Política hidrográfica

El PP choca con sus contradicciones territoriales en defensa de los trasvases

Mazón reivindica el trasvase del Ebro y sus compañeros de Aragón rechazan "cualquier propuesta"

Teodoro García Egea, con Carlos Mazón, los dos primeros por la izquierda, en Valencia

Teodoro García Egea, con Carlos Mazón, los dos primeros por la izquierda, en Valencia

Diego Aitor San José

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Si el domingo el presidente del PP de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, asegura en una entrevista que su partido "no se ha olvidado del trasvase del Ebro" y que luchará por él, el miércoles, sus compañeros de formación, pero de unos kilómetros más al norte, en Aragón, presentan una moción expresando todo lo contrario.

En el PP el agua suena. La defensa de los trasvases que se hace en el sur de Alicante no se entona con la misma fuerza en otras comunidades, por mucho que los portavoces sean del mismo partido. Es un recurso necesario para la agricultura de comarcas donde este es escaso como la Vega Baja, en Alicante, y se convierte en una importante baza electoral.

Sin embargo, las reivindicaciones con acento valenciano chocan con las que se defienden en otros territorios por parte del mismo partido de la gaviota. Así, si Mazón habla de una posible recuperación del trasvase del Ebro y de las propuestas que José María Aznar incluyó en su Plan Hidrológico Nacional hace dos décadas, en el PP aragonés la postura es más bien la contraria.

El PP presenta una moción en las Cortes de Aragón en la que rechaza "cualquier propuesta de trasvase"

En esa línea, la formación que dirige el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha registrado en el parlamento autonómico aragonés una declaración institucional en la que se "reitera el rechazo a cualquier propuesta del trasvase del Ebro".

Con esta moción, desde el PP aragonés se busca frenar el posicionamiento que incluso su líder estatal, Pablo Casado, ha mostrado agitando de nuevo la posibilidad de recuperar esta obra.

Fue el pasado mes de diciembre, en Zaragoza, precisamente ante Azcón, cuando el presidente del PP habló de un pacto "entre las cuencas cedentes y las cuencas que necesitan esa solidaridad" que en el territorio aragonés sonó demasiado parecido a la propuesta de Aznar de un trasvase que acabaron frenando la llegada de Zapatero a Moncloa y la Unión Europea.

En la entrevista dominical de Mazón, aseguraba que su objetivo es "devolver a la agenda" el trasvase —algo que ha conseguido en la dirección contraria de sus compañeros aragoneses— y precisaba que el "error de concepto", y también "de prejuicio" es querer "enfrentar los trasvases con las desaladoras". "No hay que elegir, hay que complementar", dijo. 

La disonancia de discursos no es solo con el PP de Aragón. También ocurre con el de Castilla-La Mancha, que se pone de perfil respecto al del Tajo-Segura (el que más defienden desde el PP valenciano) y con el de Madrid. En este sentido, el PSPV presentó una PNL para pedir al gobierno madrileño de Ayuso que renunciara a utilizar 60 hm3 del agua del Tajo que supondrían "el fin del trasvase al Segura".

Polémica por la aportación de 27 hectómetros cúbicos

El rifirrafe por el agua no solo es un asunto de diferencias discursivas territoriales sino también de choque gobierno-oposición en la Comunidad Valenciana. Mientras desde el PSPV, su responsable de Agua, Rosa Guillén, celebraba que se anunciasen 27 hectómetros cúbicos del trasvase Tajo-Segura para enero, la secretaria general del PP de Alicante, Ana Serna, cargaba contra esta declaración al asegurar que están "en la estrategia de la guerra continua".

Así, lo que para un partido, el socialista, la llegada de estos 27 hm3 es una aportación "fundamental" y "una muy buena noticia para el campo y los regantes valencianos”, para el otro es "un engaño", un compromiso que es "humo" ya que esta cantidad de agua forman parte del trasvase reglado.

El cruce de declaraciones entre ambos partidos choca con el objetivo que salió del primer encuentro entre Ximo Puig y Carlos Mazón en el Palau de la Generalitat en el que se comprometían a desarrollar un "frente común" en materias sensibles y estratégicas para la Comunitat Valenciana como la reforma de la financiación o los recursos hídricos.

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