PNV y ERC, finalmente en contra

Díaz reprocha a ERC que no hablara de "contenidos" en la negociación de la reforma laboral: "No es humo"

La vicepresidenta defiende el decreto, la norma "más importante de la legislatura", frente a las críticas de los socios y agradece el apoyo de Cs y UPN

Las ministras Irene Montero y Ione Belarra no se quedan hasta el final de la intervención de Díaz, y la contraprograman con un acto por la ley de familias

Yolanda Díaz lamenta que el debate de la reforma laboral esté en "rivalidades partidistas"

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lamenta que el debate de la reforma laboral esté en "rivalidades partidistas". /

Juanma Romero

Juanma Romero

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Tras semanas de discusión y de negociación difícil y al límite, la reforma laboral llegaba este jueves al pleno del Congreso para su convalidación. Con los números a favor ya garantizados, aunque por escasísimo margen y gracias a Ciudadanos, PDECat y hasta siete partidos pequeños. Pero la norma deja una herida profunda en la Cámara y una ruptura con los socios habituales, especialmente amarga para una Yolanda Díaz que, al salir a defender su decreto ley, su proyecto estrella, intentó cargarse de razones, sobre todo frente a ERC: la reforma laboral no es "humo", no es "maquillaje". Es la primera legislación "en 40 años" que se mueve "nítidamente" en la dirección de "recuperar y garantizar los derechos laborales". Y lo es pese a que los republicanos no han querido hablar, denunció, sin citarles, de "contenidos". Al contrario que el PNV, pese a que también rechaza el texto.

La vicepresidenta segunda del Gobierno subía a la tribuna del Congreso este jueves, como ella misma reconocía, con pesar, entristecida por que la "norma más importante de la legislatura se sustancie en debates superficiales", en el "campo de las rivalidades partidistas". Porque la discusión del texto se le enredó casi desde el primer día: los socios habituales no atendieron a sus argumentos. Adelantaron el portazo y no se movieron de ahí. La negociación se mantuvo abierta hasta poco antes del arranque del pleno, pero sin éxito. ERC y PNV quedaban fuera.

Se rompía, y ya se confirmaba, la mayoría de la investidura, justo el escenario que más odiaba Unidas Podemos y que sin embargo no importaba tanto al PSOE, para quien la prioridad siempre fue sacar el decreto adelante. Con quien fuera necesario, pero sin tocar ni una sola coma de una redacción fruto de complicados equilibrios y que podía espantar a la patronal si algo se movía.

Agradece el apoyo prestado por todas las formaciones que votan sí al decreto, entre ellas Cs y UPN, y también extiende su agradecimiento al PNV

Pero Díaz tuvo que hacerse a la idea, casi al final, de que su apuesta no prosperaba. Retrocedió, afinó su discurso y lo sincronizó con el del presidente: lo importante era salvar la norma. Aceptar los votos de Cs, por mucho que dolieran. El martes, en el Senado, en su repaso a los apoyos ya afianzados, ignoró deliberadamente a los naranjas. Pero no lo hizo este jueves. En el pleno en el Congreso, agradeció expresamente su respaldo a los a los "representantes parlamentarios del PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PDECat, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe, Partido Regionalista de Cantabria, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria". Los que le darán los 176 votos y frenarán el muro de 173 noes.

La vicepresidenta extendió también su agradecimiento a los líderes de CEOE, Cepyme, CCOO y UGT y al PNV, que esta mañana ratificó su voto en contra. "Ha discutido de contenidos, ha sido serio en el debate y le doy las gracias". No ha sido así, dijo, frente a quienes se han encastillado en el no a un acuerdo que es "de país", trenzado con empresarios y sindicatos.

La acusación iba por ERC. De hecho, ella se afanó en detallar las novedades de la reforma —fomento de la contratación indefinida, abordaje de la temporalidad y la precariedad, recuperación de la ultraactividad y del poder de los convenios sectoriales, regulación de la subcontratación, consolidación del mecanismo de los ertes como alternativa a los despidos...—, y lo hacía, dijo, "con preocupación". "Llevo semanas hablando con los interlocutores políticos para recabar su apoyo a la reforma [...]. No he logrado hablar con muchas de sus señorías de ninguno de los contenidos de esta norma". Un lamento que era un disparo directo a los republicanos, a los que no citó.

"No hay resignación"

"Lo he pensado mucho y no he encontrado un argumento sólido para votar en contra de esta reforma, para enrocarse ante un real decreto ley que ya está dejando sentir sus efectos positivos en nuestro mercado laboral y en la vida de tantas personas trabajadoras", defendió. En el texto, prosiguió, "no hay resignación, ni complacencia, en ninguna de sus páginas", hay "firmeza, compromiso colectivo, mirada larga y una reclamación expresa", la "centralidad del trabajo". La vicepresidenta ilustró los datos con dos ejemplos, para demostrar que el decreto "mejora" la vida de personas reales: la de una trabajadora de ayuda a domicilio de A Coruña, que al pasar al convenio sectorial provincial pasará a cobrar 2.529 euros más al año, o la de un trabajador de la limpieza, que ganará un 26% más que en la actualidad.

Es una reforma "histórica", "en defensa de la democracia", fruto de un pacto "laborioso" y "artesanal", y lo que se vota es "decir sí o no al modelo fracasado del PP", esgrime

Díaz sostuvo, para rebatir a los socios de izquierdas que se han descolgado, que la laboral es una reforma "en defensa de la democracia", "histórica", que acaba con la "cultura de la precariedad" que ha lastrado durante décadas el desarrollo del mercado de trabajo en España. Y que pone fin a la normativa que el PP aprobó sin consenso ni diálogo social en 2012, un PP que obligó a los ciudadanos a "escoger entre la miseria y la nada". El decreto ley es "una norma moderna", que aproxima España "a Europa en términos de temporalidad".

La vicepresidenta defendió que el texto, fruto de un pacto "esforzado, laborioso, artesanal, muy complejo" y que ha llevado nueve meses de negociación con empresarios y sindicatos, es una "lección para la política", porque es eso, "tejer acuerdos". Y esgrimió, de nuevo frente a la izquierda minoritaria, que no es "maquillaje", ni "humo", como ha reiterado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, es algo "sólido" y "tangible". Las "grandes vigas maestras de la reforma [del PP] de 2012, la ultraactividad y los convenios de empresa, han sido tumbadas, tiradas abajo".

La bancada socialista y de Unidas Podemos y el Gobierno aplauden a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tras su intervención en defensa de la reforma laboral, este 3 de febrero de 2022 en el pleno del Congreso. Solo un ministro morado está en su escaño: Joan Subirats, titular de Universidades.

La bancada socialista y de Unidas Podemos y el Gobierno aplauden a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tras su intervención en defensa de la reforma laboral, este 3 de febrero de 2022 en el pleno del Congreso. Solo un ministro morado está en su escaño: Joan Subirats, titular de Universidades. / JOSÉ LUIS ROCA

"Juego funesto de la precariedad"

Por eso lo que se sometía a discusión en el pleno de este jueves es "decir sí o no al modelo fracasado del PP, sí o no a un trabajo decente". El Gobierno quiere situar a sus aliados frente al espejo, sobre todo a ERC, porque sus bases sociales proceden, en buena medida, de los sindicatos, y en Catalunya UGT y CCOO son mayoritarios, a diferencia de lo que ocurre en Euskadi, donde ELA y LAB sí son los dominantes, lo que explica el distanciamiento del PNV y su empeño en que se garantizara la prelación de los convenios autonómicos. El decreto cumple otra función, añadió: demostrar que el Ejecutivo "cumple" con sus compromisos con Bruselas.

La votación deja tocada a Días y sella una mayoría alternativa con Cs, PDECat y los pequeños partidos, y aparta a los socios habituales

Díaz subrayó la médula, en fin, de la argumentación del Ejecutivo: "Darle la espalda a esta reforma, rechazarla, dejarla caer, es devolvernos a la casilla de salida en el juego funesto de la precariedad. Nadie que haya vivido en ese lugar quiere volver a él. Nadie, con su voto, debería obligarnos a hacerlo". Pero ya esas razones no podían convencer a ERC. Hacía semanas que se veía venir su portazo, y el paso del tiempo no hizo sino confirmarlo.

Que el decreto recibiera los apoyos de parte de la derecha de la Cámara y sellara una mayoría alternativa deja tocada a Díaz y ha molestado a Unidas Podemos. El pleno evidenció esa quiebra emocional. Las ministras Irene Montero y Ione Belarra no se quedaron hasta el final de la primera intervención de Díaz: se marcharon para celebrar un acto para promocionar la ley de familias que prepara Derechos Sociales y Agenda 2030. Cuando la bancada socialista, encabezada por el presidente (recién vuelto de Emiratos) y de UP se levantó para aplaudir a la vicepresidenta, ellas no estaban allí. Alberto Garzón sigue confinado por covid. En su escaño solo seguía el titular de Universidades, Joan Subirats, de los comunes.