiento de lo pactado a cambio del apoyo de ERC a los presupuestos de Pedro Sánchez, el PSC ha apoyado hasta ahora la continuidad de la interlocución sobre el conflicto político y así lo han votado en resoluciones en el Parlament. De hecho, en estos momentos está en plena ebullición la negociación sobre la modificación de la sedición en el código penal, un cambio que los socialistas catalanes han defendido que debe hacerse <strong>"pase lo que pase"</strong> y aunque el PP haya roto el acuerdo con el PSOE para renovar la cúpula judicial. Salvador Illa explicitó en una entrevista en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA que Sánchez cumplirá con este "compromiso", aunque a menudo afea a Aragonès que no convoque la mesa de partidos catalanes que también estaba incluida en el pacto de investidura del presidente del Gobierno.

Los Juegos de Invierno

El PSC y ERC cerraron también filas con la defensa de la candidatura conjunta de Catalunya y Aragón para los Juegos de Invierno 2030, finalmente fracasada. Aunque los dos partidos discrepaban sobre la necesidad de celebrar la consulta impulsada por el Govern, el partido de Illa defendió el acuerdo que alcanzaron la Generalitat, el Comité Olímpico Español y el Secretario de Estado para el Deporte y en base al cual 54 pruebas se realizarían en Aragón y otras 42 en Catalunya. La candidatura acabó saltando por los aires por el rechazo del presidente aragonés, Javier Lambán. El Govern afeó entonces tanto al Gobierno como a los socialistas que no censuraran ni impidieran el hecho de que el barón socialista torpedeara el pacto.

La presidencia del Parlament

El acuerdo entre ERC y Junts con el que echó a andar la legislatura establecía que los posconvergentes apoyarían la investidura de Pere Aragonès y que los republicanos harían lo propio con la elección de Laura Borràs como presidenta del Parlament. Pero la abertura de juicio oral a la dirigente por la causa por el presunto fraccionamiento de contratos cuando estaba al frente de la Institució de les Lletres Catalanes fue un punto de inflexión. El 28 de julio, en aplicación del reglamento de la Cámara, la mesa acabó<strong> aprobando la suspensión</strong> de Borràs como presidenta de la institución con los votos favorables de ERC, el PSC y la CUP. Sin el voto de los socialistas, la suspensión no habría prosperado. Desde entonces, el Parlament está en una situación de interinidad en la que la republicana Alba Vergés es vicepresidenta con funciones de presidenta.

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