Tras el choque por los 1.000 millones en Defensa

Unidas Podemos presiona al PSOE y pide debatir el gasto militar

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante la inauguración del primer encuentro estatal LGTBI, en el Madrid Marriott Auditórium, este 5 de julio de 2022, junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante la inauguración del primer encuentro estatal LGTBI, en el Madrid Marriott Auditórium, este 5 de julio de 2022, junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez. / EUROPA PRESS / MARTA JARA

Miguel Ángel Rodríguez
Juanma Romero
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Nadie dudó nunca de que un Gobierno de PSOE y Unidas Podemos tendría sus altibajos. Y mucho menos sus propios protagonistas que, antes de que la alianza echara a andar, se conjuraron ante las futuras crisis con un protocolo para evitar los roces o, al menos, solventarlos una vez ya ocurridos, como ha terminado pasando. Entre los mecanismos que acordaron está la comisión permanente de seguimiento del acuerdo, invocada cinco veces y que ha terminado convirtiéndose en la zona de frenado de emergencia de la coalición, adonde dirigirse cuando las discrepancias se desbocan. A este órgano apeló este martes la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en plena polémica por la aprobación de un crédito de casi mil millones de euros para gasto militar. La líder de Unidas Podemos quiere bajar el balón al suelo y debatir "serenamente" el aumento del presupuesto de Defensa. El ala socialista del Gobierno se muestra dispuesta, al menos, a evitar el choque frontal, aunque deja muy claro que la determinación del presidente es firme porque la “seguridad no está garantizada”. 

La tensión creciente en el seno del Ejecutivo en las últimas semanas por el compromiso de Sánchez con la OTAN de elevar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB terminó explotando este martes por la aprobación en el Consejo de Ministros de un crédito extraordinario de 999.793.477 euros para sufragar bienes y equipos militares. Unidas Podemos denunció que no fueron informados por sus socios y que recibieron la información por la prensa: "Todo el cuidado y todo el cariño a la coalición progresista, pero, insisto, como en el Derecho, las formas son importantes. Creo que ni la vicepresidenta segunda ni los grupos de la oposición han de enterarse de razones tan importantes por ustedes [los periodistas]", dijo Díaz. 

Díaz se esfuerza en dejar claro que la alianza no corre peligro: "Seguiré cuidando esta coalición porque no hay alternativa a este Gobierno"

Y acto seguido anunció que Unidas Podemos había reclamado una reunión de la mesa de seguimiento para hablar con "seriedad",  "serenidad" y "sosiego". Un "alto en el camino", resumió Díaz. "Este es un debate que la sociedad tiene que dar con tranquilidad", recalcó tras señalar que el aumento del presupuesto de Defensa hasta el 2% del PIB supondría colocar el gasto militar en torno a los 22.000 millones de euros, una cifra muy cercana a los 30.000 millones que maneja el Ministerio de Trabajo (para hacer frente a los ertes, las políticas de empleo, formación...). 

Todos los dirigentes de Unidas Podemos en bloque —salvo el ministro de Universidades, Joan Subirats— han mostrado su unidad en los últimos días rechazando conjuntamente el incremento del gasto en Defensa e, incluso, a la ampliación del número de destructores estadounidenses en Rota (Cádiz), a lo que votarán que no a su paso por el Congreso. Sin embargo, Díaz se esforzó en dejar claro que la alianza no corre peligro: "Seguiré cuidando esta coalición porque no hay alternativa a este Gobierno". Fuentes cercanas a la cúpula morada apuntan que la intención con la reunión con el PSOE es rebajar la polémica para empezar a hablar de las medidas sociales que deberán incluirse en los Presupuestos Generales del Estado para 2023.

Los partidos, no el Gobierno

También el ala socialista, que había sido informado de la petición de Díaz antes de que esta la publicitara, quiere apaciguar la última crisis. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, fue muy elocuente en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros: hay que ver las reuniones de la comisión de seguimiento, de la que participan, recordó, “los partidos” (y no el Ejecutivo), con “normalidad”, sin alarma. Alegó que son “habituales” este tipo de citas (no lo son, porque ha habido cinco en dos años y medio de legislatura) y que ya el Gobierno ventila sus diferencias en órganos colegiados como el Consejo de Ministros o la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios (CGSEyS).

Los socialistas subrayan que sí informaron previamente a sus socios: fue en la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios del jueves pasado

Precisamente, en la última convocatoria de este último órgano, el jueves pasado, se abordó el crédito extraordinario de casi mil millones. Según incidían este martes fuentes de la Moncloa y de Hacienda, fue la secretaria de Estado de Presupuestos, María José Gualda, quien expuso este punto en la reunión y “nadie hizo ninguna salvedad”, nadie manifestó su oposición. Tampoco los ministerios de UP. Y como no hubo objeciones, el asunto pasó al llamado índice verde del Consejo de Ministros, el que forman los acuerdos que no son sometidos “a consideración”, a debate, por los miembros del Gabinete, como indicó Rodríguez. La duda ahora es cuándo se verá la mesa de seguimiento: a última hora de este martes, ni siquiera estaba claro si se produciría el encuentro antes del debate del estado de la nación, programado para la semana próxima. 

La portavoz subrayó que la coalición sale “reforzada” de cada crisis, porque es más lo que les une que lo que les separa. Pero también lanzó una advertencia a los morados: no cabe “abstraerse” del contexto, una guerra a las puertas de Europa que ha cambiado el mundo. Y, ante la pregunta de si este es el momento más crítico entre los socios, remarcó que la coalición “no es un fin en sí mismo”, porque la “esencia y valor” del Gobierno son sus medidas dirigidas a los ciudadanos, especialmente a los “que más lo necesitan”. “Interesa dejar de hablar de nosotros”, de los líos entre los socios, zanjó, “para seguir hablando de los españoles, a los que nos dedicamos en cuerpo y alma”. 

El nudo de los PGE

Rodríguez no quiso responder a las acusaciones de “deslealtad” del presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, ni calentar el choque. “Hay que normalizar las diferencias, hay mecanismos para encarrilar los desencuentros y están reglados", insistían en la Moncloa, enfatizando a la vez que "hay compromisos adquiridos y responsabilidades asumidas" por Sánchez con la OTAN y con la UE, y hay un “claro liderazgo del presidente en política exterior y de defensa”. “Es él quien marca las directrices, y estas dos materias son exclusivas del PSOE”, advertían.

Hay un “claro liderazgo del presidente en política exterior y de defensa”, recuerdan en la Moncloa, y es Sánchez "quien marca las directrices"

En la Moncloa creen que habrá un punto de encuentro entre los socialistas y los morados. Sin sacrificar gasto social pero tampoco sin "deslegitimar la inversión en Defensa", porque lo que quiere transmitir el presidente es que el gasto militar no es una cuestión "vergonzante". Es decir, que serán capaces de pactar la discrepancia, aunque a priori parece complicado encontrar un punto intermedio, ya que Sánchez quiere avanzar hacia el 2% del PIB de cara a 2029, evidenciar ante los aliados y la UE que España es un socio "fiable", mientras que Unidas Podemos rechaza cualquier aumento. El choque se visualizará en los Presupuestos Generales del Estado para 2023. En caso de que esa cuestión quedara abierta en el proyecto de ley, el PSOE buscaría el respaldo del PP a la sección de Defensa. Y si los populares amenazaran con tumbar las cuentas (si cae una sección, cae el texto entero), entonces, dicen en la cúpula parlamentaria socialista, los morados votarán contra su criterio para que no peligren los PGE. Pero queda mucho trecho para eso.

Lo que llegará antes al Consejo de Ministros, "lo más pronto posible", según Rodríguez, es la modificación del Convenio de Defensa con Estados Unidos de 1988, para que la base de Rota sume dos destructores a los cuatro que ya tiene. Esa enmienda luego tendrán que validarla Congreso y Senado y UP ha advertido de que votará en contra. De nuevo, el ala socialista recuerda que hay un acuerdo con Joe Biden que Sánchez respetará.