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Realidades y mitos del presupuesto de Defensa

Actualmente, la OTAN calcula que España gasta más de 13.000 millones de euros anuales en esa área, el 1,01% del PIB

Militares españoles en Afganistán.

Militares españoles en Afganistán. / AFP

Ona Sindreu

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“España cumplirá el compromiso con la OTAN y con la Unión Europea de destinar el 2% del Producto Interior Bruto al presupuesto en Defensa”. Esta promesa de Pedro Sánchez el último día de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Madrid significaría duplicar el gasto militar respecto al PIB, que hoy supone el 1,01%, antes del 2029. España es el segundo país de la alianza con menor gasto militar. Ante la incertidumbre de qué pasará si finalmente Unidas Podemos rechaza la propuesta, políticos y usuarios de redes sociales han especulado sobre cómo afectará esto a España. Veamos los datos: 

Actualmente, la OTAN calcula que España gasta más de 13.000 millones de euros anuales en Defensa, el 1,01% del PIB. Aunque esta cifra ha aumentado los últimos años -en 2016, era del 0,81%-, durante la primera mitad de los años noventa era del 1,6% del PIB, y diez años antes, en un contexto de Guerra Fría, llegó al 2,4%, según datos de la OTAN.

Si se quiere alcanzar el objetivo de la OTAN, con el PIB actual, el gasto militar ascendería a los 26.000 millones. A modo de comparación, las prestaciones de desempleo costaron al estado unos 25.000 millones el año pasado. El presupuesto del Ministerio de Defensa es de unos 10.150 millones, pero la alianza militar incluye en su cómputo partidas militares que el gobierno reparte entre otros ministerios. 

En cifras absolutas, el presupuesto del ministerio de Defensa actual es el más elevado de la democracia española. Durante los primeros años del gobierno popular de Mariano Rajoy, rondaba los 6.000 millones de euros -durante la crisis de 2008, el entonces presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, lo redujo una cuarta parte- pero en 2017 se inició un incremento que Pedro Sánchez ha continuado. 

Esto se debe a un crecimiento sobre todo de los costes de material, que se han cuadruplicado desde 2016, mientras que los de personal se han mantenido estables, según los presupuestos del Ministerio (pág. 53). Este dato refleja las inversiones en armamento de última generación hechas hace ya años, que han dejado un rastro de créditos que el ministerio todavía tiene que pagar.

Acuerdos de la OTAN

El umbral del 2% viene de 2006, cuando los ministros de defensa de la OTAN acordaron destinar este porcentaje del PIB al ejército (la alianza no cuenta con recursos propios, más allá de una estructura de comando, así que depende de los ejércitos nacionales). Pasado lo peor de la crisis económica, que ralentizó el aumento de gasto, en 2014 recuperó la meta de que el presupuesto en Defensa de todos los estados miembro llegara al 2% de su PIB antes de 2024. 

Pero a día de hoy, solo nueve países igualan o superan este umbral. Entre ellos, Grecia (3,76%), Estados Unidos (3,47%) y Polonia (2,42%). España está en la cola, con un 1,01%, por delante únicamente de Luxemburgo (0,58%).

De hecho, los Estados Unidos destinan más del doble de recursos al ejército que el resto de estados de la OTAN juntos. Aunque el PIB de los Estados Unidos es similar a la suma del PIB de los miembros europeos y Canadá (unos 20 billones de dólares), el país norteamericano destinó en 2022 más de 820.000 millones de dólares en su ejército, frente a los 370.000 millones del resto de países. Unos datos que ilustran la inmensa influencia de Biden ante sus socios de la OTAN.

¿Dónde va a parar el dinero de Defensa?

Otra de las demandas de la OTAN hacia sus estados miembro es que el 20% de sus presupuestos militares vayan dirigidos a modernizar sus fuerzas armadas, comprando nuevo armamento e invirtiendo en investigación y desarrollo. 

De los 10.150 millones que dispone el Ministerio de Defensa español, al menos 2.850 de ellos (el 28%) van destinados a Programas Especiales de Modernización (PEM), que han aumentado un 22% su presupuesto respecto al 2021 para lidiar con deudas de años anteriores. Se trata de unos 2.850 millones dedicados explícitamente a adquirir y producir armas de última generación para cumplir con los compromisos con la OTAN y la UE. Las inversiones más costosas incluyen cazas Eurofighter, Airbuses militares, tanques ‘Leopardo’, sistemas de misiles, submarinos S-80, helicópteros multipropósito y fragatas F-110. 

En realidad, no todas las partidas de los PEM son tan modernas ni de última generación. De hecho, diversas de ellas ya aparecían en el presupuesto del programa de 2012. Los contratos para los submarinos S-80, por ejemplo, existen desde 1997. Pero la crisis económica y los recortes en Defensa dificultaron los pagos, que se han ido arrastrando hasta hoy. 

La ofensiva rusa y la reconfiguración del orden internacional

Después de años de incumplir la demanda atlántica de destinar el 2% del PIB a defensa, Pedro Sánchez ha prometido que España llegará a este umbral en 2029, motivado por la invasión rusa de Ucrania. En su discurso, el presidente del gobierno aseguró que “la seguridad no está garantizada”, hecho que justificaría, según él, este aumento de la fuerza militar española. 

Aun así, el presupuesto militar de la Rusia de Vladímir Putin no llega ni a una décima parte del de los Estados Unidos de Joe Biden. El ejército de la máxima potencia mundial cuenta con más de 750.000 millones de dólares, frente a los 63.000 millones del de la Federación Rusa. Lo indican los cálculos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, uno de los principales Think Tanks sobre conflictos y políticas de defensa.

Como contamos en esta verificación, también la Unión Europea está muy por encima de Rusia: los Estados miembro suman 230.000 millones en gasto de defensa. De hecho, si el presupuesto militar ruso se puede comparar con el de otros estados, estaríamos hablando de India, el Reino Unido y Arabia Saudí, que también se mueven alrededor de los 60.000 millones.

En el marco del reforzamiento del frente oriental de la Alianza Atlántica en respuesta de la invasión rusa de Ucrania, España envió 150 militares a Letonia, que se sumaron a los 350 que ya estaban allí desde 2017. En total, la OTAN dispone de 4.000 tropas en este país, siendo Canadá el país con mayor presencia. Según indica el ministerio, España también forma parte de la Policía Aérea del Báltico con cazas F-18 y Eurofighters, y contribuye con diversos buques de guerra a las Fuerzas Navales Permanentes de la OTAN, desplegadas por los mares europeos. También tiene una batería antiaérea Patriot en la frontera entre Turquía y Siria.

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