El laberinto catalán

Los 'comuns' desplazan a la CUP como aliados del Govern en las votaciones del Parlament

En Comú Podem y el PSC han apoyado más decretos y proyectos de ley que los anticapitalistas, socios de investidura de Aragonès

Hemiciclo del Parlament de Catalunya.

Hemiciclo del Parlament de Catalunya. / Europa Press

Miriam Ruiz Castro

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Meses de caótica negociación alumbraron la investidura del president de la Generalitat, Pere Aragonès, para la legislatura que dio comienzo tras los comicios de febrero. No fue fácil, como casi siempre en la historia reciente de Catalunya, pero la CUP decidió brindar su apoyo a un Govern de coalición entre ERC y Junts per Catalunya con unos votos determinantes pero cargados de advertencias y ante las críticas de los ‘comuns’ y el PSC, que se opusieron al pacto pero se ofrecieron, con más o menos vehemencia, a acuerdos parlamentarios. 

Han pasado ocho meses del debate de investidura, y los números que dejan las votaciones en el Parlament cumplen algunos de los augurios de las intervenciones de aquella jornada. El Govern ha encontrado en el partido liderado por Jéssica Albiach a su gran aliado para sacar adelante sus iniciativas legislativas. Los ‘comuns’ han votado a favor de la convalidación de 12 de los 16 decretos ley del Ejecutivo, y en contra de solo tres de ellos, según se desprende de los datos recopilados por EL PERIÓDICO. Los morados han sido, además, fundamentales para aprobar las dos únicas leyes que ha sacado adelante el Govern, la de presupuestos y la conocida como ‘ley de acompañamiento’: con su abstención, dieron luz verde a las cuentas de la coalición para 2022.

La ayuda socialista

Tampoco se queda atrás el PSC, que ha apoyado más de la mitad de los decretos del Govern, 9 de 16, y solo se ha opuesto a uno de ellos, la normativa sobre energías renovables. Además, tres de sus seis abstenciones han sido determinantes para permitir la convalidación de esos tres decretos a los que se opusieron los 'comuns': los dos primeros que llegaron a la Cámara y que había aprobado el gobierno en funciones —medidas económicas sobre la pandemia y otro cambio de calendario de la nueva tarifa para estancias en establecimientos turísticos— y el texto de regulación de loterías.

Los morados han votado a favor de 13 de los 16 decretos y la abstención de los socialistas ha sido determinante en los tres restantes

Otra de las asignaturas pendientes de los legisladores catalanes ha sido la renovación de numerosos altos cargos de designación parlamentaria, muchos de ellos acumulando un lustro en funciones a la espera de mayorías —una veintena llevan sin renovarse más tiempo incluso que el Poder Judicial—. Salvador Illa, al frente del primer partido de la Cámara, terminó el año cerrando una negociación con ERC y Junts para renovar en bloque los 122 cargos pendientes, que tendrán que sellar en una votación próximamente. Y los posibles pactos no acaban ahí. El líder del PSC también quiere impulsar la aprobación de una ley electoral catalana.

Si la legislatura catalana echó a andar fue también gracias a la CUP. Los anticapitalistas iban a ser los socios que brindaran la mayoría parlamentaria a la coalición de gobierno, pero la realidad es que se opuso a apoyar las cuentas del Ejecutivo, solo ha respaldado la mitad de sus decretos, 8 de 16, y se ha opuesto incluso a más que el PP, 5 ‘noes’ frente a 4 ‘noes’ de los populares.

Que los cupaires tensen la cuerda no sorprende a nadie, tampoco al Govern, pero sus apoyos no son determinantes si los ‘comuns’ acaban saliendo al rescate de la mayoría parlamentaria de ERC y Junts. La de la investidura ha sido la única votación en la que los votos a favor de los antisistema han sido necesarios para la coalición.

Derechas ancladas al 'no'

En las votaciones de las derechas no hay grandes sorpresas. Vox tiene el récord de ‘noes’ a las iniciativas legislativas del Govern, un voto en contra casi sistemático —13 de los 16 decretos y las dos leyes presupuestarias— solo interrumpido por la abstención en el que modifica la forma en que los universitarios deben acreditar una tercera lengua y el voto a favor de que los funcionarios catalanes recuperen parcialmente la paga extra de 2014, la única norma que se ha aprobado por unanimidad.

La CUP, que invistió a Aragonès, votó en contra de los presupuestos y se ha opuesto a más decretos que el PP

Ciutadans supera en votos en contra al PP con cinco, los mismos que la CUP. El PP ha dado cuatro ‘noes’ y seis ‘síes’ a los decretos del Govern, mientras que Cs ha votado a favor de cinco. Las dos formaciones se han abstenido en seis ocasiones. Las diferencias de voto entre ambas no son muy notables —cuando una vota a favor o en contra, la otro se abstiene y viceversa—, salvo en el decreto de la eutanasia, que los naranjas apoyaron frente al no de los populares, y el de la tarifa turística, en el que ocurrió lo contrario.

El último texto que recibió el aval del Parlament fue el de violencia vicaria, la que ejercen los maltratadores contra los hijos de sus víctimas y que modifica el Código Civil catalán sobre guarda de menores. A la unanimidad de los grandes partidos de la Cámara se opuso la abstención de Cs y PP, y el voto en contra de la ultraderecha.

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