Gran acto del partido

El PSC exhibirá este domingo musculatura municipal en la Festa de la Rosa

El presidente del Gobierno, que finalmente no acudirá por dar positivo de covid, tenía previsto dar un espaldarazo a los alcaldables de la formación con Barcelona como principal objetivo en las urnas de 2023

Fiesta de la Rosa del 2019 en Gavá, la última multitudinaria antes de la pandemia

Fiesta de la Rosa del 2019 en Gavá, la última multitudinaria antes de la pandemia / EUROPA PRESS

Sara González

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debía subir una vez más este domingo al escenario de la Pineda de Gavà (Barcelona), el altavoz des del que hace ya seis años el ahora ministro Miquel Iceta se desgañitó para pedirle que librara España de un gobierno de Mariano Rajoy. Aunque finalmente el covid se lo impedirá. Mucho ha llovido desde entonces y poco esperan que llueva este año, con la meteorología amenazando la primera Festa de la Rosa pospandemia. El PSC prevé que sea "multitudinaria" y está concebida como el prólogo de la carrera hacia las elecciones municipales. La escenografía está diseñada para ensalzar a los alcaldables, que se sentarán en una grada justo detrás del atril.

"Si algo nos singulariza es nuestro compromiso municipalista, la política de proximidad", explica la alcaldesa de Sant Boi de Llobregat y viceprimera secretaria de organización y acción electoral, Lluïsa Moret. Desde que ganó las elecciones catalanas del 14-F, en el partido de Salvador Illa se ha impuesto el positivismo, respaldado por las encuestas que lo mantienen como la primera fuerza política en Catalunya a pesar de no haber podido gobernar. Ahora que además el independentismo está sumido en una crisis interna, la cúpula socialista busca que esa moral de victoria impregne las municipales.

La fiesta por excelencia de inicio de curso del PSC servirá para exhibir musculatura, para proyectarse como la alternativa estable y para mostrarse como la antítesis a la "bronca crónica" en el Govern que amenaza con acaparar el foco del debate de política general. Illa quiere, además de ganar, gobernar la Generalitat y las municipales son entendidas como la primera estación para ello. Barcelona es la joya de la corona del reto, una plaza que le toca defender a Jaume Collboni, que no será ratificado como alcaldable hasta el mes de noviembre. Todo estaba dispuesto para si Sánchez bendecía hoy su nombre y acallabael runrún de fondo sobre su posible sustitución, que continúa a pesar de que Illa ha cerrado filas con él.

El PSC daba por hecho que el presidente del Gobierno llevaría bajo el brazo un discurso enfocado a unos meses que se prevén económicamente complicados para la ciudadanía por la inflación y la crisis energética. Pero además de sacar pecho de las medidas impulsadas desde la Moncloa, en contraposición a la política de ahorrar impuestos "a los ricos" que afean al PP, los socialistas catalanes auguran que también "se pondrá en valor el papel" de los municipios y sus alcaldes. No en vano la fiesta de este año ha sido concebida como el pistoletazo de salida para las elecciones municipales, claves también para la continuidad de Sánchez en el Ejecutivo.

Más allá de Barcelona, señalada en rojo por el líder del PSOE, el PSC da por descontado que sus mayorías absolutas en el área metropolitana son inexpugnables por mucho que ERC pretenda arañar votos en la que siempre ha sido la gran cantera de votos socialista. Desde l'Hospitalet de Llobregat de Núria Marín a la Cornellà de Antonio Balmón o la Santa Coloma de Gramenet de Núria Parlón. También Sant Boi de Llobregat, Gavá o Granollers. El partido de Salvador Illa prevé conservar otras plazas importantes como Sabadell, Granollers, Mataró. Más difícil será conservar Badalona, plaza fuerte para el PP de Xavier García Albiol, pero se ha fijado como objetivo recuperar Tarragona y Lleida, así como ciudades como Terrassa, Reus, Vilafranca del Penedès y La Seu d'Urgell. Las encuestas de las que disponen, aseguran, van a su favor.

Crecer en todos sitios

Uno de los retos del PSC sigue siendo cerrar la brecha que se abrió entre el llamado cinturón rojo y el resto del territorio cuando el partido sufrió la escisión del sector soberanista durante los primeros años álgidos del 'procés'. Reconocen que zonas como el interior de Girona o Les Garrigues o los pueblos más pequeños y con menos candidaturas son los principales tendones de Aquiles.

Con el objetivo de avanzar en la homogeneización de la presencia del partido se ha trabajado con las federaciones para presentar un 20% más de candidaturas que en 2019, es decir, hasta 600, cifra con la que dan por sentado que van a crecer en toda Catalunya.

"Estamos en uno de los mejores momentos de la Festa de la Rosa, hay muchas ganas de recuperar el espacio tradicional", insiste Moret, que ha sido una de las dirigentes encargadas de velar por la organización del acto. Se aprovechará la gran asistencia que se prevé para dar un impulso a la campaña de afiliación que el PSC ha puesto en marcha para aumentar su bolsa de militantes. En estos momentos son 12.000, lejos aún de los 20.000 que tenía hace una década, pero tampoco se trata de un factor determinante en un momento en que las elecciones en Catalunya se ganan o se pierden, a menudo, por un puñado de votos. Sin ir más lejos, Illa ganó el 14-F con una diferencia de poco más de 49.000 apoyos respecto a ERC. En los mejores años de la Festa de la Rosa, en la Pineda de Gavà se concentraban la mitad de esta cifra, según los organizadores.

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