Hasta después de Semana Santa

El PP se da dos semanas para analizar el 'efecto Feijóo' y ver si adelanta las andaluzas

En Génova 13 creen que hay que medir si el furor interno se traslada a los votantes en el corto y medio plazo | Moreno sigue teniendo dudas y ese factor, sumado a la erosión que sufre el Gobierno, es clave

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno.

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno. / EFE

Paloma Esteban

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Por lo menos dos semanas para analizar los efectos de la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP. La inyección de moral y optimismo que supuso el congreso de Sevilla para las filas populares debe trasladarse a las encuestas antes de tomar decisiones con riesgo. Los tambores de adelanto electoral en Andalucía vuelven a sonar con fuerza desde hace días, pero el presidente de la Junta tiene reservas. Y dudas. En Génova reconocen que el PP ha pasado página de la brutal crisis interna y que la llegada de Feijóo ha calmado los ánimos e insuflado ánimo de victoria.

Pero, al mismo tiempo, algunos dirigentes son prudentes a la hora de medir efectos a corto y medio plazo. Los sondeos mejorarán (ya lo están haciendo) porque el desgaste de la última etapa de Pablo Casado fue muy fuerte. La cuestión es si lo harán a tanta velocidad. Y las dos próximas semanas, “por lo menos hasta después de Semana Santa”, dicen dirigentes cercanos al líder, son clave para tener alguna certeza. Y será con esa certeza en la mano cuando Juanma Moreno Bonilla tome la decisión de adelantar o esperar.

En Andalucía siempre han valorado un tope máximo para hacer las elecciones en el mes de junio, para evitar las altas temperaturas y el arranque de un verano que en esa comunidad llega antes. Con el calendario en la mano, si Moreno Bonilla convocara el 19 de abril, las elecciones se celebrarían el 12 de junio. Apurando un poco más los tiempos, podrían ser el 19 de junio (si las convoca el 26 de abril). Son las fechas límite que manejan distintos dirigentes, que siguen señalando que la decisión no está tomada.

Si la convocatoria no se produce en abril las elecciones serían en el otoño definitivamente, cuando realmente siempre ha querido hacerlas el presidente autonómico. Los populares son conscientes de la erosión tan fuerte que sufre el Gobierno en este momento, sobre todo por la situación económica y la inflación rozando el 10%. 

El decreto de medidas para paliar los efectos de la guerra aprobado en el Consejo de Ministros es “insuficiente” para los populares, que siguen demandando más avances en la rebaja fiscal. Así lo volverá a trasladar Feijóo a Pedro Sánchez en su reunión del próximo jueves en Moncloa. Si no hay un gesto fiscal, el PP se inclina por quedarse en la abstención. 

El primer partido de la oposición considera que el empeoramiento de las perspectivas económicas seguirá pasando factura a un Gobierno, que además acumula distintas polémicas internas. Otra de las más recientes ha sido el giro en política internacional con la posición en el Sáhara, que evidencia una vez más las fracturas internas del Ejecutivo. 

Y a eso se suma, dicen en el PP, el fortalecimiento que esperan como oposición con Feijóo al frente. “Sánchez antes no veía una alternativa, y ahora la ve y la teme”, resumen en Génova. La incógnita de Vox sigue inquietando a Moreno Bonilla. Es la pieza que queda por encajar, aunque en la Junta son conscientes de que el partido de Santiago Abascal “está de moda”. Reconocen, con el ejemplo de Castilla y León, que la marca es lo suficientemente fuerte como para hacer daño al PP con independencia del candidato. Allí, Juan García-Gallardo era un desconocido y en pocos días se convertirá en vicepresidente de la Junta.

Pero en Andalucía las cosas pueden ir aún mejor para el partido ultra si se confirma que Macarena Olona es la candidata. “Tienen tirón de por sí, pero con una candidata como ella podemos estar perdidos”, dicen los dirigentes más desconfiados. En el PP cunde la sensación de que Moreno Bonilla “sigue estando muy fuerte” y el otro elemento que les podría hacer esperar a otoño es que Vox se enfrente por primera vez a la gestión. 

Hay que darles tiempo. A ver cómo se manejan y si hay meteduras de pata”, reflexionan. Pero unas elecciones en junio, apenas en dos meses, impedirían ver los primeros compases en el gobierno de coalición en marcha.

Las elecciones en junio tampoco condicionan el calendario interno de los congresos, ahora que la voluntad de Feijóo es hacerlos lo más rápido posible. Como adelantó este diario, antes de llegar a la presidencia ya era partidario de un proceso exprés. Pero la idea es apurar al máximo los tiempos, sin descartar convocatorias extraordinarias, y dando prioridad a Madrid. Isabel Díaz Ayuso cuenta con ser presidenta del PP madrileño en el mes de mayo y la campaña de las andaluzas sería en el mes de junio.