Análisis

La espera de Alberto Núñez Feijóo | Videoanálisis de Verónica Fumanal

El líder del PP ha dejado la ansiedad por llegar rápido al poder que mostraron Casado, Rivera e Iglesias y está esperando su momento

Verónica Fumanal: La espera de Alberto Núñez Feijóo

Verónica Fumanal: La espera de Alberto Núñez Feijóo / Verónica Fumanal Callau

Verónica Fumanal Callau

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Alberto Nuñez Feijóo ha llegado al PP y lo primero que ha modificado es la estrategia del partido. A diferencia de Pablo Casado, que compartía con Albert Rivera y Pablo Iglesias la voluntad permanente de aparecer en los medios de comunicación de forma diaria y una cierta ansiedad por llegar rápido al poder, Feijóo ha rebajado el número de apariciones y la intensidad de su agenda mediática para adecuarla a sus necesidades: no aparecer mucho y esperar a que llegue su turno. Y es que, como hizo en su estrategia para alzarse con el liderazgo del partido, la mejor habilidad de comunicación política del gallego es saber administrar los tiempos y jugar las partidas de las que se sabe ganador. En las primarias populares del 2018 se hizo saber candidato, pero no acabó de consumar sus aspiraciones porque huye de las situaciones que no puede controlar, así que esperó a que llegara su entronización segura y llegó.

En su estrategia hacia la Moncloa su arma es el control de los tiempos, la gestión de la ansiedad y la elección del momento. No tiene los condicionantes de falta de notoriedad como otros recién llegados a los liderazgos nacionales, porque su autoridad territorial ya trascendía antes más allá del embalse de Pías. El líder popular no solo es conocido, sino que su marca personal lleva aparejada atributos positivos como la “buena gestión” o las “formas tranquilas” algo que él teme que pueda desaparecer si se prodiga mucho por los medios de comunicación con polémicas estériles y negativas para él sobre la belleza de las puestas de sol en los diferentes puntos cardinales de la geografía española… habrá aprendido que ser candidato a presidente del Gobierno no es lo mismo que ser Mick Jagger, que loa cada ciudad en la que empieza un concierto.

La mejor estrategia de Feijóo es saber esperar, esperar su momento, y lo ha vuelto a demostrar durante la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. Durante toda la semana se ha mantenido en un discreto lugar mediático, dejando a Sánchez disfrutar del escaparate de la mejor fotogalería política del mundo, por la compañía y por los entornos elegidos. Una vez finalizada la cumbre ha loado la organización del evento, obviamente con alguna cuña de oposición, pero poniendo el énfasis en los que es un clamor, que la marca España ha salido reforzada a nivel internacional, una obviedad que no le resta, sino que le otorga credibilidad.

Mi teoría es que cuando te expones a los medios de comunicación de forma recurrente no te quemas por el simple hecho de estar presente, es más, yo defiendo que es algo positivo. Lo que te achicharra son los gazapos, las incoherencias, las polémicas, las criticas internas, las luchas fratricidas. Sabe Feijóo que, cuanto más aparezca en los medios, más posibilidad hay de meter la pata. Tiene el nivel de conocimiento suficiente, una imagen pública consolidada y una coyuntura contraria al Gobierno que no necesita remar, porque otros lo hacen por él. Así que sabe que su estrategia es tan solo esperar, de nuevo, su momento.  

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