Nueva etapa de la formación independentista

Laura Borràs, Jordi Turull... ¿qué puede pasar en Junts sin Carles Puigdemont al frente?

Discurso, liderazgo y alianzas, claves de la nueva estructura de poder que elegirán las bases en el cónclave

La candidata de JxCat a la presidencia de la Generalitat  Laura Borras (c)  y los exconsellers Josep Rull (i) y Jordi Turull (d)

La candidata de JxCat a la presidencia de la Generalitat Laura Borras (c) y los exconsellers Josep Rull (i) y Jordi Turull (d) / Susanna Sáez / EFE

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Un gran interrogante preside Junts per Catalunya: ¿qué quiere hacer Laura Borràs? La lógica interna lleva a pensar que Jordi Turull, bendecido por el todavía secretario general y con una gran aceptación entre los ex-presos y dirigentes políticos del Govern, es el mejor preparado para llevar las riendas del partido en la nueva etapa que se abrirá en el congreso de junio. Pero, ¿asumirá Borràs, con altas tasas de aceptación entre las bases, el papel de segunda de a bordo?

Todos guardan las cartas. Turull calla a la espera de poder entrar en la cocina de la formación con toda la autoridad para decidir el menú diario, mientras que el entorno de Borràs sostiene que es ella la que debe decidir qué quiere hacer. Recuerdan que en las primarias para decidir la candidatura electoral ella arrasó frente a Damià Calvet. Y usan esta palanca como elemento de presión. Sostienen, en todo caso, que la decisión inicial es el menú político que debe servir Junts, y no quién manda en la cocina. Es el famoso: 'mandar para hacer qué', que a menudo se esgrime en política.

La estrategia

Pero a la hora de entrar en materia, el discurso político de Turull y el de Borràs no difieren en exceso. Ella reivindica que es "hija del 1 de Octubre", y Turull ha pasado por la cárcel como consecuencia de aquella etapa, por lo que se siente más que legitimado para reivindicar lo mismo... y dos tazas más. El 'exconseller' ha salido de prisión con mensajes muy combativos con los que propone retomar la vía de la confrontación, fijar plazos y dibujar otra forma de conflicto para lograr la independencia. Combina, eso sí, este mensaje con el de la necesidad de llevar a cabo una buena gestión en el Govern y las instituciones en las que está presente el partido.

Borràs levanta las mismas banderas, pero su coherencia ha quedado algo lesionada con el 'caso Juvillà', cuando asumió que el diputado de la CUP no podía seguir en su cargo pese a que ella había proclamado que si ocupaba la presidencia del Parlament, ninguna institución ni tribunal pasaría por encima de los derechos de los diputados. También ha generado anticuerpos el hecho de que se sumase a un corte independentista de la Meridiana cuando el departamento de Interior ya lo había prohibido.

La presidenta del Parlament y el 'exconseller' siguen jugando sus cartas en una formación cuyos dos líderes dejan el cargo en junio

Así pues, los partidarios de Borràs tendrán difícil combatir en ideas con Turull, salvo si se opta por recordar el pasado convergente del 'exconseller' y fotos suyas junto a Oriol Pujol cuando el entonces dirigente de CDC entraba al juzgado a declarar por el 'caso de las ITV', que lo acabó apartando de la política y condenando por cobrar comisiones ilegales tras admitir el delito.

Terceras vías

Puigdemont, en su carta de renuncia a la presidencia, no da pistas. Sugiere que el futuro presidente del partido sí ha de poder tener más peso y capacidad de intervención en decisiones internas, lo cual podría hacer que Borràs ocupara este cargo con cierta capacidad de influencia sobre la capitanía de Turull. Probablemente, según varias fuentes, la lógica lleva a un reparto de poder en el seno de la ejecutiva, en la que la presidenta del Parlament pueda tener a sus peones para influir sobre los de Turull.

Pero este no deja de ser un esquema algo binario, dado que Junts es una constelación de figuras, muchas de ellas no alienadas ni con uno ni con otra. El peso de los 'conselllers', de los dirigentes territoriales, de figuras como los portavoces en el Parlament o el Congreso, puede decantar la balanza. Borràs no contará en esta ocasión con la vía de las primarias (una elección abierta entre dos personas) en el congreso de la Catalunya Nord, sino que se tendrán que presentar equipos. Eso la obligará sí o sí a pactar y buscar alianzas.

Sí, existen 'turullistas' que llevan tiempo reclamando que es él quien, tras no haber sido líder natural de la posconvergencia -lo fue Marta Pascal en un convulso congreso inicial del PDECat en el que Artur Mas renunció a su potestad de señalar sucesor-, tras no haber logrado la presidencia de la Generalitat porque la CUP le negó los votos aun sabiendo que iría al a cárcel, y tras haber pasado años entre rejas, se merece liderar el partido, máxime tras dos años convulsos en los que el secretario general, Jordi Sànchez, ha cosechado contestación interna de sectores distintos.

Turull, dicen sus fieles, es la persona ideal para poner orden en la formación. Borràs, dicen los partidarios de la presidenta del Parlament, es la líder indiscutible entre las bases. La resolución, si no antes, tendrá lugar en el cónclave de junio de Junts. Un partido cuyo presidente y secretario general han anunciado que dejan el puesto, con lo que todos coinciden en un punto: la necesidad de una nueva etapa.

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