Los planes de los conservadores

Alberto Núñez Feijóo busca la “resurrección” del PP en Catalunya

El líder de los populares encarga a sus vicesecretarios "mimar" el territorio, "moderar" los mensajes y tratar de que deje de ser un "lastre" para las generales

La dirección se vuelca en fortalecer el partido antes de las municipales para recuperar Castelldefels y Badalona y no desaparecer del Ayuntamiento de Barcelona

Acto del PP de Cataluña

Acto del PP de Cataluña / Andreu Dalmau / Efe

Pilar Santos

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Pasados los primeros meses al frente del PP y salvada la emergencia que vivió el partido en marzo, Alberto Núñez Feijóo ha pasado a una segunda fase a nivel orgánico: necesita fortalecer sus filas en Catalunya y Euskadi, donde los conservadores están prácticamente desaparecidos después de intervenir la Generalitat con el artículo 155 de la Constitución (2017) y la dificultad de actualizar el discurso tras el fin de ETA (2011).

La dirección confía en que la inercia del llamado “efecto Feijóo” ayude a remontar unas cifras que tienen mucho margen de mejora en esas dos autonomías. Los populares lograron dos escaños en Catalunya en las últimas generales y uno en Euskadi. Los congresos en ambas autonomías tendrán que esperar hasta después de las elecciones municipales de mayo para relevar, previsiblemente, a sus barones, Alejandro Fernández y Carlos Iturgaiz.

Los populares catalanes fueron claves para las mayorías absolutas de Aznar (2000) y Rajoy (2011)

Hasta entonces, en el caso de las cuatro provincias catalanas, el líder del PP ha reclamado a sus colaboradores más estrechos (los vicesecretarios Miguel Tellado, Juan Bravo y Pedro Rollán especialmente) que se vuelquen en el territorio y acudan a “mimar” a los dirigentes provinciales y locales. También se ha puesto él ese objetivo. Este mes tiene previsto acudir en dos ocasiones a Catalunya, una de ellas intentará que sea a Lleida, donde se celebra el congreso provincial. “Feijóo nos ha dicho que tenemos que resucitar el partido antes de las municipales. Pero para eso necesitamos ayuda y, por ahora, él está cumpliendo. Esto durante años ha sido un desierto, nadie quería venir. Salir a la calle era desagradable, porque todo el mundo te echaba en cara el 155”, señala un veterano dirigente del Partido Popular de Catalunya (PPC).  

La división del voto en BCN

Feijóo tiene dos objetivos para el PPC. El primero es recuperar las alcaldías de Badalona, con Xavier García Albiol, y la de Castelldefels, con Manu Reyes, y, sobre todo, no perder la representación en el Ayuntamiento de Barcelona, donde no volverá a repetir como cabeza de cartel Josep Bou. En los anteriores comicios, el PP estuvo a punto de no llegar al 5% de votos necesarios: logró un 5,01% y solo dos concejales. “Salir de Barcelona sería un desastre. Dependerá mucho de si se presenta [Xavier] Trias [por Junts] y de la división del voto con las nuevas candidaturas de [Sandro] Rosell y [Eva] Parera [Valents]. No será fácil”, admite un alto cargo del PPC. La dirección nacional quiere dar a conocer al sucesor de Bou en las próximas semanas.

El segundo objetivo para los conservadores catalanes es revitalizar al partido en todo el territorio y que la comunidad autónoma "deje de ser un lastre” para el cómputo global del PP en las próximas generales, que se celebrarán a finales del 2023. La expresión es de un expresidente del PPC que ha comentado el estado de la situación con el líder de los populares estos últimos meses. Para conseguirlo, Feijóo necesita recuperar a Catalunya como sumando. El líder del PP aspira a tener una mayoría lo suficientemente amplia en las urnas para tener que apoyarse lo mínimo en la ultraderecha de Vox, al que todas las encuestas ligan por ahora para alcanzar la mayoría absoluta.

A los populares les preocupa la división del voto en las municipales de BCN, a las que se presentarán Valents y Rosell

En las dos últimas elecciones generales sacó un diputado, en abril de 2019, y dos escaños, en noviembre de 2019. Había 48 en juego. Si quiere alcanzar la Moncloa, los datos le dan la razón para apremiar a sus compañeros catalanes: las mayorías absolutas de José María Aznar (2000) y de Mariano Rajoy (2011) llegaron con el partido muy activo en todo el territorio y que aportó al cómputo global. En el 2000, con Alberto Fernández Díaz como jefe de filas, sacaron 12 escaños; en 2011, con Alicia Sánchez-Camacho, 11.

La ahora diputada en la Asamblea de Madrid fue la dirigente que llevó al partido a las mejores cifras en el Parlament, donde obtuvieron 19 escaños en los comicios autonómicos de 2012. En aquellas fechas, Sánchez-Camacho había pactado los presupuestos de la Generalitat con Artur Mas los dos últimos ejercicios. La política catalana adquirió tal velocidad justo después que sorprende recordar algunos datos de aquellos daños.

En estos momentos, el PP ya no quiere "reenamorar" al votante de Vox, como decía Pablo Casado en abril de 2019, en unas fechas en las que fichó a Cayetana Álvarez de Toledo como cabeza de lista para Barcelona. Feijóo ha pedido mensajes “moderados” a los suyos que enlacen el discurso único en toda España con la “diversidad de esas dos comunidades”, concretan fuentes de la dirección, que insisten también en el “bilingüismo cordial” que defiende. El político gallego considera que los estudiantes deben poder aprender las dos lenguas en igualdad de condiciones y hablarlas con la libertad con la que quiera. “Nadie, nadie en Catalunya tiene derecho a revolverse porque haya personas en Catalunya que decidan hablar en español. Y nadie, nadie en el resto de España tiene derecho a molestarse porque haya catalanes que decidan hablar en catalán”, declaró en Toledo hace dos semanas.

El relevo

Para después de las municipales quedará el congreso para suceder a Fernández, al que algunos vuelven a ver en la lista para el Congreso de los Diputados, donde ya fue parlamentario entre 2011 y 2015. En las quinielas por ahora se han colado dos nombres para tomar su relevo: el de Dolors Montserrat, exministra de Sanidad y ahora eurodiputada, y el de Reyes, alcaldable en Castelldefels. Mientras Montserrat ha dejado claro que preferiría seguir en el Parlamento Europeo, Reyes es desde hace unos meses presidente del PP en la provincia de Barcelona y a Feijóo, según fuentes de la dirección, le está gustando su trabajo. Ya se verá si tanto como para señalarle como nuevo barón autonómico.

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