El partido intenta recomponerse

El PP utilizará las municipales como ‘primarias’ para elegir nuevo líder en Catalunya

Las elecciones de mayo medirán si realmente el PP empieza a recuperarse en la comunidad

Manu Reyes y Alberto Núñez Feijóo.

Manu Reyes y Alberto Núñez Feijóo.

Paloma Esteban

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Alberto Núñez Feijóo

 ha hecho varias visitas a Barcelona desde que llegó a la presidencia nacional del PP. Ha mantenido contactos con dirigentes de distintas provincias y el mensaje que ha calado dentro de la formación es que el líder no se resigna a ser residual en esa comunidad autónoma. Más bien al contrario. Feijóo tiene claro que para llegar a la presidencia de España necesita recuperar peso en Catalunya y las elecciones municipales de mayo son la primera parada.

En la dirección del partido están convencidos de que las siglas “empiezan a recuperarse” y que el perfil autonomista del dirigente gallego, que apuesta precisamente por llevar la fórmula de Galicia a Cataluña y el País Vasco, conseguirá sumar bastantes más apoyos. El mazazo de las últimas autonómicas (el PP se quedó en 3 escaños por detrás de Vox y de Ciudadanos a pesar de su debacle) sigue pesando. Pero en Génova reconocen un cierto “alivio” al no tener a la vista nuevas elecciones autonómicas. Eso les permite tomarse con calma el congreso del que debe salir el nuevo líder del partido en Cataluña y candidato a la Generalitat.

Las miradas están puestas en las municipales por dos motivos. Primero, porque será el primer examen para medir si realmente el PP consigue recuperarse. “Nos servirá de termómetro real”. Y, segundo, explican en el equipo de Feijóo, porque el partido estará pendiente de los nuevos liderazgos que puedan surgir. “Tendremos una oportunidad de ver qué personas resaltan más y cuántos éxitos conseguimos”, afirman.

Entre los objetivos está reposicionar al partido, en la medida de lo posible, en Barcelona y recuperar alcaldías clave como Badalona (perdida tras la moción de censura del año pasado) y Castelldefels (que estuvo gobernada por Manu Reyes, actual presidente provincial de Barcelona entre 2011 y 2015). En Lleida los populares también tienen puestas esperanzas de crecimiento de la mano de otra figura que en Génova ven con buenos ojos, Xavi Palau

El primer melón que el PP debe abrir es la designación de las candidaturas municipales. En la dirección nacional valoran a Dolors Montserrat como cabeza de cartel para Barcelona por su alto grado de conocimiento (exministra con Mariano Rajoy y actual portavoz en el Parlamento Europeo) y su sensibilidad con el catalanismo. No es una opción que la dirigente vea con especial entusiasmo, pero en el entorno de Feijóo reconocen que si realmente el líder cree que debe ser la apuesta “no quedará más opción que aceptarlo”. 

Recuerdan que el dirigente conservador no es partidario de forzar candidaturas pero, al tiempo, también aseguran que si hay un territorio en el que pedirá especial comprensión es Catalunya

La decisión no está tomada y la realidad es que está costando ver con claridad el esquema de candidaturas. Pero lo que parece claro es que esperarán a mayo del próximo año para decidir sobre el liderazgo autonómico. Alejandro Fernández ha estado en la cuerda floja muchas veces y ha ido sobreviviendo en Cataluña. Algunas personas con peso en el partido sitúan como su próximo destino el Congreso de los Diputados, pero tampoco está decidido. 

En el último sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO, conocido como el CIS catalán) del mes de julio apuntaba a una recuperación nada desdeñable del PP. En el Parlament estarían en condiciones de conseguir entre 9 y 14 diputados y ascenderían de la octava a la cuarta posición, recuperando al votante que se fue a Ciudadanos, a Vox (el partido de Santiago Abascal se quedaría en la horquilla de entre 4 y 8, no 11 como tiene ahora) y a otros caladeros. En el PP están convencidos de que el proyecto autonomista de Feijóo “engancha” a electores que dejaron de confiar en las siglas conservadoras. 

La misma encuesta aporta otro dato que genera aún más expectativas en la dirección nacional. Si se celebraran unas generales ahora, el PP podría conseguir de 3 a 6 diputados. En la actualidad solo tienen un escaño, el que ocupa Cayetana Álvarez de Toledo por Barcelona. El mismo CEO baja las opciones de Vox hasta quedarse entre uno o tres como máximo, y sitúa a Ciudadanos ante la posibilidad de quedarse sin representación. Otra prueba de que “el voto útil”, dicen en Génova, vuelve a la opción de Feijóo.

Alianzas con el empresariado

En su hoja de ruta como líder nacional, recuperar las relaciones y tejer alianzas con el empresariado ha sido la pauta de Feijóo en todo momento. Lo hizo en Euskadi, pero también en la Comunidad Valenciana y en Cataluña. El empeño del PP tiene que ver con frenar el protagonismo del debate identitario y del conflicto permanente entre Generalitat y Estado, y abrir el foco como ya hizo el pasado mayo en el Cercle d'Economia. Entonces, Feijóo defendió su modelo empleado en la Xunta, que le permitió acumular cuatro mayorías absolutas bajo las siglas del PP en una comunidad con lengua cooficial y frenando con rotundidad las aspiraciones nacionalistas. “Hay un modelo y se puede hacer”, vuelven a repetir dentro del partido.

Con los preocupantes nubarrones económicos que se avecinan en otoño (la inflación desbocada y la destrucción de empleo abriéndose paso, según los últimos datos de julio, y a pesar de la fortaleza del mercado laboral demostrada hasta ahora) el convencimiento en el equipo de Feijóo es que el PP tendrá que volver a gobernar España para salir de la crisis. Insisten en que su proyecto es “nítido” y se está volviendo confiable en sectores muy transversales. “En este momento hay que preguntar a los empresarios si se fían más de las recetas de Sánchez o de las que propone Feijóo”, reflexionan en su núcleo duro.