Dardo a los socios en el Gobierno

Sánchez niega a Podemos que la diplomacia baste para frenar a Putin

El presidente del Gobierno alerta del impacto de la invasión en los precios y blande el cierre de filas de UE ante el "chantaje" ruso

Pedro Sánchez reúne al Comité Federal del PSOE para analizar la situación en Ucrania

Pedro Sánchez reúne al Comité Federal del PSOE para analizar la situación en Ucrania. /

Júlia Regué

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió este domingo el espaldarazo unánime del PSOE para dar continuidad a su plan nacional de respuesta a la guerra en Ucrania ante los recelos que despiertan en Unidas Podemos medidas como el envío de armas para la resistencia ucraniana, una decisión que sí cuenta con el plácet de la vicepresidenta morada, Yolanda Díaz

El líder del Ejecutivo y secretario general de los socialistas citó en la sede de Ferraz al comité federal –el máximo órgano entre congresos- para desmenuzar sus planes tras la invasión rusa y sacar pecho de la respuesta "coordinada" de la Unión Europea (UE) ante la invasión "salvaje" de Vladímir Putin

Sánchez auguró que la guerra será "larga", avisó de que "vienen tiempos duros y difíciles", y de los estragos que conllevará, básicamente porque hará saltar por los aires las previsiones económicas que empezaban a remontar tras la pandemia de covid-19. Pero, pese a todo, dijo que su partido está situado "en el lado correcto de la historia", distinguiendo antes entre el agresor -Putin- y los agredidos -los ucranianos y toda Europa- y remachando las diferencias entre una "potencia nuclear imperialista" y una "nación soberana". Todo esto, en un discurso plagado de alusiones veladas a Unidas Podemos, alertando de que la guerra no acabará "hasta que Putin salga de Ucrania y se recupere la diplomacia". No al revés.

"No ha faltado diplomacia, ha sobrado agresión", sentenció el jefe del Ejecutivo a sus socios en el gobierno de coalición. Desde un atril decorado con los colores de la bandera ucraniana, Sánchez despejó que la incursión rusa fue "cruel, injusta e injustificada" con el fin de "debilitar" a los aliados europeos y que, incluso, las conversaciones diplomáticas previas a la invasión fueron usadas por Putin como cortina de humo, ya que de forma paralela iba preparando su ataque dispuesto a poner fin a "los tiempos de paz".

La reacción morada, por boca de la ministra y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, fue contundente, llamando al PSOE "partido de la guerra" e impulsando una campaña en las redes sociales en la que anuncia que está trabajando junto al líder izquierdista francés Jean-Luc Mélenchon y el dirigente del partido laborista de Reino Unido, Jeremy Corbyn, para lanzar un movimiento por la paz en Europa.

El presidente continuó elaborado un perfil muy contundente de Putin, definiéndolo como "enemigo del multilateralismo, de la democracia y de la igualdad, tanto dentro como fuera de la UE". Y de eso se sirvió para llamar a responder desde la unión y la firmeza: "Algunos veían Europa mortalmente herida después del 'brexit'. Pero todo lo contrario: el 'brexit', la pandemia y la guerra están revitalizando a la UE", una conjunción que está mostrando "su mejor versión", dijo.

La inflación

Avalado por Europa, Sánchez prometió que hará todo lo que pueda para evitar que ciudadanos, empresas e industrias "se conviertan en rehenes del chantaje energético de Putin". Esto, dentro de una respuesta mucho más amplia que pasa por avanzar en el acuerdo de migración y asilo, por el refuerzo de la política exterior, por la creación de un pacto de rentas con sindicatos y patronal a quienes ha convocado este lunes para evitar un impacto inflacionario y por una mayor autonomía energética que sirva también como propulsora de las renovables. "No es posible que se dependa en un 40% del suministro de gas de un país que pone en cuestión la seguridad de toda Europa", aseveró.

Y, en todas estas acciones y su posterior evaluación, valoró, se verá "la coherencia de todos y de las fuerzas políticas y, sobre todo, si las buenas acciones llegan a la altura de nuestras buenas palabras". En este punto se detuvo para alertar de la "amenaza" que supone la extrema derecha "con un programa de odio y retroceso", y afeó al PP de Pablo Casado su oposición "virulenta, faltona y crispada", al tiempo que solicitó a Alberto Núñez Feijóo que en esta nueva etapa deje de "coquetear" con Vox e impida que toque poder en Castilla y León.