Semana parlamentaria

Los cuatro frentes abiertos que el Gobierno encara en el Congreso

El giro en la política sobre el Sáhara Occidental es un nuevo problema para Pedro Sánchez y se suma a las graves consecuencias económicas de la guerra de Ucrania

La mayoría parlamentaria está a favor de que el presidente comparezca ante el pleno para explicar el viraje sobre la ex-colonia, lo que le abocará a hacerlo

Pedro Sanchez en la sesión de control al Gobierno

Pedro Sanchez en la sesión de control al Gobierno / David Castro

Ángel Alonso Giménez

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A comienzos de año, el estado de ánimo en el PSOE y en Moncloa se parecía a la euforia. Cuatro meses después, se parece a la angustia. En términos políticos, la euforia y la angustia provienen de un ejercicio que haría cualquiera: poner sobre la mesa un calendario y las leyes y planes que hay que aprobar, y medir luego las posibilidades de que efectivamente se aprueben en los plazos deseados. En enero, a los cargos socialistas les salió un cálculo tremendamente positivo a pesar de las tensiones, que las había, pues acababa de salir del Consejo de Ministros el decreto de la reforma laboral. A finales de marzo, el cálculo no está nada claro.

La reforma laboral fue convalidada en el Congreso de aquella manera, gracias al error de un diputado del PP llamado Alberto Casero. Superado el susto, se conjuraron PSOE, Unidas Podemos y los aliados parlamentarios para trabajar futuras leyes con más armonía, buscando consenso y estabilidad. La idea, hablada por dirigentes de los partidos concernidos, desde el PSOE a ERC, fue impulsar la ley mordaza, dialogar lo que fuera necesario sobre la ley de vivienda y evitar sonoras discrepancias en normas como la audiovisual o la del sí es sí. Todo esto ha saltado por los aires.

Cuando empezó 2022, el ciclo político previsto se basaba en la superación de la pandemia y en el estímulo económico, consecuencia de la inyección de fondos europeos. No ha comenzado abril y el ciclo político se basa ahora en la superación de una guerra en las puertas de la UE, con todo lo que eso supone y sabe el Gobierno: subida de precios, problemas de distribución, malestar social en aumento, inestabilidad política. Estos días, sin ir más lejos, acabará la ronda de reuniones con los grupos en busca de un pacto al respecto. No está el ambiente para consensos, la verdad.

El Congreso de los Diputados vivirá una semana de alta tensión. La sensación se ha hecho frecuente esta legislatura porque hace dos años el coronavirus provocaba muertes. Era lógico pensar que esos niveles de zozobra difícilmente se repetirían, y sin embargo, se están repitiendo. La oposición asiste a una tormenta política perfecta porque cuatro frentes amenazan con desgastar al Gobierno como no había sucedido hasta ahora, ni siquiera durante la pandemia. Todos, excepto el nuevo escenario en Marruecos tras el cambio operado en la postura sobre el Sáhara, derivan de la guerra de Ucrania. Son los siguientes:

Guerra de Ucrania (I): el malestar social

Este martes se iniciará el pleno del Congreso con dos debates para dilucidar si dos propuestas legislativas, una del PP y otra del PSOE, son tomadas en consideración. La primera tiene que ver con permisos de paternidad y maternidad en familias monoparentales; la segunda, sobre los funcionarios de prisiones. Pese a que son asuntos muy concretos y sectoriales, nadie en el Congreso duda de que las intervenciones abordarán la actualidad.

La oposición de derechas, PP, Vox y Cs, piensa hacerlo y la de izquierdas, desde ERC a Más País, incluso Unidas Podemos, piensa hacerlo. El grupo "morado" ya está agitando las redes sociales.

El primer punto de fricción será la escalada de precios, tanto de los carburantes como de la cesta de la compra. En la calle, este fin de semana, se han vivido protestas multitudinarias. En muchos sectores, en especial el primario (agricultura, pesca y ganadería) predomina el enfado.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, será este miércoles, una vez más, quien concite más preguntas de la oposición, entre ellas la de quien se ha convertido en una de sus némesis parlamentarias, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros. Intentará que le concreten las medidas previstas para atajar el incremento de la desigualdad entre los españoles.

El propósito del diputado de la formación de Santiago Abascal, uno de los partidos más activos este pasado fin de semana en las concentraciones convocadas, apunta al malestar social que se está expandiendo mientras el Gobierno busca la manera de detener, primero, y revertir, después, la causa: la subida de los precios.

Capitalizar en el Congreso el enfado creciente será un reto para PP y Vox, segundo y tercer grupos de la Cámara. Por ello, antes que Espinosa, la coordinadora del PP y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, preguntará a Pedro Sánchez: "¿Cree que su falta de medidas está generando confianza en los españoles?".

En cuanto acabe, le tocará al presidente un duelo con Gabriel Rufián que no se vislumbra de guante blanco. El líder de ERC va a pedirle que aclare quién va a pagar los efectos de la guerra de Ucrania. El debate político, e ideológico, está asegurado.

Guerra de Ucrania (II): los precios

Algunas intervenciones e iniciativas ahondarán en las consecuencias y otras, en las causas. Todas estarán orientadas a lo mismo: criticar las decisiones y las "no decisiones" del Gobierno una vez desatada la guerra.

El portavoz de Cs, Edmundo Bal, exigirá a Calviño que enumere las medidas encaminadas a "aliviar la desbocada subida de los precios". El líder de Más País, Íñigo Errejón, quien el miércoles se enfrentará cara a cara a Sánchez, centrará su alocución en la factura de la luz, o como denomina él mismo, "la estafa eléctrica".

Las protestas y los ataques políticos llegarán por el flanco izquierdo y por el derecho. Albert Botran, de la CUP, y Guillermo Mariscal, del PP, abordarán la crisis energética con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Los debates sobre el coste de la energía serán el leitmotiv de la semana. Este martes, el pleno debatirá una proposición no de ley de Vox -un conjunto de peticiones políticas sin alcance legislativo- sobre "la reversión de la pobreza energética" y el PNV planteará una moción dirigida al ministro de Agricultura, Luis Planas, para saber qué políticas ha desplegado y desplegará el Gobierno con el fin de poner fin a la escalada de precios.

Guerra de Ucrania (III): los sectores afectados

La semana pasada acabó con el foco puesto en la cadena de suministro. Una asociación de transportistas autónomos convocó paros y obstaculizó el trabajo de los trabajadores asalariados del sector, de lo que se resintieron los supermercados. Escasearon productos. El Gobierno movilizó a la policía nacional para evitar los piquetes y restaurar la normalidad en la medida de lo posible.

El fin de semana, por su parte, puso el foco en el sector primario. El domingo, "el campo" se concentró en Madrid para pedir medidas contra la subida de los combustibles y de las materias primas.

De todo ello se hará eco la oposición, PP y Vox en concreto, pues ambos librarán una particular batalla para sacar una máxima rentabilidad política de la situación. Los populares preguntarán a Luis Planas qué tiene en mente para "garantizar el abastecimiento de alimentos básicos a los españoles", mientras que a la ministra Raquel Sánchez le pedirán precisar las garantías del "transporte de pasajeros y mercancías ante los precios de los combustibles". Vox y PP, además, plantearán sendos debate cara a cara (interpelaciones) con ambos ministros.

Y el cuarto frente: el giro sobre el Sáhara

Por si fueran pocos los frentes que acechan al Gobierno a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, el viernes pasado, entrada la tarde, ya la gente saboreando el fin de semana, Moncloa anunció su respaldo al plan de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Un plan autonomista que cercena las aspiraciones del pueblo saharaui para la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Fue un giro drástico en política exterior, ya que hasta ahora España había abogado por una posición de neutralidad propiciando una solución en el marco de Naciones Unidas.

La respuesta política ha sido atronadora. Derecha e izquierda han criticado la decisión y piden a Sánchez que dé explicaciones. Unidas Podemos está visiblemente incómoda. Este lunes, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, JxCat, PDeCAT, CUP, EH-Bildu, BNG, ERC y PNV han registrado la petición de comparecencia de Sánchez ante el pleno.

Sobre el papel, no está el Sáhara, sin embargo. Es decir, no hay preguntas al Gobierno específicas sobre ello. La razón estriba en los plazos en los que funciona el registro del Congreso. La presentación de las preguntas de la oposición ha de efectuarse los jueves anteriores a la semana de pleno, antes de las 18.00 horas. El anuncio del Gobierno fue el viernes.

No obstante, los grupos pueden cambiarlas por actualidad sobrevenida los lunes antes de las 12.00 horas. El PP ha optado por no cambiarlas, pero ello no significa que no traten el conflicto político abierto. Lo harán en todas las intervenciones que tengan. Igual que Vox y Cs. E igual que todos los partidos de izquierdas. La pinza es evidente y Sánchez parece aislado.