Polémica

Rectificar un voto erróneo en el Congreso: un camino con corto o nulo recorrido

Una resolución de la Mesa del Congreso de 2012 reguló el voto telemático

La portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Cuca Gamarra.

La portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Cuca Gamarra. / EP

Ángel Alonso Giménez

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Recurrir al voto telemático en el Congreso se ha hecho frecuente gracias a la pandemia, que ha obligado a recomponer los tradicionales escrutinios. Lejanos quedaron los tiempos en los que los 350 diputados, salvo casos de enfermedad, maternidad o paternidad, pulsaban uno de los tres botones que tienen en el escaño, salían las lucecitas verde, roja o amarilla (sí, no, abstención, respectivamente) en los paneles electrónicos del hemiciclo, se contaban "ipso facto" y la Presidencia cantaba el resultado. Ahora se hace sólo una parte del proceso.

Del mismo modo que corregir un voto presencial erróneo es inviable, casi lo es el telemático, a no ser que haya fallado el sistema o se hayan equivocado los trabajadores del Congreso encargados de las comprobaciones telemáticas y así lo corrobore la propia Mesa

Como consecuencia de la pandemia, y en virtud de una resolución de la Mesa de mayo de 2012, el órgano de gobierno del Congreso decidió generalizar el voto telemático en función de la incidencia de la Covid-19 y por protección de la salud de los diputados y del personal de la Cámara. Por ejemplo, en diciembre, con la ómicron disparada, se permitió que todos votaran así. Pero, este jueves, la incidencia de contagios a la baja, la Mesa decidió que sólo pudieran votar desde casa las señorías que por enfermedad, por ser contacto estrecho y tener que guardar aislamiento o por otras situaciones tasadas no pudieran acudir al hemiciclo.

Salvo que la Mesa detecte irregularidades en las comprobaciones, las opciones de rectificación son nimias, por no decir inviables

Alberto Casero, diputado del PP por Cáceres, pidió el voto telemático por no poder acudir. Efectivamente, no se ha computado su voto presencial (luz blanca de su escaño), pero sí el telemático, que viene regulado así.

El parlamentario que no pueda asistir tiene que enviar un escrito a la Mesa para solicitar la autorización del voto telemático y debe reseñar las razones que lo impiden. Asimismo, ha de añadir el tiempo que prevé estar sin poder ejercer el voto, que, cabe subrayar, es uno de los principales deberes del diputado, por no decir el más importante de sus deberes. La Mesa, en respuesta, toma nota de la motivación y le autoriza el voto, y además, le indica los puntos del orden del día en los que podrá ejercerlo. Le informará de cuándo se le abre el plazo para emitirlo y cuándo se le acaba. Durante la hora anterior al momento de la votación, el voto telemático no podrá hacerse.

Proceso de voto telemático

A partir de aquí, lo técnico: el diputado, con la autorización concedida, entra en la intranet del Congreso con la contraseña que tiene desde que tomó posesión de su acta. Ha de emitir un certificado de firma digital, sin el cual no será un voto válido. Terminado esto, el personal del Congreso en quien delegue la Presidencia, por regla general letrados de la Secretaría General de la Cámara, llaman por teléfono para comprobar ese voto, lo que tiene que hacerse siempre antes de la votación presencial. Hecha la comprobación del sentido del voto, la Presidencia recibe la notificación al inicio de la votación presencial para que pueda anunciar el resultado.

La portavoz del grupo del PP, Cuca Gamarra, ha explicado que el diputado votó "no", pero el certificado digital deparó un "sí", lo que se comunicó a la Mesa. Según la versión de Gamarra, el órgano de gobierno del Congreso no permitió la corrección. Es fundamental saber cuándo efectuó esa comunicación, pues si fue durante la hora anterior a la de la votación presencial, no se puede proceder al cambio.

También ha contado la portavoz que Casero, pese a estar enfermo, se ha personado en el hemiciclo, al que "no se le ha permitido entrar". Si se hubiera personado ya con la votación en marcha, no está permitido entrar. Pudo haber pedido, sin embargo, que su voto fuera presencial, lo que necesita autorización expresa de la Mesa, como indica la resolución mencionada.

El voto telemático se reguló inicialmente para diputados/as con permisos de maternidad, paternidad o enfermedad grave, y se llevó a cabo un procedimiento muy garantista, de modo que resultara lo más semejante posible al voto presencial. El voto es un deber esencial, casi como la asistencia a los plenos y a las propias votaciones.

Intentar enmendar el error en el voto es un proceso harto complejo. Del mismo modo que no se puede corregir el error en una votación presencial, lo mismo cabe atribuir al voto telemático, de tal manera que salvo que la Mesa detecte irregularidades en las comprobaciones, las opciones de rectificación son nimias, por no decir inviables. Otra cosa es que, si se localizaran irregularidades del sistema técnico o en las comprobaciones debidas, se tenga que repetir la votación.