Nueva hoja de ruta

La ANC apuesta por impulsar una lista cívica para las elecciones catalanas

La entidad independentista carga contra ERC, Junts y CUP por haberse "diluido en el autonomismo"

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y el vicepresidente de la entidad, David Fernàndez.

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y el vicepresidente de la entidad, David Fernàndez. / ACN

Júlia Regué

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La ANC redobla su apuesta por la desobediencia ante un Govern que opta por el pragmatismo. La entidad, anclada al 1-O, comienza una profunda renovación interna de la dirección con la elección de 77 nuevos secretarios y un presidente, pero mantiene la esencia de la hoja de ruta que redactó después del octubre de 2017. Una estrategia que pasa por presionar a las instituciones y a los partidos independentistas para que cumplan con la desconexión de Catalunya respecto al resto del Estado. Pero a su vez, la desorientación soberanista, la resaca del referéndum y la DUI fallida, así como el freno a la cotidianidad por la pandemia ha dejado a la ANC más arrinconada en sus tesis y con una complicada capacidad de agitación y movilización. “Cuesta volver a arrancar pero, como mínimo, hemos resistido pese a la división del independentismo”, admite una fuente, fijándose como objetivo lograr reactivar las calles.

La nueva hoja de ruta que se somete a votación del 17 al 23 de marzo, ya con enmiendas incorporadas, se asienta en la confrontación con el Estado y apuesta por el impulso de una lista cívica, al margen de las fuerzas políticas actuales, "sin personalismos ni intereses de partido", para las próximas elecciones catalanas. Ahora bien, la ANC mantiene que no quiere convertirse en un partido político. "Nos planteamos el impulso de una lista cívica, independiente de los partidos, para defender la voluntad de los electores independentistas a las próximas elecciones al Parlament y hacer la independencia", reza el texto final, al que ha tenido acceso este diario.

“El frente político-institucional se ha diluido en el autonomismo”, sostiene el documento, que carga, a su vez, contra ERC y Junts: “Nos hemos dejado llevar por el voto útil a los partidos hegemónicos”, añade, apostando así por una candidatura propia como lo fue Primàries, que no obtuvo representación en las municipales en Barcelona y que se quedó con 26 ediles en solo 14 de los 40 ayuntamientos a los que concurrió. “La Generalitat y el Parlament son instituciones cautivas, sometidas, amenazadas y desgastadas que ni aprovechan el pequeño margen de maniobra que les queda para trabajar por la independencia”, remacha el texto.

El supuesto espacio de coordinación estratégica ni está ni se le espera, todavía menos después de que el ‘expresident’ Carles Puigdemont espetara en su elección como líder del Consell per la República que no esperará a los partidos ni al Govern para forjar un plan hacia la independencia y de que certificara así su pulso con el ‘president’ Pere Aragonès para liderar el ‘procés’. Pero Aragonès no entregará ninguna de sus atribuciones, aquellas que blandió Puigdemont cuando estaba al frente de la Generalitat. Y, entre tanto, la ANC se conjura para "potenciar" el Consell, intentado que sea reconocido por todos los actores independentistas.

"Ni queremos ni podemos esperar pasivamente a que las instituciones se decidan a asumir el liderazgo político. Hay que preparar un nuevo embate democrático con el Reino de España de mayor potencia que el de 2015-2017", remacha la hoja de ruta.

Nuevas caras

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, y su mano derecho, el empresario David Fernàndez, no pueden repetir en el cargo por estatutos, ya que han agotado su mandato. La renovación de la cúpula -a principios de mayo- será completa, salvo aquellos que puedan extender su mandato al no haber agotado los cuatro años en el secretariado nacional. Algunas fuentes apuntan a Dolors Feliu como futura líder, pero otras piden cautela porque puede haber sorpresas y postulantes de última hora. Feliu, jurista y funcionaria de carrera, fue candidata por Junts pel Sí en 2015 en el puesto 46 y entre 2011 y 2019 fue designada alto cargo primero por CiU y después por Junts. 

La ANC, cada vez más aferrada a la unilateralidad, busca despegarse de las siglas pero después de que los sectores más cercanos a Esquerra se marcharan, las tesis se han movido hacia la coincidencia con Junts y, más concretamente, con Puigdemont: “La ANC tiene cortafuegos políticos, aunque algunos digan que no, porque no se puede ocupar ningún cargo de partido como electo y por eso nos manifestamos en contra de Laura Borràs en el Parlament por el ‘caso Juvillà’”, zanja una fuente.

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