Ante la presidencia del PP
Los retos a corto y medio plazo de Feijóo como sustituto de Casado
El presidente de la Xunta deberá reconfigurar los equipos en el Congreso, trazar su futuro inmediato y planear sus próximos movimientos internos
Miguel Ángel Rodríguez
Periodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado
A falta de que llegue la confirmación final, Alberto Núñez Feijóo se presentará al congreso extraordinario para liderar el PP. Y el apoyo expresado por todos los barones autonómicos le garantiza que se hará con el control del partido en un congreso nacional extraordinario, que se convocará el próximo martes. Con este escenario sobre la mesa, y a la espera de que Pablo Casado termine de definir sus últimos pasos, el presidente de la Xunta ya empieza a trazar planes con sus colaboradores más cercanos para encarar los primeros retos que tendrá como nuevo responsable del PP.
Elegir a los portavoces
La primera decisión que deberá tomar Feijóo es elegir a los portavoces de la formación. Tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado. <strong>Cuca Gamarra</strong> y <strong>Javier Maroto</strong>, los actuales portavoces, respectivamente, abandonaron a Casado estos días y está por ver si ahora el líder gallego quiere que sigan al frente de estas funciones. Al menos, de manera interina. Feijóo podría mantener a ambos o decidir poner a dos personas nuevas de su estrecha confianza, elegidos entre los diputados y senadores actuales.
La Xunta o el Senado
Feijóo estudia también qué hacer una vez tenga las riendas del PP. Sobre todo, desde dónde hacerlo. Al más que presumible próximo líder popular se le abren dos vías ante sí: mantenerse al frente de la Xunta de Galicia y dividirse el tiempo entre la presidencia autonómica y la del partido -cosa poco probable por la alta exigencia que demanda el día a día de la formación-; o dejar la Xunta e ir a la Cámara alta como senador por designación autonómica y rivalizar con Pedro Sánchez en las dos sesiones de control al Gobierno que se hacen cada mes.
Esta segunda opción gana enteros. El liderazgo del partido obligaría a Feijóo a instalarse en Madrid y su presencia en el Senado sería mucho más sencilla de compatibilizar que la presidencia de Galicia. Su salida de la Xunta llevaría al cese de todo su Gobierno, que se mantendría en funciones hasta que fuera investido un nuevo presidente que configure su gabinete. El actual vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, está entre los que más posibilidades tienen de sustituir a Feijóo.
Ayuso, Monago y los futuros liderazgos regionales
La vida orgánica del partido se alza también entre los retos que debe superar Feijóo. En concreto, apaciguar a Isabel Díaz Ayuso y poner en marcha el congreso regional de Madrid que lleva meses demandando la presidenta autonómica. Las reticencias de Casado a fijar una fecha para este proceso y su negativa a que Ayuso se hiciera con la presidencia del PP de Madrid fueron el germen de la batalla que ha vivido el partido estos días.
El asunto estuvo presente en las conversaciones que la presidenta y el dirigente gallego mantuvieron el domingo, cuando ambos llegaron a la conclusión de que Casado debía abandonar el liderazgo del PP. Ayuso le dijo a Feijóo que ella no se presentaría al congreso urgente, pero le recordó que ella sigue esperando que el congreso del PP de Madrid se celebre cuanto antes.
En el horizonte está también la convocatoria del congreso regional del PP de Extremadura para elegir al recambio de José Antonio Monago, si este no decide volver a presentarse. El dirigente extremeño anunció el pasado lunes que no pondrá en marcha este proceso hasta que el partido "recupere la normalidad". Al margen de la fecha, esta será una de las primeras citas en las que Feijóo tendrá que señalar los futuros liderazgos de la formación.
¿Qué hacer con Vox en Castilla y León?
No todo serán desafíos internos. El presidente de la Xunta tendrá que fijar la posición del partido respecto a las alianzas con Vox ante la negociación para formar gobierno en Castilla y León. Al día siguiente de las elecciones del 13 de febrero, Casado rechazó un Ejecutivo de coalición con el partido ultra. Ayuso, por contra, se mostró favorable. Feijóo deberá, por tanto, marcar un rumbo claro y abrir las puertas a un pacto con Vox o explorar otras vías que eviten que el partido ultra toque poder. Si algo tiene ganado el presidente de Galicia en este reto, es que el suyo fue uno de los pocos territorios en los que Vox no entró en el Parlamento autonómico.
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