Poder Judicial

Gobierno y PP tantean una última opción para acercar posturas en la renovación del CGPJ

Génova prevé hacer llegar su propuesta sobre la justicia a Moncloa antes de que el miércoles el Congreso dé el primer paso para una nueva reforma del Poder Judicial

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Marisol Hernández / Paloma Esteban

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El tiempo para llegar a un acuerdo sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha comenzado a correr de manera desbocada. Es ahora o nunca. El próximo miércoles el Congreso aborda la toma en consideración de una nueva reforma, impulsada por el PSOE, para que el CGPJ pueda escoger a los dos miembros que le corresponden en el Tribunal Constitucional y el Gobierno, a la par, designe a los suyos. El jueves se aprobará y se enviará al Senado para que la siguiente semana le dé su aval.

En estos momentos ésta es la previsión, salvo que en las próximas horas el Ejecutivo y el PP mantengan contactos para intentar un acercamiento. Una posibilidad que ninguna de las dos partes descarta. El Gobierno, según las fuentes consultadas, asegura que está tratando de que eso pueda ocurrir. Y Génova confirma también una tentativa de aproximación o, por lo menos, sigue viendo opciones si el Gobierno da marcha atrás con la reforma.

En el PP entienden que “de aquí al miércoles” hay tiempo “y ventanas de oportunidad” para hacerle llegar al Ejecutivo su propuesta de renovación del CGPJ, que incluye un plan de regeneración y mejora del sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces en sintonía con lo que pide Europa. 

Se abre así una pequeña rendija para poder explorar un acuerdo sobre el CGPJ, que se cerrará absolutamente si el jueves sale adelante el proyecto de ley del PSOE para proceder al relevo íntegro del tercio del Tribunal Constitucional, cuyo mandato caducó el pasado 12 de junio. El PP ha pedido al Gobierno que lo retire para favorecer un entendimiento. Si se aprueba, que es la opción más probable, no tiene mucho sentido que dentro de unos meses los populares se abran a negociar. Por eso los próximos días son tan importantes. Esta última ocasión llega después de Génova lleve meses retrasando un pacto con el Gobierno con diferentes argumentos.

Alberto Núñez Feijóo, en la primera reunión que mantuvo con Pedro Sánchez en la Moncloa, el pasado mes de abril, pidió un margen para conocer el asunto porque hacía sólo unas semanas de su elección como presidente del PP. De ese encuentro sí salió que nombrarían negociadores: el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons. El perfil de Feijóo y del propio González Pons, más moderados que Pablo Casado y nada pendientes de lo que diga o haga Vox, hacía pensar que sería posible acordar un nuevo CGPJ, tras tres y años y medio caducado.

Esa expectativa no se ha cumplido. Se cruzaron las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio y en el Ejecutivo confiaban abrir las conversaciones justo después. Pero sólo unos días antes Génova volvió a demorarlo con el anuncio de que mandarían una propuesta en el plazo de un mes. Este anuncio enervó al Ejecutivo que le ha dado muchas vueltas a cómo poder elegir a sus dos magistrados en el TC sin contar con el CGPJ. Sólo con ellos ya se garantizaría una mayoría progresista.

Reforma a su reforma

Moncloa tenía dudas jurídicas sobre si podía hacerlo en solitario -la Constitución señala que el Alto Tribunal debe renovarse por tercios- pero, al comprobar que el PP no mostraba voluntad de abordar la negociación y que lo dilataba de nuevo, optaron por plantear una reforma a su propia reforma para levantar el veto a que el CGPJ no pueda hacer nombramientos. Este fue un cambio de la ley del Poder Judicial, muy criticado, para superar la negativa del PP a la renovación. Ahora se modifica para que sí pueda escoger a los dos jueces del TC.

Pero, para los populares lo que hizo saltar por los aires la posibilidad de negociar fue precisamente el registro de esa modificación legislativa sin esperar a conocer su propuesta. Ahora, ante el enfado de buena parte de la judicatura, los conservadores creen tener más fuerza a la hora de hacer valer sus exigencias. Y la primera de ella es que el grupo socialista en el Congreso retire la reforma. A partir de ahí, reconocen, los contactos podrían volver a retomarse.

Cunde la desconfianza

El margen, por tanto, es muy estrecho porque, además, a diferencia del mes de abril la desconfianza entre Moncloa y Génova es absoluta. En el Gobierno defienden que no han hecho más que "dar largas" y en el PP insisten en que van a plantear una propuesta. Fuentes populares dejan la puerta abierta sobre la fórmula que elegirán para trasladar su plan al Gobierno: podría ser en público o privado, pero lo harán. Y también reconocen que debe ser antes del debate en el Congreso porque no tendría sentido hacerlo después.

A todas estas dificultades se añade que el lunes se ha convocado un pleno extraordinario del CGPJ para reclamar al Ejecutivo que el Congreso no aborde este cambio en sus funciones sin pedirle antes un informe al propio Consejo y que la modificación no afecte sólo al TC sino al resto de nombramientos y para debatir si elevar una denuncia a la UE. Sobre esto último no hay unanimidad pero sí sobre el resto. Más presión para el Gobierno. Pero también para el nuevo PP de Feijóo. En ese misma sesión se volverá a poner de manifiesto la "insostenible" situación que atraviesa la justicia. El Tribunal Supremo acumula 14 bajas que no puede cubrir por la negativa del PP a la renovación y por la reforma impulsada después por los socialistas.