Debate energético

Lo que pasó tras el duelo entre el presidente y el líder de la oposición: pocos apoyos y mucho 'antisanchismo'

Las intervenciones de los representantes en el Senado de las formaciones más pequeñas denotaron un clima preocupante para el Gobierno: seguirá hasta el final de la legislatura, pero con la simpatía maltrecha

Minuto de silencio para condenar los últimos asesinatos por violencia machista, antes del inicio del pleno del Senado que debatirá la estrategia de ahorro energético, en Madrid.

Minuto de silencio para condenar los últimos asesinatos por violencia machista, antes del inicio del pleno del Senado que debatirá la estrategia de ahorro energético, en Madrid. / EFE

Ángel Alonso Giménez

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Dos horas y 35 minutos después, sus señorías se levantaron y abandonaron el hemiciclo. Había acabado el duelo Pedro Sánchez-Alberto Núñez Feijóo, el plato fuerte del día en el Senado. El presidente de la Cámara, Ander Gil, detuvo el cronómetro unos instantes por el ruido que se montó. Pidió silencio y esperó un poco, al igual que la portavoz de ERC, Mirella Cortés, ya en la tribuna de oradores. En el Congreso sucede igual: cuando acaba el gran duelo, PSOE-PP, PP-PSOE, muchos escaños se vacían. El bipartidismo resiste hasta en las formas parlamentarias más triviales.

Fue tan evidente que el debate sobre las medidas de ahorro energético era en realidad un cara a cara del presidente del Gobierno con el ganador provisional de las encuestas sobre estimación de voto, el líder del PP, que no hubo disimulo hasta en la forma de pedir la palabra. En estos debates, cabe recordar antes de nada, el Gobierno no tiene límite de tiempo y puede intervenir cuando quiera su representante. Sánchez, en cuanto acabó Feijóo su primer discurso, levantó la mano y solicitó a Ander Gil permiso para tomar la tribuna de oradores. Volvió Feijóo acto seguido a hablar y Sánchez, nuevamente, se levantó para volver a replicarle.

Pero cuando acabó este duelo desigual en los turnos, ya que de las dos horas y media que duró el enfrentamiento las dos alocuciones del líder del PP rondaron los 30 minutos, Sánchez no actuó así. Esperó a que desfilaran por el atril todos los portavoces de todos los demás partidos que están en el Senado, 18 incluido el PSOE, que cerró este larguísimo periplo, y sólo entonces regresó a la tribuna a hablar y desplegar sus argumentos.

ERC y EH Bildu: advertencias

El tercer grupo del Senado por número de escaños es el que componen los independentistas catalanes y vascos. Mirella Cortés es la portavoz, ya que la formación homóloga a la de Gabriel Rufián en el Congreso aporta muchos más representantes. Fue contundente. El recado con el que comenzó la intervención anticipó unos minutos vibrantes y críticos. “Ha venido a hacer un debate electoral, no ha venido a hablar de los territorios”, dijo. 

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Senado mientras las filas del partido aplauden.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Senado mientras las filas del partido aplauden. / José Luis Roca

Tras ello, advertencia número uno: "Si rompe con Esquerra, EH Bildu y Podemos, está dispuesto a pactar con el PP y ustedes se ponen en seguida de acuerdo”. Luego, intercaló diversos reproches al Gobierno por su defensa de la democracia en el Estado a pesar de que hace una semana la ONU cuestionó la preservación de los derechos de personalidades del independentismo como Oriol Junqueras o Raül Romeva. Enumeró exigencias conocidas de su partido como la reforma del delito de sedición o la revisión de la ley de amnistía, así como la consolidación de la mesa de diálogo con la Generalitat de Cataluña. Pidió avances en el camino del referéndum y la autodeterminación, en definitiva.

Sobre el ahorro energético, expresó su discrepancia con el triunfalismo del Gobierno al asegurar que “la gente lo está pasando mal” y que la crisis, más que coyuntural, es “estructural” como consecuencia de las lesiones sufridas en la anterior crisis y sus heridas sin cicatrizar. En definitiva, recalcó la portavoz de ERC, que Sánchez tiene que resolver un dilema con olor a estabilidad legisladora: o acepta los planteamientos de los republicanos o habrá problemas. Esquerra es clave en el Congreso y fundamental en el Senado.

Gorka Elejabarrieta, de EH Bildu, fue más comedido. Su intervención fue un calco de las que hace Mertxe Aizpurua en el Congreso. Las medidas impulsadas por el Gobierno, en especial las que tienen que ver con el llamado “escudo social”, están bien, pero se antojan insuficientes porque urge, ante todo, remodelar de cabo a rabo el modelo productivo. Si no, el “colapso”, pronosticó. De aquí Sánchez no escuchó demasiadas invectivas, fue como una tregua, como fue la intervención posterior del representante de los navarros de Geroa Bai. 

El ánimo del PNV está tocado

Estefanía Beltrán de Heredia es la portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Senado. No es frecuente que sea la voz de la formación de Andoni Ortúzar en fechas señaladas. Sin la brillantez de Aitor Esteban en el Congreso, pero con la misma contundencia, la senadora dedicó sus 17 minutos de intervención a desmontar tanto la actitud como el plan del Gobierno con el ahorro energético. Si bien saludó algunas medidas por ser propuestas hechas antes por su partido, destacó que no haya en el Ejecutivo “una planificación definida”. Al contrario, dijo: “Van a salto de mata”.

Son medidas que, según sus palabras, se van sucediendo como si fueran “conejos que salen del sombrero”, lo que ha causado malestar en el PNV, para el que el diálogo previo es una demostración de lealtad. Y no se está cumpliendo. Es sabido que en aritméticas parlamentarias tan fragmentadas, y la de la legislatura en curso lo es, cuando el PNV estornuda es porque la estabilidad está cerca de acatarrarse. Los nacionalistas llevan ya unos cuantos estornudos. La agenda de leyes del Gobierno se va cumpliendo, sin duda, pero entre demasiados sobresaltos. Ya lo dijo la diputada del PNV el pasado 25 de agosto en el debate sobre el decreto del ahorro energético: “Un día las cuentas no les van a salir”. Se lo dijo al PSOE.

A Beltrán de Heredia tampoco le ha gustado el formato del debate: “Esto ha sido un cara a cara con el PP y los demás grupos hemos quedado a los restos”, afirmó en el hemiciclo. “Nos estamos jugando la credibilidad de la política” y contiendas parlamentarias como la de este miércoles no ayudan, aseguró después. Y un aviso que es fácil interpretar: “No nos van a encontrar en el miedo, pero tampoco en la ‘arcadia’ feliz que usted ha contado, señor Sánchez”.

Nueva camiseta para Sánchez

JxCat, a través del veterano Josep Lluis Cleries, se refirió como ERC al dictamen de Naciones Unidas, pero no perdió la ocasión para reprobar la estrategia legislativa del Gobierno, basada en exceso en los decretos leyes, y para recordar que “es un disparate” que en plena crisis energética Argelia no sea un aliado. Las alusiones a los desaires causados al país norteafricano tras el viraje dado en la relación con Marruecos sonaron en el debate en numerosas ocasiones.

En clave nacionalista se movió Coalición Canaria, cuyo senador Fernando Clavijo, habló contra Sánchez con inesperada acrimonia. Le mencionó el Falcon incluso, cosa muy del PP, pero también afeó al presidente que no haya aprovechado su descanso veraniego en las islas para al menos ir un día a dar respaldo a los voluntarios que reciben a los migrantes. La presión migratoria en el archipiélago no cesa. En esta línea, como era de esperar, cuestionó las medidas energéticas.

El nacionalismo está molesto con el presidente. Y el independentismo, aunque más ERC que EH Bildu. Las fuerzas progresistas no fueron indulgentes, en líneas generales. Salvo Más Madrid, que puso el acento en el “trampantojo” de Feijóo, Compromís no escondió sus argumentos. Carles Mulet señaló que los planes del Gobierno llegan “tarde y mal” por “falta de valentía”. Hasta el PRC se soltó la melena con la demora en la rebaja del IVA del gas. Dijo su representante José Miguel Fernández Viadero que hace un año impulsó una moción con dicho objetivo y el PSOE se la tumbó. Teruel Existe puso énfasis en las consecuencias medioambientales que para la España Vaciada tendrá la apuesta desmedida por las renovables. “Se están llenando los territorios de placas y molinos”, advirtió.

UPN, Cs, Vox… En el Senado hay un sinfín de partidos pequeños de índole y alcance autonómico y/o regional. Partidos con remarcado carácter identitario. Vicenç Vidal, de Mès Per Mallorca, es uno de esos senadores que siempre que pueda saca a relucir un discurso pegado a su tierra. Tras censurar a Sánchez por no tener en cuenta las necesidades energéticas de las islas, le obsequió con una camiseta. No fue una dádiva; fue un mensaje, un recado. “Mangarrufes”, se leía en letras rojas sobre fondo gris. Es un término que significa “muestra exagerada de afecto”. Sí, parece un regalo, pero no. Así le dijo que en Baleares están cansados de palabras bienintencionadas que luego se quedan en nada.

Sánchez fue al Senado a debilitar a Feijóo. Y Feijóo fue al debate a debilitar a Sánchez. Cuando acabaron, entraron en escena esos actores secundarios del Senado que sin embargo, al terminar la película, concentran el mensaje de la trama, que es ésta: el Gobierno sigue, pero la simpatía que genera está herida, si no rota.