Clima preelectoral

Del "Sánchez agotado" al "Ayuso manda": PP y PSOE libran ya la batalla de las emociones electorales

El Partido Socialista ensaya la forma de desgastar a Feijóo, líder ahora en las encuestas electorales, mientras el Popular intenta que cale en amplias capas de la sociedad que el ciclo del presidente del Gobierno se ha acabado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en su reunión en Moncloa el pasado abril.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en su reunión en Moncloa el pasado abril. / EFE

Ángel Alonso Giménez

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Es tan clamoroso que el PSOE está atacando al PP con la dicotomía Feijóo-Ayuso que el responsable de Política Autonómica y Local de los populares, Pedro Rollán, se apresuró este martes a hacer una reflexión en la rueda de prensa que había convocado, antes de que los periodistas intervinieran:

“Como estoy convencido de que me van a preguntar, antes de que me pregunten les doy mi opinión. El Gobierno está muy nervioso porque todas las encuestas, hasta el increíble CIS, que tiene credibilidad cero o tendente a cero, reconocen que se ha producido un distanciamiento y una desafección de la sociedad española hacia el PSOE y que ven al PP y a Feijóo como el presidente necesario para hacer las reformas y para que este país sea pujante y sea próspero. Ante ese nerviosismo y lo que algunos medios han llamado ‘efecto Feijóo’, el presidente ha dado instrucciones al Consejo de Ministros para intentar buscar situaciones de enfrentamiento entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y Feijóo. Es algo que no ocurre”.

Rollán, que es un político con experiencia y que el líder gallego ha rescatado tras un tiempo en segundo plano, efectuó esta disertación con una doble pretensión: por un lado, proteger a su jefe; y por otro, dar al Partido Socialista donde más le duele en este momento, en concreto a Pedro Sánchez. Darle con lo que Génova ha llamado “fin de ciclo”. Según la lectura de la plana mayor del partido, al líder del PP le serviría un tránsito sin grandes errores para llegar a la Moncloa. El PSOE estaría tan quemado que no tiene ya opciones de victoria. 

El temor de Sánchez

El resultado de las elecciones andaluzas del 19 de junio conmocionó al presidente del Gobierno después de los malos resultados en Madrid y en Castilla y León. Pero que en la comunidad autónoma en la que el PSOE ha sido hegemónico y dominador absoluto gobierne el PP con mayoría absoluta es un golpe tremendo. Para él, fue como caer a la lona tras un derechazo letal del contrincante. El mandatario se enfadó porque constató que el relato socialista de gestión se estaba yendo por el desagüe y pidió más énfasis y más coordinación, y luego acometió los cambios.

Al mismo tiempo, en Moncloa y en Ferraz una directriz ha quedado marcada: hay que cortar las alas a Feijóo como sea. Ni es tan moderado ni es una autoridad incontestable. En estos dos mantras se está moviendo el PSOE con la finalidad de desgastar al expresidente de la Xunta de Galicia y revertir el auge que ha constatado la demoscopia electoral, incluido el CIS, efectivamente. En el barómetro de julio, por primera vez colocó al PP por delante del Partido Socialista en estimación de voto (30,1 frente a 28,2).

Los dirigentes del PSOE, por tanto, ayudados por el equipo de comunicación, llevan tiempo rastreando los discursos y entrevistas de Feijóo para resaltar que de moderado y centrado no tiene nada, transmitir a la ciudadanía que hará recortes si gobierna y que, en definitiva, es el PP de siempre. También han intuido que en los discursos de Isabel Díaz Ayuso pueden encontrar un filón. El estilo de la presidenta madrileña, la más ferozmente crítica con el decreto de ahorro energético del Gobierno, se contrapone con el del líder nacional, deliberadamente comedido. Basta contraponer las declaraciones de una y de otro para lanzar la andanada. 

Ejemplos hay numerosos. Ver el perfil de Twitter del PSOE es suficiente. El pasado 14 de agosto, la portavoz del partido, también ministra de Educación, Pilar Alegría, convocó a los medios en Zaragoza para arremeter contra Feijóo por algunas cosas que dijo en una entrevista al diario El País. Afirmó la dirigente socialista: “El señor Feijóo tilda de autoritario al Gobierno -por el decreto energético-. Eso dista mucho de la imagen de moderado que Feijóo quiere plantear. Frente a la unidad europea, la jaula de grillos del PP, donde no sabemos si quien manda es Feijóo o si quien marca la línea ideológica es Ayuso”.

Félix Bolaños, ministro de Presidencia, en Almería el pasado día 13: “El plan de ahorro del Gobierno demuestra dos cosas: que el PP se opone a todo (...) y que Feijóo, cuando habla, hay que tener un poco de paciencia y esperar a que hable la que manda en el Partido Popular y fije criterio”.

Patxi López, portavoz del grupo parlamentario, en Bilbao el pasado 10: “Feijóo pidió un plan con medidas de regulación del aire y de la iluminación, el Gobierno presenta un plan que contiene literalmente esto y entonces Ayuso dice que no, demostrando quien manda de verdad en el PP, que no es Feijóo”.

Pragmatismo Galicia-Madrid

Así que Pedro Rollán, este martes en la rueda de prensa, antes de que los periodistas intervinieran, procuró controlar el incendio. Lo logró a medias, ya que la prensa le preguntó al menos dos veces si en el partido hay un alma llamada Ayuso y otra llamada Feijóo y si ambas se llevan bien. “Todos y cada uno de nosotros tenemos un estilo y unas formas, pero en lo importante estamos de acuerdo y alineados”, aseguró en una de las respuestas.

Que la presidenta madrileña y el presidente del PP son como el agua y el aceite en la concepción de la política, lo saben en el equipo de ella y en el equipo de él. Han hecho una lectura pragmática para solapar las diferencias de estilo. Una fuente de la formación en la Comunidad de Madrid contaba a este medio que las proyecciones demoscópicas de Ayuso, cara a las elecciones de mayo de 2023, son incluso más halagüeñas que las que le auparon a la victoria en mayo de 2021. Es un filón, un granero de votos indudable, así que ¿Feijóo va a correr el riesgo de no aprovechar este tirón cuando llegue su momento? La madrileña aspirará el año que viene a revalidar mandato y Feijóo, a gobernar España. Se necesitan. 

Asimismo, indica una fuente del PP, el gallego no se va a entrometer en Madrid. Habría incluso una especie de acuerdo verbal, aunque no sólo de la dirección nacional con la de Ayuso, sino también con las demás jerarquías regionales: las listas de las autonómicas y municipales se harán en los territorios; las de las nacionales las pilotará escrupulosamente Génova.

El PSOE está hurgando en esa hipotética pelea de liderazgos por una razón muy sencilla: Ayuso puso el detonante para que Pablo Casado y Teodoro García Egea abandonaran sus cargos. Su demostración de fuerza invita a pensar que ni Feijóo podrá imponerse, aunque en privado varios dirigentes socialistas reconocen que el PP de hace cinco meses no tiene nada que ver con el PP de ahora y que, en lógica, la contraposición de ambos liderazgos no dará resultado

Lemas y emociones

Las campañas electorales se resuelven generalmente con lenguaje emocional, con mensajes concisos y rotundos que movilicen al electorado afín y al que lo es según el momento. El PSOE incidió primero en la asociación del PP con Vox, lo que funcionó en 2019, pero no ha funcionado ni en 2021 ni en 2022. La idea ahora es debilitar a Feijóo, estrechar el cerco todo lo que se pueda contra él, airear las contradicciones que tenga, los errores. Por eso, en la dirección se ha adoptado una estrategia defensiva en torno a él. El líder hizo el balance de fin de curso anterior sin aceptar preguntas de los periodistas.

A su vez, ha desarrollado una batería argumental más ofensiva, centrada en Sánchez. Se trata de retratar al presidente como un mandatario en el tramo final de su ciclo, agotado, “con los plomos fundidos”, como ha dicho este martes Rollán. Un dirigente y previsible candidato al frente de un Gobierno inestable y en manos de unos socios parlamentarios que piensan antes en “el interés propio que en el general”, en palabras del cargo del PP. 

El Gobierno conoce al dedillo la red argumental de los populares, pues la ensayaron con José Luis Rodríguez Zapatero desde 2008, cuando España, como ahora, parece que se adentra en un contexto económico adverso. Y el PP cree saber por dónde irán los contraataques del PSOE y casi descartan una mejora económica de tal calibre que altere el humor social de los ciudadanos. La moral de victoria se ha instalado en Génova, mientras en Ferraz reconocen que buscan maneras sin descanso de que no arraigue la moral de derrota.

“Oposición negacionista”, repiten sin cesar en las filas socialistas; “Gobierno de la improvisación”, reiteran sin descanso en las filas populares. “Ayuso manda en el PP”, pregona el PSOE; “Sánchez, agotado”, promueve el partido de Feijóo. Son mensajes y lemas que a partir de ahora serán frecuentes, quizá constantes; ya se sabe: que vaya colando en el ánimo colectivo. Quedan menos de diez meses para las elecciones autonómicas y municipales y unos 16 para las generales. Vayan preparándose.