Incidente en la televisión pública

Dalmases dimite como vicepresidente de Junts por intimidar a una periodista de TV3

La mano derecha de Borràs sale de la dirección del partido pero continuará como diputado del Parlament

Francesc de Dalmases

Francesc de Dalmases / EFE / QUIQUE GARCIA

Sara González

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El diputado Frances de Dalmases, mano derecha de Laura Borràs, ha acabado dimitiendo como vicepresidente de Junts por el caso de intimidación a una periodista del programa FAQS de TV-3. Así lo ha comunicado el propio partido tras la ejecutiva extraordinaria con el informe interno sobre la mesa que acredita la gravedad del comportamiento del dirigente. En las últimas horas había ido 'in crescendo' no solo el malestar entre cuadros de la formación a raíz de las conclusiones del expediente elaborado por la abogada Magda Oranich, sino también por las presiones "inaceptables" que ésta ha denunciado haber recibido del entorno de Dalmases y de la misma Borràs a la hora de redactarlo.

El dirigente no solo ha dimitido como vicepresidente, sino también como miembro de la comisión de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals del Parlament. Aún así, seguirá siendo diputado. Esa continuidad es puesta en cuestión por miembros del Consell Nacional de Junts que, según ha avanzado ACN, están impulsando una recogida de firmas para que deje también el escaño. Necesitan el apoyo del 20% del máximo órgano entre congresos para que la cuestión se eleve a debate en la reunión del 19 de noviembre. De hecho, la mayoría de grupos del Parlament siguen reclamando que se convoque la comisión del estatuto del diputado, bloqueada desde hace tres meses, para estudiar posibles sanciones por incumplimiento del código de conducta al que están supeditados todos los parlamentarios.

Según el breve comunicado del partido, la dimisión ha sido aceptada por "unanimidad" por toda la ejecutiva. Es decir, también por Borràs, cuya figura también se ve erosionada por la salida de la cúpula de una persona de su estrecha confianza. El cerco sobre Dalmases se había multiplicado en las últimas horas porque, más allá del informe de Oranich, que acredita que la periodista se sintió "intimidada" tras ser abroncada a puerta cerrada con insultos y golpes en el mobiliario por la entrevista que se la había hecho a Borràs, el diputado respondió con una carta en la que tachaba el documento de "irregular" y "tendencioso".

La abogada, que está al frente de la comisión de garantías de Junts, no solo replicó que era "patético" que se intentaran cuestionar los hechos, sino que aseguró que "vive en otro mundo" y reveló que diputadas del grupo parlamentario también le habían hecho llegar malestar por el comportamiento de Dalmases. Incluso apuntó que la misma Borràs había intentado influir para cambiar el sentido del informe. Esta fue la gota que colmó el vaso para los que ya estaban molestos con que el episodio no hubiera tenido consecuencias. De hecho, cuando fueron publicados los hechos, prácticamente nadie del partido, excepto Borràs, le apoyó públicamente.

Y es que la dimisión de Dalmases y las presiones por su salida son indisociables de la batalla interna entre las dos almas que conviven en Junts, especialmente revolucionadas desde la decisión de salir del Govern el pasado 7 de octubre. En el Consell Nacional del sábado, aunque la prioridad fue el cierre de filas, ya hubieron dirigentes que levantaron la mano para señalar la precipitación de la ruptura, el método para llevarlo a cabo y, también, la preocupación por el estilo de oposición que se ejerza con la mirada situada en las elecciones municipales.

Ahora que Junts da por zanjadas las consecuencias a nivel de partido, falta por ver si Dalmases es también amonestado por el Parlament. Han pasado tres meses desde que la Mesa del Parlament, a petición del PSC, ERC, los 'comuns' y la CUP, derivó el caso a la comisión del estatuto del diputado y además de las informaciones publicadas ha habido dos informes -el de la CCMA y el de Junts- y comparecencias que han ratificado las presiones de Dalmases. Pero el presidente del órgano, Jaume Alonso-Cuevillas, próximo a Dalmases y a Junts, no lo ha convocado. Es por eso que la mayoría de grupos están en conversaciones para intentar desbloquear la situación: o Cuevillas mueve ficha ya, o lo harán ellos.

La sanción en el Parlament

Los grupos solicitantes han insistido en pedir en las últimas semanas que se convoque el órgano y han redoblado la exigencia. También han empezado ya los contactos para desencallar la situación por si Cuevillas no convoca la comisión. "Esperamos que la convoque", ha asegurado la portavoz del PSC, Alicia Romero. De hecho, en paralelo a las conversaciones informales entre los grupos, el diputado socialista David Pérez, secretario de la comisión, se ha reunido este martes con Cuevillas para pedirle que se agende ya la convocatoria. Según fuentes socialistas, la respuesta ha sido favorable y hablarán con el letrado para convocarla, aunque por ahora no hay fecha.

El artículo 54.1 del reglamento del Parlament prevé que una comisión, también esta, puede ser convocada por su presidente a iniciativa propia o bien a petición de dos grupos parlamentarios o de una quinta parte de los miembros de la comisión. En la Cámara catalana, los artículos 7 y 8 del código de conducta de los diputados reclama que estos están sujetos a una "actitud ejemplar" y un "trato adecuado y respetuoso" con los otros diputados y también con los medios de comunicación, ante los que deben de orientar su conducta "a favor del derecho a la información". Los hechos protagonizados por Dalmases no están explícitamente enmarcados en el capítulo de infracciones graves o muy graves, según está establecido en el código de conducta. Por lo tanto, si se considera que debe ser amonestado, fuentes parlamentarias sostienen que la sanción que la comisión podría elevar a la Mesa del Parlament iría desde la amonestación pública a una multa de entre 600 y 12.000 euros, que son las previstas en el resto de casos, los considerados leves.