Tras amenazar con irse

Conexión naranja (II): Albert Rivera, detrás de que Mad Cool consiga un terreno al sur de Madrid

Madrid busca un nuevo terreno para el festival porque en octubre vence su permiso para estar en IFEMA

Rafael Coto, empresario cercano a Albert Rivera y vinculado a Ciudadanos, se ha asociado con los dueños del evento

El festival amenazó con dejar Madrid antes de la pandemia, cabreó a Andrea Levy y Rivera recondujo la situación con el consistorio

Albert Rivera y Rafael Coto.

Albert Rivera y Rafael Coto.

Analía Plaza

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El festival Mad Cool negocia con el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid su salida de IFEMA para irse a Villaverde tras la edición de 2022, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA a través de distintas fuentes conocedoras de este caso.

A las conversaciones —algunas de ellas registradas en el portal de transparencia del Ayuntamiento— acuden los dos socios originales de Mad Cool, Javier Arnáiz y Francisco Castromán 'Farruco', y un tercer representante: Rafael Coto, el amigo de Albert Rivera que colaboró con Ciudadanos en la producción de sus campañas electorales.

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Coto se ha asociado con Arnáiz y Castromán en una sociedad llamada Mad Cool Events S.L creada el verano pasado y distinta de Mad Cool Festival S.L, la que monta el festival. El empresario tiene más porcentaje que sus socios en esta empresa: un 40%, frente al 30% de cada uno de ellos, según datos del Registro Mercantil solicitados y revisados.

En las mismas fechas, Coto se asoció con Arnáiz y Castromán en Andalucía, donde han creado el Andalucía Big Festival by Mad Cool: un nuevo festival que ha recibido una subvención a dedo de 4,2 millones (3,5 + IVA) de la Consejería de Turismo de la Junta, dirigida por el vicepresidente Juan Marín, de Ciudadanos.

Tras varios desencuentros con el área de Cultura, dirigida por Andrea Levy (PP), las principales conversaciones institucionales que tiene Mad Cool en Madrid son con miembros de Ciudadanos. El área de Urbanismo está dirigida por Mariano Fuentes. En la primera reunión registrada públicamente entre Ayuntamiento y empresa, el 15 de febrero de 2022, la titular fue la vicealcaldesa Begoña Villacís.

200.000 euros anuales

Mad Cool tiene una autorización temporal y paga alrededor de 200.000 euros anuales por ocupar el suelo de IFEMA, en el que lleva desde 2018 (el enmarcado en rosa en la imagen anterior). No solo monta su evento: también acoge los de terceros, como el Coca Cola Music Experience o Reggaeton Beach. Este permiso vence el próximo mes de octubre, de acuerdo a la información facilitada a este medio por Urbanismo.

Beatriz Tajuelo, ex-pareja de Albert Rivera, Rivera y Rafael Coto

Beatriz Tajuelo, ex-pareja de Albert Rivera, Rivera y Rafael Coto / REDES SOCIALES

La utilización de dicho espacio estuvo en duda esta edición hasta el pasado mes de abril. De hecho, Mad Cool vendió entradas sin indicar dónde sería. Finalmente, se ha autorizado pese a la presión de los vecinos, que en 2019 lo denunciaron por ruido y lograron que la fiscalía de Medio Ambiente abriera diligencias contra el festival.

Este enorme suelo de 500.000 metros cuadrados, de los cuales Mad Cool ocupa 100.000, está destinado a la futura ampliación de IFEMA. La obra iba a empezar en 2021 pero quedó congelada 'sine die' debido a la pandemia.

Mad Cool ha conseguido quedarse allí este año, pero antes o después se tiene que ir.

Los terrenos que se están valorando ahora para la mudanza están cerca de la Colonia Marconi, un polígono industrial al sur de la ciudad que linda con la M-45 y con Getafe. En la zona hay una parada de metro, Villaverde Alto, y dos de Cercanías: Villaverde Alto y San Cristóbal Industrial.

Desde Urbanismo aseguran que trabajan "para que el festival siga en Madrid" y que "se están barajando varias localizaciones", aunque no hay nada cerrado. Preguntada por estos temas, la empresa no ha querido dar información.

Cabe recordar que Mad Cool recibe en Madrid subvenciones millonarias. Este ejercicio ascenderán a 2,5 millones de euros: 1,4 del Ayuntamiento (negociado por los concejales escindidos de Más Madrid) y 1,1 de la Comunidad.

Amenazas de ir a otra ciudad

En 2020, justo antes de la pandemia, Mad Cool amenazó con marcharse de Madrid. Exigían al área de Cultura una subvención de 16 millones en cuatro años y un nuevo espacio, a sabiendas de que un día tendrían que dejar IFEMA. Las alternativas del Ayuntamiento les parecían "inviables".

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Tensaron la relación con el consistorio, criticándolo en un artículo en 'El País'. Dijeron que no podían seguir "invirtiendo y arriesgando" si no veían "respaldo por parte de los organismos públicos". Andrea Levy manifestó su voluntad para que no se marcharan, pero recalcó que eran el promotor privado que más subvención recibía y que la política cultural no eran solo festivales.

"Ahí estaban forzando el patrocinio de ese año. Lanzaron esa bomba mediática para que al Ayuntamiento se le pusieran los pelos de punta por la posibilidad de perder el festival", dice una persona conocedora de las negociaciones.

Rafael Coto había conocido a los fundadores del Mad Cool un tiempo atrás. A partir de ese momento, con Rivera ya fuera de la política, entra en las conversaciones con el ala naranja del Ayuntamiento de Madrid para aumentar la subvención y buscar nueva localización.

Rivera tiene vínculos con el mundo de la música. Conoció a Coto a través de su amigo Miguel Poveda, reconocido cantaor de flamenco, a quien Coto llevaba la representación. También conoció a su actual pareja, la cantante Malú, a través de Poveda.

Actualmente, y por lo que muestra en sus redes sociales, Coto acompaña a Malú en las presentaciones de su disco y conciertos.

Cuando Rivera dejó el bufete de abogados Martínez-Echevarría, hubo informaciones que apuntaron a que su futuro estaba en la industria musical.

Durante la amenaza de Mad Cool con marcharse, Rivera mediaba entre la empresa y la parte naranja del consistorio. Así lo interpretan fuentes bien conocedoras de estas negociaciones. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha contactado con él para recoger su versión, pero no ha obtenido respuesta.

"Fueron días efervescentes. No era solo el tema de la subvención, también el del suelo. El Ayuntamiento no aseguraba 100% que el festival pudiera hacerse en la zona de IFEMA y estaba en tierra de nadie", dicen estas fuentes. "Levy estaba molesta con el pulso mediático que le habían echado. Rivera se encargó de canalizarlo".

Villacís acudió junto a los socios de Mad Cool a ver a Levy e intentar cerrar la subvención a cuatro años. No lo logró. Según contó 'El Mundo', en aquel momento Mad Cool buscaba nuevos socios capitalistas y asegurarse tal inyección de dinero público le ayudaba en ese fin.

Pero estalló la pandemia y el sector de los festivales se paralizó. Mad Cool no se celebró ni en 2020 ni en 2021, año en el que Urbanismo le empezó a buscar una nueva localización. Consultado, el concejal Mariano Fuentes ha preferido no hacer ninguna declaración.

Terrenos en Villaverde

Los Aguados y Los Llanos son dos enormes suelos sin planeamiento de desarrollo. Pertenecen a propietarios privados: la familia Pino, grandes terratenientes del distrito de Villaverde. Fuentes se reunió con ellos en mayo de 2021.

El Ayuntamiento media entre la propiedad y la empresa, pero según varias personas conocedoras uno de los propietarios no tiene interés en acoger el evento. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha intentado conocer la versión de este propietario sin éxito.

Además, y según han explicado fuentes del sector a este periódico, Mad Cool busca mudarse a un espacio en el que pueda quedarse y organizar eventos de otras empresas como viene haciendo en IFEMA. Le preocupa también que IFEMA pueda tomarle el relevo y competir montando festivales en su propio suelo.

La empresa cuenta desde sus inicios con el apoyo de la multinacional Live Nation, el gigante global del mercado de la música, que también estaría interesada en acceder a dicho espacio. Live Nation promueve conciertos, vende entradas (compró Ticketmaster), gestiona giras y, además, opera más de 300 espacios en todo el mundo.

"Creo que uno de sus objetivos, más allá de globalizar el mercado, es que todo el mundo tenga que pasar por ellos", sostiene un promotor consultado. "En el mercado libre, eso me parece interesante. Pero que una institución pública dé alas a una empresa es distinto".

Con respecto a la subvención, la empresa tiene otros aliados en Recupera Madrid, el grupo de concejales que formaban parte del núcleo duro de Manuela Carmena y que se escindieron de Más Madrid. Este grupo incluyó, en sus enmiendas a los presupuestos de Almeida, una subvención de dos millones de euros para Mad Cool. Cultura la rebajó a 1,4 millones con el IVA incluido.

Distintas fuentes consideran que, dada la enorme cantidad de patrocinadores privados que logra Mad Cool y la atracción que supone su celebración en Madrid, la empresa no debería recibir subvenciones. Y que su aportación al tejido cultural de la ciudad es nula e incluso negativa, porque revientan a las salas subiendo cachés y logrando las únicas fechas de los artistas en Madrid. De hecho, la única relación que tienen ahora con Cultura es a través del área de Turismo.

Recalcan, además, que en Madrid mucha gente ha presionado para que Mad Cool saliera adelante y que las desmesuradas condiciones económicas que pedían al Ayuntamiento las han terminado consiguiendo en Andalucía.

"A Metallica o a los Smashing Pumpkins te los puede traer otro promotor. La gira de los Rolling Stones se inició en el Wanda, en Madrid", sostiene una de estas fuentes. "En Madrid el potencial es tan salvaje que, como promotor, no te hacen falta estímulos. Hay vuelos, hoteles y masa crítica, no como en otras ciudades", añade otra. "Yo pagaría por montar un festival allí".