LA POLÉMICA DEL ESPIONAJE

Bolaños toma el mando del caso Pegasus y comparecerá en el Congreso

El ministro de Presidencia protagonizará el miércoles que viene en la Comisión Constitucional un intenso y previsiblemente largo debate con la oposición

El espionaje a dirigentes independentistas y sus efectos en las relaciones políticas PSOE-ERC serán los asuntos estelares

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. / EFE

Ángel Alonso Giménez

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Tras Margarita Robles, Félix Bolaños. Si la ministra de Defensa ha sido la que ha soportado esta semana la responsabilidad política de la crisis Pegasus, el ministro de Presidencia será quien la soporte la semana que viene. Fuentes parlamentarias han informado que la mano derecha de Pedro Sánchez en la gestión del Gobierno comparecerá ante la Comisión Constitucional del Congreso el miércoles próximo, 11 de mayo. Será una sesión larga porque el orden del día se compone de diez puntos, y el último de ellos es el que entrañará más riesgos, así está la actualidad política.

El último registrado pertenece a Ciudadanos, y tiene que ver con el espionaje a cargos independentistas. El grupo que coordina Edmundo Bal pide al ministro que explique la reunión que hace casi dos semanas tuvo en Barcelona con la número dos del Govern, poco después de que el presidente catalán, Pere Aragonès, fuera precisamente al Congreso a reunirse con las formaciones catalanas y advertir de que las relaciones con Sánchez entraban en una fase delicada. Tan delicada como que la fluctuante alianza parlamentaria de PSOE y ERC corría peligro.

Además, Cs quiere que Bolaños concrete si ese viaje relámpago a Barcelona tiene alguna conexión con la aceleración que se dio a la Comisión de control de los gastos reservados, la del CNI, la semana pasada. En apenas 24 horas, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, movilizó la aprobación de una resolución que rebajaba el umbral de mayoría requerida para proceder a su composición: de 210 votos a 176, la mayoría absoluta. Esto facilitaba la presencia en la comisión de un representante de ERC y otro de EH Bildu. Y así, después de dos años sin rastro de ese órgano encargado de la fiscalizar la gestión del CNI, se constituyó en tres días.

El impulso llegó hasta este pasado jueves, pues tuvo lugar la primera reunión con la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, como compareciente. Según la información a cuentagotas que ha trascendido, ya que estas sesiones son a puerta cerrada y los diputados que asisten tienen prohibido difundir o divulgar lo que se trate, la responsable de los servicios de inteligencia reconoció que 18 de los más de 60 dirigentes independentistas espiados a través de sus móviles sí fueron seguidos. Mostró las resoluciones judiciales que ampararon cada caso.

El CNI está adscrito al Ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles. Un día antes, fue ella la que afrontó las preguntas de los grupos parlamentarios, en la comisión de su ámbito. Era una sesión dedicada a debatir la llamada Brújula Estratégica Europea, un documento con premisas militares de la UE cara al futuro a corto y medio plazo, pero la oposición, desde el minuto uno, desplegó las críticas contra la gestión de esos casos de espionaje, y en concreto, contra la gestión de la propia ministra. El presidente de la Comisión de Defensa, José Antonio Bermúdez de Castro, del PP, pidió a los intervinientes que se ciñeran al orden del día previsto, pero no lo logró del todo. Unidas Podemos, a través de Pablo Echenique, el portavoz del grupo, planteó la dimisión de Robles, aunque sin ser tan taxativo y explícito, y no por su visión de la Brújula europea, evidentemente.

Debate que se prevé intenso

El presidente de la Comisión Constitucional, Patxi López, del PSOE, no lo tendrá tan fácil, si es que intenta restringir el ámbito del debate. La Mesa de este órgano parlamentario acordó el pasado 6 de abril que los puntos del orden del día registrados se discutirían acumuladamente, lo que dará pie a que cada grupo de la oposición marque sus prioridades. Tal y como está la tensión política del caso Pegasus, las previsiones de los partidos circularán obviamente por el espionaje.

No sólo le reprobarán la gestión las siglas independentistas, desde ERC a EH Bildu, sino también la derecha. Para el PP, el ministro de Presidencia ha debilitado la seguridad del Estado con la comparecencia del lunes pasado, 2 de mayo, jornada festiva en varias comunidades, Madrid entre ellas. Al revelar que los móviles de Sánchez y de Robles sufrieron ataques por medio de Pegasus y robo de información, expuso una brecha de ciberseguridad que un Estado responsable no se puede permitir.

Cs ha sido incluso más beligerante. Bal proclamó en rueda de prensa, hace tres días, que sencillamente no se creía al ministro de Presidencia y enmarcó el anuncio en el cruce de relaciones/cesiones con Esquerra y Bildu. En la reunión posterior, a puerta cerrada, de la Junta de Portavoces del Congreso, se expresó también en términos muy ofensivos, hasta el punto de que el portavoz socialista, Héctor Gómez, le pidió respeto.

Vox, por su parte, ha situado en su diana política a la mano derecha de Sánchez, y de hecho, confrontó con él recientemente en una interpelación, en el pleno. El diputado José María Sánchez, el mismo que llamó "bruja" a la diputada socialista Laura Berja, le tildó de "párvulo alumno" de Goebbels por su gestión meramente propagandista.

Basten estos recordatorios para ilustrar el grado de hostilidad que la oposición ha acumulado contra el ministro de Presidencia, al que aguarda una semana intensa en el Congreso. No será sólo por la sesión de la Comisión Constitucional, sino además por la sesión de control del pleno, unas horas antes. Según informa Europa Press, tres preguntas deberá responder el ministro de Presidencia. El PP, Vox y el diputado navarro Sergio Sayas, ex de UPN, volverán a la polémica Pegasus.

Otras discusiones pendientes

El salto de Robles a Bolaños se notará también, por tanto, en dicha sesión de control. Hace una semana fue la de Defensa la que más confrontó con la oposición, siempre a cuenta del espionaje, y dentro de una semana será Bolaños. Sus respectivos equipos han estado unos días intercambiando golpes, por medio de filtraciones, sobre quién o quiénes son los encargados de velar por la seguridad los teléfonos de los altos cargos. El propio Bolaños ha intentado zanjar las suspicacias este mismo jueves y los representantes del PSOE se han esmerado en transmitir el apoyo no sólo a la ministra de Defensa; también a Paz Esteban.

El titular de Presidencia, responsable de la coordinación interna del Gobierno, comparecerá el miércoles que viene para abordar el Plan Normativo de este curso político, es decir, las previsiones sobre las leyes que se aprobarán y las que avanzarán en sus trámites. También deberá desmenuzar detalles acerca de la recepción e irrigación de los fondos europeos en la economía española, del bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la constitucionalidad de los estados de alarma y hasta de los viajes del presidente. En resumen, una comparecencia larga e intensa que, a pesar de los muchos asuntos por los que se le quieren interpelar, girará hacia la crisis provocada por Pegasus, quizá la más compleja de las que el número dos de Sánchez ha tenido entre manos.