Análisis

Castilla y León: ¿primer gobierno con Vox?

Los comicios del 13 de febrero pondrán al PP en un brete del que tendrá que intentar zafarse durante una campaña electoral que se antoja dura

El presidente del Parido Popular, Pablo Casado, y el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

El presidente del Parido Popular, Pablo Casado, y el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. / EFE

Alberto López
Oliver Strijbis
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Aunque a menudo solo se mencione una razón, existen dos por las que los gobiernos convocan elecciones anticipadas. El motivo más obvio es que se espera un resultado dulce para quien pulsa el botón. Es la estrategia que muchos piensan que tienen Alfonso Fernández Mañueco y, sobre todo, Pablo Casado en la cabeza. Unas elecciones anticipadas aseguran una victoria holgada del PP en Castilla y León y, por lo tanto, sirven de revulsivo para Génova 13. Repetir el 'efecto Ayuso' que durante meses ayudó a catapultar al PP por encima del PSOE. La razón menos obvia para convocar elecciones anticipadas es la expectativa de que los resultados van a ser malos para el partido convocante. Eso sí, no tan malos como en cualquier otro momento posterior. Se asume que el tiempo juega a la contra. Esta idea encaja con el escenario endiablado ante el que se encuentran los populares con Vox en ascenso a nivel nacional y la España Vaciada en proceso de ensamblaje.

Detrás del golpe al reloj que provoca la convocatoria de elecciones del próximo 13 de febrero seguramente se esconda una mezcla de ambos razonamientos. Parar el tiempo para ganar, aunque sea débilmente, Castilla y León y así frenar, aunque sea débilmente, la caída que el PP de Casado experimenta desde hace meses a nivel nacional, hoy por debajo del PSOE. Aunque sea a costa de provocar un acelerón brusco en un sistema de partidos y coaliciones en transición. ¿Ganará —con holgura— Mañueco las elecciones? ¿Asistirá Castilla y León al primer gobierno de coalición con Vox? ¿Qué peso tendrá la España Vaciada? ¿Dónde quedará la izquierda? En lo siguiente, apoyándonos en los datos de Predi, el mercado de predicción electoral, intentamos responder a las preguntas más importantes que suscitan las elecciones a las Cortes castellanoleonesas.

Gobierno resultante

Uno de los puntos fuertes de un mercado de predicción como Predi es su capacidad de asignar probabilidades a eventos complejos como un gobierno resultante. Esto permite predecir, además de los escaños de cada partido, cuál va a ser la política de pactos que termine dando como resultado un tipo de gobierno y no otro. Esta ventaja cobra especial relevancia en un contexto electoral como el de Castilla y León en el que los ejecutivos más probables pasan por la suma de los dos mismos partidos, PP y Vox. En conjunto, los gobiernos de derechas que cuentan con los votos del PP y Vox suman una alta probabilidad del 81%.

De esa suma de votos, no obstante, pueden darse dos tipos de gobiernos crucialmente distintos. El primer tipo de gobierno es uno con el PP en la sede de la presidencia de la Junta apoyado por Vox desde las Cortes. El segundo tipo de gobierno es uno de coalición entre ambas formaciones. En la actualidad, ambas opciones de gobierno cuentan prácticamente con las mismas cuotas de probabilidad. El gobierno sin Vox dentro del Ejecutivo contaría con un 41% frente al 40% de la coalición de PP y Vox.

Con estas cifras estaríamos ante el momento de nuestra historia democrática en el que es más probable que un partido de ultraderecha entre a formar parte de un gobierno, autonómico en este caso. Este hito se debe a dos razones principales. Primero: el PP ya no cuenta con otro socio menor, Cs, capaz de imponer la exclusión de Vox. Esto se debe no solo al eclipse electoral que viven los naranjas, sino también a que, tras ser súbitamente expulsados del gobierno autonómico, han anunciado que, en caso de ser determinantes, nunca harán presidente a Mañueco.

Segundo: la diferencia esperada de votos entre PP y Vox hace injustificable que los ultraderechistas se queden fuera. Razón que ha llevado a los de Santiago Abascal a exigir esta vez su entrada en el gobierno autonómico como condición para dar su apoyo a los populares. Nada hace esperar que un resultado como el de Isabel Díaz Ayuso pueda reeditarse con un líder razonablemente menos aclamado como Mañueco y, por lo tanto, pueda permitirles lanzar el órdago de vuelta a Vox.

Por lo que resta, el tercer gobierno más probable a gran distancia sería el del PP en solitario (probabilidad del 17%) que no parece contar con los números para hacerlo factible. Aún menos plausible se presenta un gobierno de Luis Tudanca (PSOE) en el que puedan participar Unidas Podemos o la flamante España Vaciada (1%) y cualquier otra fórmula alternativa, como podría ser un gobierno PP-PSOE (2%). En definitiva, y a espera de que arranque la campaña electoral, los caminos gubernamentales en Castilla y León pasan por lo que se decida en la mesa de negociación post-electoral entre Mañueco y Juan Manuel García-Gallardo, cabeza de lista de Vox.

Escaños

Estas elecciones no son solo un interludio forzado en el juego de alianzas partidistas, sino que también agitan la mutación del sistema de partidos español y autonómico. La otra gran pregunta de estas elecciones, además de si Vox pisará moqueta ejecutiva por primera vez, es cuál será el fuelle electoral de cada uno de los partidos que se presentan a las elecciones. ¿Qué fuerza tendrá Vox? ¿Entrarán Unidas Podemos y Ciudadanos? ¿Qué protagonismo tendrá una constelación de formaciones nuevas como España Vaciada y el resto de partidos provinciales? Y PP y PSOE, ¿tendrán un resultado acorde con sus expectativas?

Predi arroja una primera imagen de cuáles son los escaños proyectados para cada formación. Aunque estas predicciones se actualizarán día a día, los datos nos informan de cuáles son las posiciones de partida. Si las elecciones son un examen a la acción del gobierno, las estimaciones del mercado de predicción dan al PP, como partido de gobierno, una nota ambigua. Siendo cierto que mejora el número de escaños, pasando de 29 a 35, se muestra incapaz de absorber todo el caudal de votos que Cs deja en su camino. La formación de Francisco Igea retrocede de 13 procuradores a solamente 1, según las estimaciones.

En el espacio de la derecha es Vox quien claramente saldría especialmente beneficiado de la convocatoria electoral anticipada. Pasarían de un solo escaño a 10. La narrativa en torno a los partidos provincialistas de centroderecha como Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila es, también, ligeramente optimista. UPL sumaría un escaño más llegando a dos, y peleando por el tercero, mientras que Por Ávila, según Predi ahora mismo fuera de las Cortes, se encontraría muy cerca de revalidar el procurador que obtuvo en 2019.

El espacio de las formaciones que denuncian la despoblación rural, que incluye a Soria ¡Ya! y otras plataformas provinciales como Vía Burgalesa, ocuparía, según nuestras estimaciones, la cuarta posición en número de escaños, obteniendo un total de 4 procuradores. Sería un salto significativo para una coalición de plataformas aún en formación que, con estos resultados, superaría a partidos de ya larga implantación como Unidas Podemos, que quedarían detrás con 2 escaños. Aun con estos resultados, los morados no serían los que más pasos retrocederían en la izquierda. El PSOE de Tudanca bajaría de los 35 escaños que obtuvo en 2019 a 27 en 2022. Con este retroceso perdería el PSOE la histórica primera posición que alcanzó en las elecciones pasadas y se desplazaría a un modesto segundo puesto.

¿Significa esta panorámica que ya están todas las cartas sobre la mesa en Castilla y León? La respuesta corta es no. Estas elecciones se rodean de gran incertidumbre precisamente por la importancia de las dos preguntas centrales que evocan: ¿entrará Vox en el Gobierno? ¿Qué será de la España Vaciada? La primera pregunta, que se plantea seriamente por primera vez en la política española, pone al PP en un brete del que tendrá que intentar zafarse durante una campaña electoral que se antoja dura. El líder autonómico de Cs, presente en los debates, amenaza con exigir vehementemente a Mañueco responsabilidades por la convocatoria de elecciones.

La segunda pregunta es una gran incógnita. En un contexto plagado de provincias pequeñas, encuestas —que difieren en su estimaciones según su metodología, como apuntaba recientemente el analista Endika Núñez— y mercados de predicción lo tienen especialmente complicado a la hora de acertar los escaños más disputados, que pasan de unas manos a otras por pocos miles de votos. A esto se le suma la expectación propia de formaciones nuevas con un electorado aún largamente desconocido.

En las siguientes semanas hasta la jornada electoral, día a día, EL PERIÓDICO actualizará nuestras estimaciones tanto sobre cuál será el gobierno resultante como los escaños de cada partido. No se lo pierdan.

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