Convención del partido

Ciutadans reúne a sus cargos para revitalizar las siglas

  • Los naranjas celebran un cónclave para reafirmar su identidad propia y evitar su desvanecimiento en las municipales de 2023

El presidente del grupo parlamentario de Ciutadans, Carlos Carrizosa, junto al diputado de su formación Nacho Martín Blanco, en el Parlament.

El presidente del grupo parlamentario de Ciutadans, Carlos Carrizosa, junto al diputado de su formación Nacho Martín Blanco, en el Parlament. / EFE/Marta Pérez

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Júlia Regué
Júlia Regué

Responsable de la sección de Política.

Especialista en política.

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Ciutadans busca recuperar la autoestima: la de su propia marca y la de los cargos orgánicos. La contención de su desaparición en Castilla y León se interpreta como una pequeña victoria teniendo en cuenta la sangría general del partido. Y, para echar el freno y reimpulsar la marca con la mirada puesta en las elecciones municipales de 2023, Cs ha convocado este fin de semana una convención en el Teatro Municipal de Lloret de Mar (Girona), luciendo su carácter autónomo dentro del partido al ser el nido de la formación y el más conectado con la cúpula nacional liderada por Inés Arrimadas

Los comicios municipales serán una prueba de fuego para el partido. Y muy temida, porque desde el partido admiten ya que forjaron un proyecto sin cuidar a las bases, sin conectar con el territorio, con campañas de maleta, de mucho tránsito y muchas visitas, pero sin arraigar. Un factor imprescindible para que se evite su desaparición y algo que pasa factura en las urnas más cercanas a la cotidianidad. Todavía más con la ofensiva de Valents y el PPC, que sacan provecho de algunos de los que fueron líderes territoriales como Jean Castel (Girona) y Jorge Soler (Lleida), ahora bajo la formación rebautizada tras el adiós de Manuel Valls.

La estocada en el Parlament, al pasar de 36 a 6 diputados, y la operación fallida en Murcia que desencadenó un alud de bajas, una OPA del PP y una considerable pérdida de poder, esperan que sea ya una brecha que se dé por cerrada. Pero en el ala no independentista, más dividida que nunca, luchan por una bolsa de votos en la que el PSC y Vox ganan enteros

Las apuestas

No habrá coaliciones ni aventuras similares a la operación Valls. El objetivo es recortar distancias con el PSC, mantenerse por delante del PP e impedir que Vox no les atropelle más. ¿Cómo? Reafirmando identidad propia, con su marca, con papeletas que cuenten con avales previos y con caras conocidas. En cuanto al discurso, se verá esta vez sí la lucidez de su apuesta ‘liberal’, un emblema que ya pusieron en marcha tras el descalabro del 14-F, centrado en el bilingüismo, en los pactos entre el Gobierno y ERC y en la defensa de la neutralidad institucional y el europeísmo, como arma para distanciarse de la extrema derecha.

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En las pasadas municipales, de 2019, concurrieron con 203 candidaturas y cosecharon 250 cargos electos municipales. Una meta que ya dan por hecho que no podrán cumplir: "Ir a más no lo vemos, no tanto por no querer ser ambiciosos, sino porque después de resultados la aspiración es igualar la propuesta y los resultados", explican fuentes de Cs.

El equipo parlamentario está unido y se dispone a pisar calle para fortificar los cargos territoriales, que se verán premiados este fin de semana porque todos los cabezas de lista de 2019 se han marchado del partido y una fuerte crisis económica por la caída en las urnas. "Queremos mandar un mensaje a los ediles de que, para el partido, las elecciones municipales son fundamentales. Una apuesta decidida por el municipalismo. Pero no es una cuestión solo de coyuntura, sino de relanzamiento de Cs", remachan estas fuentes. Arrimadas no podrá asistir debido a su avanzado estado de gestación.