Giro histórico

'Realpolitik' contra activismo: el brusco despertar de la izquierda con el Sáhara

La aceptación del plan autonomista marroquí golpea al progresismo español en una de sus causas fetiches

Sáhara Occidental: las 'traiciones' españolas en las encuestas de ayer y hoy

Manifestación convocada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara)

Manifestación convocada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara) / David Castro

Daniel G. Sastre

Daniel G. Sastre

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En noviembre de 1976, Felipe González protagonizó un famoso viaje a los campamentos de Tinduf. En su icónico discurso, el ya líder del PSOE se comprometió "ante la historia" con la idea de que su partido estaría con los saharauis hasta su "victoria final". "Podréis volver a vuestros hogares", prometió González entre aplausos. Más de 45 años después, el pasado 14 de marzo, otro socialista, Pedro Sánchez escribió una carta al rey de Marruecos, Mohamed VI. Su párrafo fundamental, con errata incluida, decía: "España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo".

Si se pregunta a la parte de la sociedad más comprometida con la causa saharaui, los adjetivos con los que describe el giro histórico del Gobierno español respecto a esa cuestión son de grueso calibre: "traidores", "mezquinos", "hipócritas"... Muchas de esas personas protestan por que la decisión la haya tomado precisamente un gobierno de izquierdas. Los actuales dirigentes socialistas se escudan en la 'realpolitik'. "Los tiempos cambian, y si nos remontamos a las posiciones que se mantenían no solo por parte de España, sino por toda la comunidad internacional a principios de los años 80, evidentemente ha variado", afirmaba hace unos días el portavoz federal del PSOE, Felipe Sicilia.

Sin embargo, para varias generaciones de españoles de izquierdas la causa de los saharauis ha estado en los primeros lugares de sus preocupaciones políticas. Y el abrupto despertar de estos días es una aflicción inesperada para muchos de ellos. "Estamos cabreados. Es algo que no esperábamos, y menos en estos términos. España tiene una responsabilidad enorme, y ha cedido al chantaje de Marruecos", dice Albert Giralt, coordinador de la Asociación Catalana de Amigos del Pueblo Saharaui (ACAPS).

Efervescencia de asociaciones

Se trata de una de las decenas de entidades creadas en defensa de los derechos de los saharauis tras la Marcha Verde de 1975, que sirvió a Marruecos para expulsar al ejército español de la zona y reclamar su soberanía. Esa efervescencia prueba que la causa ha sido desde hace décadas una de las preferidas de los activistas españoles.

Pero no todos ven sorprendente el giro. De hecho, como también aduce la dirección del PSOE, algunos recuerdan que la carta de Sánchez solo desarrolla las señales en el mismo sentido -el de aceptar la autonomía para el Sáhara Occidental en detrimento del referéndum de autodeterminación que pide el Frente Polisario, y que la ONU defendió en 1991 como salida al conflicto- que ya emitió José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, cuando era presidente. 

"No sorprende, pero es mezquino", dice Arístides Rosino, un activista de Torrelavega (Cantabria) que durante cuatro veranos seguidos acogió a un niño saharaui a través de la asociación Vacaciones en Paz. "En realidad es doblemente mezquino, porque el PSOE incluyó su compromiso con el referéndum en el programa electoral para ganar votos, pero luego hace esto", añade.

Dos izquierdas

Aunque Unidas Podemos ha expresado su malestar con la decisión de Sánchez -incluso exhibiendo banderas saharauis en el Congreso- también ha descartado romper el Gobierno. Pero, desde los campamentos de Tinduf, el refugiado Mahfud Bechri distingue entre la posición de los dos partidos del Ejecutivo. "Hay dos tipos de izquierda. La izquierda tradicional que siempre ha estado al lado del pueblo saharaui y su lucha: el PCE, Izquierda Unida, Podemos. Y luego está el PSOE, que tiene muchos votantes afines a la causa pero cuyos dirigentes desgraciadamente siempre han mostrado acercamiento con Marruecos", dice a EL PERIÓDICO.

El activista Rosino coincide con ese diagnóstico. "Las bases de la izquierda son solidarias. Sabemos de historia: nos hemos aprovechado de sus recursos y los hemos abandonado. Se traiciona a un pueblo por culpa de la geopolítica", afirma con pesar sobre el pueblo saharaui. "Los gobiernos de España están muy lejos de lo que piensa el pueblo español respecto a la causa saharaui", insiste Bechri.

Frente a estas acusaciones, los socialistas se defienden apelando al "realismo" y a la necesidad de que Marruecos siga siendo un "socio estratégico" de España. La mejora de las relaciones entre ambos países ha sido instantánea tras la carta de Sánchez: la embajadora marroquí ha vuelto a Madrid y se ha anunciado la próxima reapertura de las fronteras de Ceuta y Melillla

Desde Cantabria, Rosino se consuela porque, dice, al menos la causa saharaui ha vuelto a los titulares. Pero no espera que tampoco esta vez se levante una ola de solidaridad que haga al Gobierno replantearse su postura: "El jueves había bastante gente en la manifestación de Santander, pero en una semana va a quedar olvidado otra vez y seguiremos en la calle los cuatro de siempre".

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