Espionaje

El CNI investigó la formación de gobierno en Barcelona tras la victoria de ERC

Se intervino el teléfono de una persona que intercedía en las negociaciones entre ERC y Barcelona en Comú

Ada Colau, en el pleno del Ajuntament de Barcelona

Ada Colau, en el pleno del Ajuntament de Barcelona / JOAN CORTADELLAS

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Una de los 18 personalidades del procés espiadas por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) lo fue por el conocimiento que tenía de las negociaciones que estaban en marcha en Barcelona ante la posibilidad de que Esquerra Republicana de Catalunya (la candidatura de Ernest Maragall fue la lista más votada) se alzara con la alcaldía, según consta en la documentación que el CNI aportó a la comisión de Secretos Oficiales del Congreso del 5 de mayo, según publica 'La Vanguardia'.

Los servicios secretos españoles querían conocer el estado de las negociaciones en Barcelona, y les constaba que un cierto pinchazo podía darles información relevante. En concreto, se intervino el teléfono de una persona que estaba intercediendo para la formación de un gobierno de coalición entre ERC y Barcelona En Comú, la formación de Ada Colau, que empataron en los comicios municipales del 26 de mayo de 2019 a 10 ediles. Esas conversaciones no fructificaron y finalmente el plenario proclamó alcaldesa a Colau gracias a los votos del PSC y los de los tres concejales de la lista del exprimer ministro francés Manuel Valls.

En declaraciones a Catalunya Ràdio, Ernest Maragall ha confirmado que hubo una "operación de Estado" para evitar que él asumiera la alcaldía: "Quizás tenían miedo a un 14 de abril", ha dicho, y ha asegurado que Valls fue "un juguete más" en el marco de una "operación de Estado" que pretendía evitar que ERC recuperara la alcaldía de Barcelona. "Estamos en una democracia intervenida", ha sentenciado el dirigente republicano, que deplora que desde instituciones estatales se vea como un "riesgo" la posibilidad de que ERC gobierne.

A su juicio, la información sobre el espionaje del CNI a ese presunto intermediario, cuya identidad no ha querido revelar, "afecta muy gravemente a la legitimidad y a la validación democrática" de lo sucedido tras las elecciones municipales de 2019. En este sentido, ha pedido a la alcaldesa y a su primer teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, que "sean dignos de sus responsabilidades", si bien no ha aclarado qué tipo de reacción espera. "Para mantener el poder todo vale, incluso la ayuda del CNI", ha asegurado Maragall.

Por su parte, el concejal de Presidencia de Barcelona y teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, ha acusado al líder de ERC de calumniar a la alcaldesa Ada Colau, al haber dicho que las negociaciones para formar gobierno en 2019 fueron supuestamente espiadas por el CNI con su "conocimiento y participación". Martí ha defendido que los comuns siempre han estado en contra de cualquier espionaje político y han exigido transparencia y asunción de responsabilidades por el caso, y ha criticado: "La acusación de Ernest Maragall a Colau es una calumnia inaceptable, exigimos rectificación inmediata".

Después de que el New Yorker hiciera públicase la investigación de Citizen Labs, que apuntaba a que hasta 60 cargos independentistas habían sido espiados con el 'software' Pegasus, la entonces directora del CNI, Paz Esteban, aclaró que esos datos eran erróneos y se trata sólo de 18 personas y en todos los casos se hizo con la petición previa al juez del Tribunal Supremo competente para avalarlo.

Las personas que los servicios secretos admiten haber espiado son Pere Aragonès, entonces vicepresidente de la Generalitat y coordinador nacional de ERC; el secretario de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, su vicepresidenta y líder en Barcelona, Elsa Artadi, y el diputado de esta formación Albert Batet; Carles Riera, diputado de la CUP; Elisenda Paluzié, presidenta de la ANC; el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, y el miembro de la junta Jordi Bosch de Borja; el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, y tres personas muy cercanas al ex president como Joan Matamala, el director de la estructura técnica de la Casa de la República en Waterloo, Sergi Miquel, y el responsable de dicha estructura, Josep Lluís Alay; el empresario y ex conseller de ERC Xavier Vendrell; el presidente del PDECat, David Bonvehí, y el secretario general adjunto (y alcalde de Mollerussa) Marc Solsona; y los empresarios tecnológicos Jordi Baylina, Xavier Vives y Pau Escrich.