Clima España - Marruecos

Interior reformará el paso fronterizo de Melilla en el que murieron aplastados 23 migrantes

Madrid y Rabat refuerzan su nuevo entendimiento: más cooperación policial y un congreso saharaui promarroquí en Canarias

Gendarmes marroquíes, entre los heridos en la avalancha ante la valla fronteriza del Barrio Chino de Nador, el 24 de junio de 2022

Gendarmes marroquíes, entre los heridos en la avalancha ante la valla fronteriza del Barrio Chino de Nador, el 24 de junio de 2022 / El Periódico

Juan José Fernández

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Técnicos del Ministerio del Interior y de varias empresas públicas tienen en estudio una reforma del puesto fronterizo del Barrio Chino, pedanía entre la localidad marroquí de Nador y la española Melilla, la linde en la que, el pasado 24 de junio, al menos 23 migrantes subsaharianos murieron por aplastamiento y asfixia.

La reforma del paso melillense, de los últimos arreglos que quedan por hacer en la frontera con Marruecos, se enmarca en un clima de gran entendimiento entre Madrid y Rabat, y en el que la parte española no está escatimando guiños: entre otros, este verano, un refuerzo del contacto policial y, a la vuelta del periodo estival, otra vuelta de tuerca a la aceptación del plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental.

Entre esos detalles también está la factura de la obra en el paso del Barrio Chino: será por completo a cargo de España, y con apoyo de fondos europeos. Es, según fuentes locales de la Policía Nacional, “el peor puesto fronterizo de Europa”. El menor y más desprotegido de los accesos a la ciudad está inclinado en cuesta abajo lateral, y con un pasillo tan estrecho que apenas cabe un hombre. Un torno hoy fijo cierra el recorrido. En ese embudo y contra ese torno se agolparon más de 500 migrantes en el último, y trágico, intento de asalto a la valla de Melilla.

De momento el puesto está cerrado. Lo clausuró Marruecos  con la pandemia y no se ha reabierto, pues no están acabadas las obras de reforma de las fronteras africanas que el Gobierno tiene en marcha. En un clima de nueva entente con Marruecos, Interior proyecta una frontera muy tecnificada en Ceuta y Melilla. Hasta el momento -y ante la afluencia de veraneantes de la Operación Paso del Estrecho- Marruecos y España han abierto solo el paso ceutí del Tarajal y el melillense de Beni Enzar, los dos principales.

Identificación facial

Fuentes próximas a los trabajos apuntan que entre las posibles opciones para el paso del Barrio Chino está una clausura de largo plazo, pero no sin dotar al puesto de las vallas antitrepa y los peines invertidos que ya tiene el resto del perímetro. De hecho, la avalancha organizada de migrantes del 24 de junio eligió ese punto por ser el único aún sin reforzar.

Interior quiere que todos los pasos de España con Marruecos cuenten con dos sistemas modernos de vigilancia en pasillos de seguridad: la identificación facial y la anotación de datos biométricos. Eso no es posible en el viejo edificio del Barrio Chino, que data de 1988 y se reformó puntualmente en 2015.

El 18 de enero de 2019, el Consejo de Ministros acordó arreglar las vallas de Ceuta y Melilla y “los sistemas de seguridad incorporados a las mismas”, que, “presentan un importante grado de obsolescencia y deterioro”. El 5 de noviembre de 2019 se contrató la primera fase de la “modernización del sistema de protección fronteriza terrestre”. El pasado 19 de julio, el Gobierno aprobó la última fase en Ceuta. Falta aún acabar en Melilla.

Ya van 50 millones de euros. Las obras se realizan bajo orden de discreción con empresas que, antes de acceder a la contrata, han de conseguir de Interior una habilitación de seguridad. La principal es la pública Tragsa.

Los encargos y su documentación son reservados. El 23 de septiembre de 2020, Interior limitó la información ante “la probabilidad de que las redes criminales pudieran aprovechar la ejecución de las obras de refuerzo y modernización del perímetro fronterizo para facilitar entradas planificadas y organizadas”, dice una resolución emitida ese día. Año y medio después se confirmó dolorosamente esta sospecha.

Lazos policiales

El pasado día 11, la DGST (servicio de Información marroquí) detenía en Tetuán a un miembro de Daesh de 36 años que se preparaba para matar. Solo había pasado una semana de que, con ayuda marroquí, la policía española neutralizara la vuelta de dos combatientes de Al Qaeda también marroquís desde Siria a Mataró y Madrid.

La colaboración antiterrorista está en un momento dulce. “En la crisis diplomática no se interrumpió, solo que no había fotos”, explica una fuente de Interior. Ahora es más público el partenariado.

Un momento del traslado del yihadista detenido en Mataró a dependencias policiales.

Un momento del traslado del yihadista detenido en Mataró a dependencias policiales. / CNP

Cuando los marroquís culminaron la captura del yihadista en Tetuán, el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo Piqueras, acaba de despedirse de su homólogo de la DGST, Abdellatif Hammouchi. Veinticuatro horas antes, Pardo Piqueras había encabezado una visita con cuatro altos cargos españoles: el comisario general de Información, Eugenio Pereiro; el de Policía Judicial, Rafael Pérez; el de Extranjería, Juan Enrique Taborda, y la jefa de Cooperación Internacional, Alicia Malo.

La visita, muy difundida por la prensa marroquí y poco comentada a este lado del Estrecho, permite augurar un refuerzo este otoño en la tenaza antiyihadista de España y Marruecos. “Pero no solo es el terrorismo: preocupa igual la criminalidad organizada”, indica la misma fuente de Interior.

Guiño saharaui

Esta cascada de detalles de cercanía con Rabat se completa con el que quizá Marruecos pueda considerar el principal: un nuevo guiño de la administración Sánchez al plan saharaui de Mohamed VI.

El Movimiento Saharahuis por la Paz (MSP) ha anunciado que celebrará un congreso en Las Palmas de Gran Canaria a la vuelta del verano. La cita no tiene aún fecha cerrada, aunque sus promotores pretenden que sea antes de que, en octubre, la ONU se pronuncie de nuevo sobre el Sáhara Occidental.

No hay fecha pero sí lista de asistentes. José Bono, exministro socialista de Defensa y expresidente del Congreso, ha confirmado a este diario su intención de acudir; “aunque no sé si podré”, puntualiza. Entre los asistentes, el MSP ha señalado también al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos.

El MSP es la alternativa pronorteamericana y de inspiración marroquí al Frente Polisario, y acepta el plan de autonomía de Rabat. Albergar su encuentro en suelo español, y con la no descartada participación de algún alto cargo socialista en activo, tiene todas las posibilidades de enfriar más las relaciones con Argelia.  

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