Por el acuerdo de gobierno de PP y Vox en Castilla y León

El Gobierno y el PSOE salen en tromba contra Feijóo: "Es su carta de presentación"

Denuncian el "pacto de la vergüenza" que hará que Castilla y León se convierta en la "primera región de Europa" en ser gobernada por la extrema derecha

"Este PP nuevo es el más viejo de todos", sentencia Lastra, quien recuerda que el barón gallego liderará el PP por su acuerdo con Ayuso para "tapar la corrupción"

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, atiende a los medios de comunicación en el patio del Congreso este 10 de marzo de 2022.

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, atiende a los medios de comunicación en el patio del Congreso este 10 de marzo de 2022. / DAVID CASTRO

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El acuerdo entre el PP y Vox en Castilla y León, que dará al partido de ultraderecha la presidencia de las Cortes regionales, tres consejerías y la vicepresidencia del Gobierno autonómico, se ha convertido automáticamente en el primer argumento de ataque en el Ejecutivo y en el PSOE contra el nuevo dirigente popular, Alberto Núñez Feijóo. No tomará las riendas hasta el congreso extraordinario del 1 y 2 de abril, pero ya es el líder 'de facto'.  

Para el Ejecutivo y para el PSOE, la decisión de dar entrada a Vox en un Gobierno regional, algo que, señalan los socialistas, sucede "por primera vez" en Europa, es la "carta de presentación" de Feijóo. Así lo aseguran fuentes de la Moncloa a este diario. Esto, señalan, "demuestra quién es" y que "no hay renovación en el PP". "Es el viejo PP de siempre, que ahora le abre las puertas a la ultraderecha". Se trata de un "pacto de última hora", en referencia a que se ha alcanzado esta misma mañana 'in extremis' pero que, subrayan, supone un retroceso de décadas y que ya estaba cocinado, entienden, desde mucho antes. Y advierten de que "el Gobierno estará vigilante para que no se retroceda en ningún derecho conquistado". 

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ya apuntaba esta misma mañana en los pasillos del Congreso, que este jueves era un "día importante" no sólo para Castilla y León sino para toda España porque "sabremos si el PP va a permitir que esta región europea sea la primera gobernada por la ultraderecha". "Por un partido como Vox contrario a los valores europeos, constitucionales y a la igualdad de hombres y mujeres", señaló. "Esperemos que el PP vaya en la senda del resto de partidos conservadores de Europa".

"Quien ha firmado el pacto es Mañueco, pero es Feijóo el que avala y valida el acuerdo, traicionando la democracia y 40 años de consenso democrático", asegura Lastra

No fue así, y muy poco después el pacto se confirmó. "Ya es una realidad", es "un día triste para Castilla y León y para la democracia española", "la extrema derecha vuelve a los gobiernos 40 años después, de la mano del PP de Feijóo", atacó sin ambages y en el patio del Congreso la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, quien desde el primer momento apuntó al presidente de la Xunta: "Estrena su mandato, estrena su liderazgo en el PP abriendo la puerta de los gobiernos a la extrema derecha. Han traicionado, han mercadeado con los derechos de los ciudadanos de Castilla y León y especialmente de las mujeres".

"Quien ha firmado el pacto es [Alfonso Fernández] Mañueco, pero es Feijóo el que avala y valida el acuerdo, traicionando la democracia y 40 años de consenso democrático", señaló la diputada. Ella sostuvo que el PP es un partido "completamente vertical" y no "un reino de taifas", de modo que la decisión de Mañueco es "compartida" por el jefe de la Xunta. Los populares no tienen "falta de liderazgo", incidió, porque este "ya lo está ejerciendo Feijóo".

"Fijar posición"

España asiste, continuó Lastra, al "pacto de la vergüenza" que "ya estaba cerrado", como llevaba "advirtiendo" el PSOE y como ayer mismo, de hecho, avisaron ella y el líder regional del partido, Luis Tudanca. "Este PP nuevo es el más viejo de todos", denunció. La número dos recordó que Feijóo también "acordó" con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en virtud de su pacto para derribar a Pablo Casado, "tapar la corrupción" para ganar su apoyo y acceder al liderazgo del PP. La dirigente asturiana ya adelantó que ni los ciudadanos "ni el Gobierno" pueden "contar" con los populares, aunque no descartó que se pudieran tejer, en el futuro, pactos de Estado.

El presidente Sánchez ya había advertido de que Feijóo debía retratarse en Castilla y León, y también con su compromiso frente a la corrupción

La número dos de los socialistas recordó que su partido ofreció al PP "un cordón sanitario" para aislar a Vox, y en cambio "ha elegido y se ha entregado a la extrema derecha" por voluntad propia. Tudanca se sentó con el presidente en funciones de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y la reunión duró "quince minutos" porque el dirigente popular "lo tenía muy claro desde el inicio". Los socialistas ofrecieron un "acuerdo de gobernabilidad" y los conservadores "dijeron que no", ya que no bastaba con su abstención en la investidura de Mañueco.

En el Ejecutivo no ocultan ahora sus dudas sobre la nueva relación con el PP de Feijóo, después del duro choque este miércoles en el Congreso. La portavoz popular, Cuca Gamara, acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de "utilizar primero la pandemia" y de "estar dispuesto ahora a utilizar la guerra" como excusas sobre su gestión. Parecía que el relevo de Casado podía favorecer un cambio en el perfil de oposición pero el miércoles el Ejecutivo quedó descolocado con las palabras de Gamarra. Fuentes de la Moncloa mostraron entonces su "indignación" e indicaron que esa actitud lleva a pensar que "va a ser imposible pactar nada con el PP" y que con Feijóo "no cambiará nada". En el cuestionamiento que el Gobierno y el PSOE hacen del presidente gallego subyace también que es un candidato más temido que Casado, cuyo liderazgo político y social nunca llegó a cuajar.

Desde luego, el Gobierno lleva días situando el foco en que lo que sucediera este jueves era la primera prueba de fuego para el presidente de la Xunta. El propio Sánchez lo dijo este martes en una conversación informal con periodistas este martes durante el vuelo hacia Letonia, hacia su capital, Riga, y hacia la base de la OTAN en Ādaži. La investidura de Mañueco “sí le afecta” y tendrá que “marcar, fijar una posición”, comentó ante las conversaciones para la composición de la Mesa de las Cortes que finalmente han propiciado un pacto también sobre el Gobierno regional.

"Son indistinguibles"

"Tendrá que decidir si el PP se atreve a gobernar con Vox". "Se tendrá que posicionar Feijóo, más allá de sus argumentos de que quiere un PP descentralizado”, aseguró. Y también apuntaba, cuando se le preguntaba si el barón gallego sería un rival muy poderoso frente a él, que la clave residía en cómo despejase la incógnita con la formación de Santiago Abascal y en su compromiso con la lucha contra la corrupción. Eso explica que Lastra recordase hoy ese pacto de Feijóo con Ayuso y que incluso afirmara que el "foco" sobre la presidenta madrileña "es como las luces de Vigo en Navidad", insoslayable.

Lastra recuerda que el PSOE ofreció un "cordón sanitario" al PP para aislar a Vox, pero Mañueco "ha elegido y se ha entregado a la extrema derecha"

En la misma línea que el PSOE opinó la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. "El bloque de derechas se cementa en Castilla y León. Tras meses de competición por la política del insulto, el odio y la inseguridad social, PP y Vox demuestran con este acuerdo que son indistinguibles. El bloque democrático debe luchar para que no lleguen al Gobierno del Estado", manifestó la también ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Las reacciones se sucedieron en el Congreso, una vez que se conoció el acuerdo. El líder de Más País, Íñigo Errejón, aseguró también que es la "carta de presentación de Feijóo", a quien de manera irónica calificaba de "el moderado". A su juicio, el pacto al que se ha llegado en Castilla y León le "hipoteca" para el futuro. "Si no está de acuerdo, que lo diga", sostuvo tras ser preguntado por qué cuestiona al dirigente gallego cuando él aún no ha tomado las riendas del partido.