Crisis en el Consell Executiu

Junts perderá 250 cargos y 23 millones en sueldos con su salida del Govern

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La decisión de romper con ERC significa perder la influencia y el poder que supone estar al frente de la Generalitat

BARCELONA 26/09/2022 Política Ple del Parlament con la intervención del President Pere Aragonés. En la foto intervención de  Salvador Illa y réplicas de Pere Aragonés  FOTO de FERRAN NADEU

BARCELONA 26/09/2022 Política Ple del Parlament con la intervención del President Pere Aragonés. En la foto intervención de Salvador Illa y réplicas de Pere Aragonés FOTO de FERRAN NADEU / FERRAN NADEU

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Antes del verano, en Junts se respiraba una cierta tranquilidad sobre la continuidad en el Govern con ERC, pero los acontecimientos se han precipitado y la militancia ha decidido que el partido rompa con ERC y abandone el Ejecutivo catalán. La formación está dividida. Algunos explicitaron la voluntad de continuar, como el titular de Economia, Jaume Giró, o la 'consellera' d'Acció Exterior, Victòria Alsina. Otros, en especial los partidarios de la presidenta Laura Borràs, presionaban en busca de un choque frontal con Esquerra. Pero ¿qué coste tendría para el partido salir del Govern?

Poder e influencia

Junts controlaba la vicepresidencia del Govern, la Conselleria d'Economia y áreas de peso como sanidad, infraestructuras, políticas sociales, política universitaria e investigación. Dominar estos ámbitos sirve para defender el trabajo del día a día, aunque haya sectores posconvergentes que priorizaban el venderse como movimiento para la independencia por encima de la gestión autonómica.

Perder el Govern es también perder altos cargos (entre 250 y 300), lo que implica a su vez perder dinero (más de 23 millones en sueldos) e influencia. Dinero con el que los partidos se financian -con aportaciones más o menos voluntarias de estos cargos- y que, en el caso de una formación nueva como Junts, era especialmente necesario para el proceso de despliegue territorial en el que está implicada. E influencia, porque estos cargos eran los que pilotaban el día a día de las 'conselleries' y podían conseguir simpatías hacia el partido gracias a la acción del Govern en áreas sensibles.

Partidarios y detractores

Los 'lauristas' llevaban meses reclamando salir del Govern. De hecho, Laura Borràs nunca fue partidaria de entrar en el mismo. Así que la expresidenta del Parlament y sus partidarios (Jaume Alonso Cuevillas, Francesc de Dalmases y Aurora Madaula) pueden ganar influencia en la dirección de Junts. El 'expresident' Carles Puigdemont, líder indiscutible del proyecto aunque haya abandonado los cargos, remaba en el mismo sentido (y sus hombres de confianza, Toni Comín y Josep Rius) y lo demostraba con sus declaraciones periódicas en las que pone el dedo en el ojo de Esquerra, su gran rival. 

Frente a ellos estaban la mayoría de 'consellers'. El de Economia, Jaume Giró, y la de Acció Exterior, Victòria Alsina, rechazaban salir del Govern por la pérdida de poder e influencia. Pero otros titulares de 'conselleries' pensaban igual, como Lourdes Ciuró y Violant Cervera. A su juicio, apenas un año y medio después de entrar en el Ejecutivo y tratar de gestionar mejoras económicas y sociales, abandonarlo es un error por la pérdida de esta palanca política y porque Junts ha de ser, aducían, una organización a favor de la independencia, sí, pero también una formación seria que resuelva, mientras tanto, los problemas de la ciudadanía. Es decir, el espíritu neoconvergente de Junts rechazaba de plano perder una fuerza con la que tratar de conseguir más apoyos, más votos y más poder.

Las elecciones municipales, claves

Para salir o no del Govern, Junts tenía otro elemento clave sobre la mesa: las elecciones municipales de la próxima primavera. Para el partido son determinantes para observar si aguanta el tirón de ERC o si va a la baja. Todo en Junts estaba preparado para centrar el curso político en las municipales: anunciar fichajes de exconvergentes del PDECat, buscar candidaturas transversales y tratar de plantar cara a los republicanos, pero el choque interno y la inestabilidad del Consell Executiu jugaban en contra de esta estrategia. Desdibujaban las prioridades. Y tenían a muchos dirigentes en estado de alta preocupación, porque temían que esta crisis permanente les pasase factura.

No es lo mismo que un alcalde o candidato de Junts vaya a las elecciones con un Govern a su lado, con 'consellers' que puedan 'vender' en el municipio los avances que se están logrando, que hacerlo con una carta de presentación basada en la ruptura del Govern con ERC y la tensión externa e interna que ello generará. Los candidatos del PDECat que quieran pasarse a Junts tendrán menos incentivos para hacerlo si ven que están ante una formación política conflictiva en lugar de un partido centrista y de gobierno, que son las marcas de la casa de la posconvergencia.

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