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Señor Rubiales, debería tranquilizarse | Videoanálisis de Verónica Fumanal

Claro que el presidente de la RFEF ha sido víctima de un delito, si es que lo logra demostrar. Pero de ahí a que comparezca como si la mafia fuera a cortarle los frenos de su coche, va un trecho importarte

Sr. Rubiales, debería tranquilizarse

Sr. Rubiales, debería tranquilizarse

Verónica Fumanal Callau

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Yo no le voy a llamar 'Rubi', porque este apelativo cariñoso solo lo utilizan aquellos hombres del círculo íntimo y de poder del presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Aquellos señores con los que hay compadreo, negocios, peticiones de favores… lo que viene a ser el 'soft power' de toda la vida, relaciones mutuamente beneficiosas que rozan los límites de la ética sin saltarse la legalidad (o sí). A pesar de no ser una mujer perteneciente a ese círculo, me he tomado la licencia de utilizar este espacio que me brinda EL PERIÓDICO para ofrecer algunos consejos al señor Rubiales.

1. Debería tranquilizarse

Ya que usted se toma la libertad de dar consejos a periodistas como Ana Pardo de Vera, debería estar dispuesto a que le vayan de vuelta. No sé si usted está muy acostumbrado o no, pero cuando uno está ante la prensa dando explicaciones, su nerviosismo no le puede llevar a intentar faltar el respeto a los profesionales que hacen preguntas. Conteste sin entrar a valorar quién le hace la pregunta, sin tratar de desprestigiar al profesional, y si no tiene respuesta satisfactoria para las cuestiones que se le plantean, admitir errores y contradicciones siempre da una pátina de humildad que nunca viene mal en situaciones de crisis reputacional como la que usted atraviesa.

2. No utilice a las mujeres y nuestros derechos como coartada para sus negocios

Nos puede parecer peor o mejor que usted haya decidido sanear las cuentas de los equipos de fútbol españoles y, de paso, subirse usted el sueldo, a costa de coger un torneo español y llevárselo a Arabia Saudí. Un 'win win win'. Los oligarcas saudís tienen una competición de máximo nivel al tiempo que blanquean su régimen autoritario y ustedes ganan una fortuna. Los aficionados lo siguen por la televisión o la radio y los que se lo puedan pagar, se van de excursión al país de los jeques. Todo correcto, señor Rubiales.

Sr. Rubiales, debería tranquilizarse

Lo que no tiene mucho sentido es intentar ir de Simone de Beauvoir y autoproclamarse como el conseguidor de derechos feministas en el mundo. Usted es un conseguidor sí, pero de dinero. Presuma de su cuenta de resultados, pero no de que las mujeres tengan baños en los estadios de fútbol, porque en un país en el que las mujeres son ciudadanas de segunda, afirmar que ustedes lo hacen por ellas resulta un insulto a la lucha feminista.

3. Tener hijas no significa respetar a las mujeres

El argumento más utilizado del machismo patrio para negar su condición es autoproclamarse hijos de mujer y, los que pueden, padres de mujer. No se lo recomiendo. Yo no sé si usted es feminista y cree en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero ya le digo yo que ser hijo o padre de una fémina no garantiza nada. A las pruebas me remito: el 100% de la población mundial somos hijos o hijas de mujer, casi el 50% de los padres tienen hijas y ya ve usted cómo está la sociedad en pleno siglo XXI, teniendo que reivindicar que somos la mitad de la población y que, en la mayoría de las sociedades del mundo, seguimos siendo discriminadas por el hecho de serlo. Señor Rubiales, a lo mejor sería usted más creíble como defensor de las mujeres, si depurara responsabilidades de las denuncias de acoso y tuviera una directiva más paritaria en su organización.

4. Mentir es un mal negocio

El Valencia Club de Fútbol se ha personado como víctima en el reparto arbitrario e injustificado, según el equipo che, del dinero que usted dice que era básicamente para los clubs más humildes. Así que, la imagen de Robin Hood que usted quiso marcarse el otro día en la rueda de prensa no parece responder a la realidad del negocio que tantos "palos" ha reportado a las cuentas de los grandes clubs, de la empresa de Gerard Piqué, de la Real Federación y, digámoslo también, de su bolsillo.

5. No se victimice, aunque sea víctima

Ser víctima de un 'hackeo' es una las mayores violaciones que puede sufrir un hombre. Una mujer, desgraciadamente, no (señor Rubiales, que como le veo muy concienciado con el feminismo, si quiere un día hablamos de la violencia machista). Claro que es usted víctima de un delito, si es que usted consigue demostrar que lo ha sido ante la justicia. Pero de ahí a que usted comparezca como si la mafia fuera a cortarle los frenos de su coche, va un trecho importarte.

No le recomiendo que se victimice más de lo necesario, es una estrategia que demuestra debilidad. Si usted no tiene nada que esconder, si su relación con Piqué no le ha reportado una situación ventajosa respecto de sus compañeros de competición, si usted está tan orgulloso de lo conseguido y va con la cabeza tan alta, no se preocupe. Toda polémica pasa, pero no se pase de la raya con la victimización porque va a parecer tiene motivos para estar intranquilo.

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