Repaso a 7 años de historia

Pablo Iglesias, "whisky y cigarrito de liar" para despedir la política

El exvicepresidente relata en el libro 'Verdades a la cara' cómo tomó la decisión de ceder el liderazgo a Yolanda Díaz

pablo iglesias

pablo iglesias / Jesús Hellín / Europa Press

Miguel Ángel Rodríguez

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Pablo Iglesias se bajó del escenario de la sede de Podemos. Subió a la azotea del edificio del madrileño barrio de Pueblo Nuevo, abrió una cerveza y se abrazó con sus compañeros. Era la madrugada del 5 de mayo y acababa de dimitir. Citando a Silvio Rodríguez se había despedido de todos sus cargos, tanto orgánicos como institucionales. Después, se fue a casa con Irene Montero. Ambos se abrazaron y, una vez solo, se sirvió un whisky y se fumó un "cigarrito de liar". "Estaba feliz", resume el exvicepresidente en el libro 'Verdades a la cara', de la editorial Navona.

En una decena de entrevistas al periodista de eldiario.es Aitor Riveiro, Iglesias desgrana algunos de los momentos claves de los siete años que transcurrieron desde que naciera Podemos en el teatro del Barrio, en Lavapiés, hasta que abandonara la primera línea de la política, whisky y cigarrito en mano.  "Dios mío, qué maravilla. Lo que me he quitado de encima", pensó al día siguiente en la soledad del chalet de Galapagar que tantos quebraderos de cabeza le dio, pero del cual no se arrepiente.

La decisión

El exlíder de Unidas Podemos dimitió por los resultados obtenidos en las elecciones madrileñas del 4 de mayo. Había renunciado a la vicepresidencia segunda del Gobierno para competir con Isabel Díaz Ayuso y evitar que el partido morado despareciera del Parlamento autonómico. Esto último lo logró, pero la derecha obtuvo la mayoría. Fue entonces cuando vio el momento oportuno, que llevaba tiempo esperando, para renovar los liderazgos tanto en Podemos como en el espacio confederal.

Iglesias relata en el libro de más de 300 páginas que fue en el verano de 2020 cuando tomó la decisión de ceder el timón de Unidas Podemos a Yolanda Díaz. La convocatoria de las elecciones en Madrid tras la moción de censura en Murcia supuso una ventana de oportunidad: "Había que encontrar el momento preciso. Y el momento se presentó". Isa Serra, imputada, no podía ser la candidata; Alberto Garzón rechazó la oferta; Irene Montero dio un paso adelante; pero Iglesias acabó aceptando la responsabilidad. "Debía hacerlo yo, por muchas razones que empezaron a caer como una cascada en mi cabeza", asegura.

"En aquellas elecciones existía un riesgo real de quedarnos fuera de la Asamblea de Madrid y, en esas circunstancias, hacer la transición con Yolanda habría sido mucho más complicado", relata Iglesias. La decisión la tomó tres días antes de hacerla pública con un vídeo publicado en cuenta de Facebook. Díaz no estaba al tanto. "Si se lo hubiera comunicado no me habría dejado hacerlo", sentencia el exdirigente morado que recalca que la actual vicepresidenta "se enteró a la vez que la mayoría de los españoles".

El futuro

Sobre la vicepresidenta, Iglesias dice poco. Reconoce que tiene "grandes expectativas electorales" y que es un "liderazgo inequívoco". Pero nada más. Eso sí, sobre el proyecto que Díaz tiene entre manos se atreve a dejar caer algunas ideas. "Tengo mi opinión sobre cuál es el papel de los partidos y, en particular, de una fuerza política como Podemos. Es una opinión que viene de atrás, que siempre ha querido reconocer lo que aportan las organizaciones políticas", asevera, en contra de la receta de Díaz de que los partidos no deben estar en el centro.

Pero es solo una opinión. La de quien ve la tormenta desde la ventana tras haber estado bajo la lluvia. "Me preocupa mucho la situación política, pero disfruto como nunca de la familia y de los amigos, y dicen que hasta se me ve más joven. Qué más se puede pedir", dice.

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