El debate sobre la seguridad

El ala socialista del Gobierno redobla la presión sobre Podemos por el gasto militar: “La clave es Díaz”

Robles y Albares amplifican el llamamiento de Sánchez a sus socios para que recapaciten y no pongan reparos a un mayor presupuesto de Defensa

En la Moncloa destacan ya el cambio de postura del ministro de Universidades, Joan Subirats, mientras Yolanda Díaz guarda un absoluto silencio

La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto a la silla que ocupa Estados Unidos en la primera jornada de la cumbre de la OTAN, el pasado 29 de junio de 2022 en el recinto ferial de Ifema, en Madrid.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto a la silla que ocupa Estados Unidos en la primera jornada de la cumbre de la OTAN, el pasado 29 de junio de 2022 en el recinto ferial de Ifema, en Madrid. / EFE / JUAN CARLOS HIDALGO

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Presión y más presión sobre Unidas Podemos para que reconsidere su rechazo a elevar el gasto militar. A las primeras llamadas a la "reflexión" de Pedro Sánchez durante la cumbre de la OTAN se unieron este viernes nuevas apelaciones de dos ministros muy relevantes del bloque socialista, la titular de Defensa, Margarita Robles, y el de Exteriores, José Manuel Albares. El presidente del Gobierno "no se va a frenar", señalan en su círculo de confianza. Se ha comprometido ante los miembros de la OTAN a que aumentará esta partida progresivamente, hasta alcanzar el 2% del PIB en 2029, "y lo hará".

No va a ceder ante Unidas Podemos, prosiguen, aunque esta formación ha advertido de que no apoyará un crecimiento del presupuesto en Defensa. El Gobierno busca fórmulas para garantizarse el objetivo enunciado por Sánchez. Pero, mientras, se ha puesto en marcha una operación para convencer al socio minoritario de la coalición, que ya ofrece un primer resultado. El ministro de Universidades, Joan Subirats, cuota de los comunes, aseguró que ve "justificado" asumir "los costes de lo que implica una política de defensa si aumentan los riesgos y las amenazas".

Irene Montero se reafirma en el no de Podemos tras las palabras de Subirats: España no requiere "más dinero en tanques ni en armas"

La pregunta que se hacen en la Moncloa es qué piensa Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda, que ha guardado silencio durante estos días. Subirats es un dirigente alineado con ella, en un momento de mucha tensión entre Díaz y Podemos, por la influencia que pretende ejercer Pablo Iglesias. Esto ha derivado en una fragmentación en tres partes del Ejecutivo: los socialistas; Díaz, Subirats y Alberto Garzón, por un lado, y Ione Belarra (secretaria general de la formación morada) e Irene Montero por otro. Pero la figura social, quien aspira a liderar una plataforma a la izquierda del PSOE para concurrir a las elecciones, es la vicepresidenta.

Según los datos del CIS, el 70,9% de la población apoya que la OTAN envíe armas a Ucrania y un 63,3% está a favor de la postura del Gobierno ante el conflicto. Y según la última encuesta de la Alianza, de 2021, el 67% de los españoles apoyaba entonces (antes de la invasión rusa) la permanencia en la organización. "La clave está en Yolanda [Díaz]", destacan en la Moncloa, apelando a ella como la única dirigente que puede lograr hacer virar a Unidas Podemos. No se antoja una tarea fácil. La ministra de Igualdad, Irene Montero, insistió desde Nueva York, donde se encuentra en visita oficial, que Podemos aspira a una reorientación "feminista" del gasto público y a dar prioridad a la vertiente social. España no requiere "más dinero en tanques ni en armas", afirmó, difiriendo de Subirats, informa Europa Press. Esta es la misma postura que han exhibido Belarra y Garzón.

El 2% ya es más "suelo que techo"

La demanda de que 'reflexionen' la arrancó el miércoles el propio Sánchez, después de que la víspera hubiera acordado con el presidente de EEUU, Joe Biden, reforzar la capacidad de la base naval de Rota (Cádiz) con dos nuevos destructores, algo que exige modificar el Convenio de Cooperación para la Defensa de 1988. Ese cambio ha de pasar por el Consejo de Ministros y las Cortes Generales. Los morados ya mostraron a las claras su oposición. Pero el segundo órdago del presidente llegó el jueves, en la clausura de la cumbre de la OTAN, cuando solemnizó el compromiso de llegar a un gasto militar del 2% del PIB en 2029. El presupuesto en Defensa actual, según los datos de la propia Alianza para 2022, es del 1,01% del PIB, unos 10.000 millones de euros, luego tocar ese umbral del 2% que los países miembros firmaron en Gales (2014) supondría duplicar la inversión. Y ese 2%, dijo el secretario general de la OTAN durante la reunión en Madrid, "se ve ahora más como suelo que como techo".

Robles pide a UP que analice el aumento del gasto militar "sin prejuicios", porque sin libertad ni seguridad no hay espacio para se disfrute de la sanidad o la educación

Unidas Podemos se dio por aludida pero solo para contratacar: quien debe pensar las cosas es el PSOE. Esto es, que buscaría que el socio mayoritario de la coalición cediera. Pero no ocurrirá. "Pedro va a saco", apuntan gráficamente fuentes de la cúpula socialista. La prueba es que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en TVE, sostuvo que espera "que sí" haya margen para que UP recapacite. "La seña de identidad de todas las fuerzas progresistas es la protección de nuestros ciudadanos y, dentro de ellos, los más vulnerables. La inseguridad siempre golpea desproporcionalmente al más vulnerable y al más débil", sostuvo.

A Albares le siguió la titular de Defensa. Margarita Robles, en La Sexta, pidió a los morados que analicen el aumento del gasto militar "sin prejuicios", porque sin libertad ni seguridad no hay espacio para que los ciudadanos disfruten de la sanidad o la educación, y para muestra, "que pregunten a los niños de Ucrania". La realidad, alegó, "es muy dura", y no "de flores y de paz". La ministra recordó que las "perspectivas no son buenas", porque la previsión es de una guerra larga, y "cualquier misil que puede lanzar Rusia puede llegar a Madrid", así que la situación de "vulnerabilidad" del mundo es "preocupante". Robles subrayó que el estirón en Defensa "es defender y trabajar por la paz", y además crea puestos de trabajo. De ahí que vea "adecuado" el razonamiento de Subirats, el primero del espacio morado que se desmarca.

"España cumple"

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya asume que será "duro" negociar los Presupuestos para 2023. La dirigente andaluza, acostumbrada a las tensiones constantes Unidas Podemos, relativizó desde Lebrija (Sevilla) las diferencias: la negociación "siempre es compleja", "no solo con los socios de gobierno, sino con todos los grupos políticos que tienen que apoyar un Presupuesto". Su idea es "compatibilizar los derechos sociales, las pensiones, la sanidad, la educación, la vivienda, la inversión" con el mayor gasto en seguridad, porque "España cumple con el conjunto de los socios".

"El compromiso político de Sánchez es claro y veremos la forma de plasmarlo, parlamentaria y en los PGE, pero se sacará", indican fuentes del Ejecutivo

Cuadrar el círculo corresponde, desde luego, a la propia Montero. Sánchez ofreció un "acuerdo de país" para aumentar el presupuesto en Defensa, ya que este compromiso trasciende esta legislatura, que muere como máximo en 2023, y también la siguiente. Pero ese acuerdo a izquierda y derecha que ambiciona el presidente, aunque no ha sido aún explicado por el Gobierno, tendría más cariz político, y seguramente sea apoyado por el PP. Pero después tocará aterrizar en los números, plasmar el crecimiento del gasto militar en una partida en las cuentas de 2023. Pero "una cosa es 2023 y otra el horizonte 2029", indican en la Moncloa. Es decir, que el mayor porcentaje de incremento no tiene por qué incluirse en las siguientes cuentas. Y esto incluso puede limitar las reticencias de Unidas Podemos.

La pregunta es cómo se traducirá la voluntad expresada a los aliados. Cuál será el estirón previsto para el año que viene y con qué apoyos piensa sacarlo el Ejecutivo. En el equipo del presidente piden no correr tanto, aunque trasladan tranquilidad: "Si la guerra de Vladímir Putin ha demostrado algo es que la seguridad no está garantizada. Lo ha visto hasta Subirats. El compromiso político de Sánchez es claro y veremos la forma de plasmarlo, parlamentaria y presupuestariamente, pero se sacará".

Margen hasta los PGE

Una vía posible, que sugieren en el Grupo Socialista, es que se acuerden las cuentas con Unidas Podemos y se deje fuera la partida del ministerio de Robles. Como el proyecto de ley se vota en el pleno por secciones, bastaría con que el PP apoyara la correspondiente de Defensa, aunque los morados se opusieran. Pero en Hacienda enfrían esa alternativa, por el riesgo: si una sección cae, automáticamente todo el Presupuesto es tumbado y devuelto al Ejecutivo. Una derrota que llevaría irremisiblemente, más pronto que tarde, a nuevas elecciones generales. Y el PP, advierten, podría tener la tentación de votar en contra de la partida de Defensa para herir de muerte a Sánchez.

Cabría dejar fuera del acuerdo de los PGE la partida de Defensa para que la apoyara el PP, pero es un riesgo. Otra vía es tramitar el gasto militar vía decreto ley, con ampliación de crédito

Otra opción es que se despiece el gasto militar. Es decir, que se lleve el aumento de la inversión a un real decreto ley independiente (que pudiera apoyar la derecha), en el que se consignase esa ampliación de crédito. En Hacienda no convence esa solución, ya que significaría sacar unas cuentas por partes, cuando el proyecto de ley ha de tener coherencia y unidad. En la Moncloa sí insisten en que hoy por hoy "la vía es la presupuestaria".

Queda margen y negociación por delante. Y ahora, el presidente tiene la cabeza en el reto inmediato: el debate del estado de la nación, del 12 al 14 de julio, que quizá arroje pistas adicionales sobre cómo cuadrará el Gobierno un difícil sudoku en los que serán, si se aprueban, los últimos PGE de la legislatura.