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Maria Eugènia Gay: una carrera marcada por el 'procés'

La nueva delegada del Gobierno en Catalunya ha recibido críticas tanto del sector independentista como del más conservador en su etapa al frente del Col·legi de l'Advocacia de Barcelona

Maria Eugènia Gay, decana del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona.

Maria Eugènia Gay, decana del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona. / Alberto Paredes

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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Maria Eugènia Gay (Barcelona, 1975) fue elegida decana del Col·legi de l'Advocacia de Barcelona (ICAB) en 2017 y durante su gestión ha intentado mantener la "neutralidad" política. Y, aunque en junio de 2021 resultó reelegida, su trayectoria al frente del ICAB no ha estado exenta de polémica. La que será nueva delegada del Gobierno en Catalunya, cuyo nombramiento se hará oficial este martes en el Consejo de Ministros, ha recibido estos años feroces críticas desde el independentismo y desde los sectores más conservadores de la profesión. Gay es tenaz, exigente, afable y, sobre todo, defensora del diálogo.

Muestra de ese interés por la concordia fue una iniciativa que encabezó en octubre de 2017, en pleno auge del proceso soberanista catalán. Impulsó una comisión independiente para, según se anunció, "intentar levantar puentes de diálogo y entendimiento" que permitieran alcanzar "una salida consensuada al conflicto catalán" a través de la mediación. Los miembros de esa comisión para la conciliación, en que la que participaron representantes sindicales, patronales, de universidades y de colegios profesionales, entregaron en mano al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, un acuerdo marco para poner en marcha la iniciativa que, al final, no llegó a buen puerto.

Ese espíritu dialogante le viene de familia. Su padre, Eugeni Gay Montalvo, lo profesó cuando estuvo al frente del ICAB (1989-1997) con un marcado perfil progresista. Con estas credenciales y su profusa trayectoria como jurista, fue elegido magistrado y vicepresidente del Tribunal Constitucional. En su voto particular en la sentencia del Estatut, Eugeni Gay discrepó de sus compañeros porque se incluyera en la resolución la referencia a que el término "nación" no tenía valor jurídico. En julio del 2017 escribió en EL PERIÓDICO: "La nacionalidad catalana no nace de la Constitución, como muchos pretenden ignorando nuestra historia, sino que está protegida y amparada en la Constitución porque existe".

En la quiniela de la política

Con ese bagaje familiar, ahora su hija, Gay entra de lleno en la política como sustituta de Teresa Cunillera como delegada de Gobierno en Catalunya. Los socialistas la han escogido para el puesto por ese talante dialogante, aunque antes ya había aparecido en las quinielas como posible ministra de Pedro Sánchez. Pero, por ahora, no trasladará su residencia a Madrid. Su nueva oficina distará pocos metros del que hasta esta semana ha sido su despacho en el ICAB: una sede está delante de la otra en la calle de Mallorca. A nivel profesional, es socia fundadora del despacho Gay-Rosell & Solano, y es especialista en derecho procesal civil.

"Los indultos [a los líderes independentistas condenados en el juicio del 'procés'] permiten iniciar una nueva etapa de diálogo y consenso tras años de conflicto". Así se expresó la nueva delegada del Gobierno en una entrevista en julio de 2021. Ese espíritu conciliador es el que ha pretendido imprimir en las juntas del ICAB que ha presidido, y que han contado con juristas ideológicamente diferentes, como es el caso de Jordi Pina, defensor de algunos de los dirigentes soberanistas en el juicio contra los líderes del 1-O. Fue su segundo y dimitió de su cargo de vicedecano en octubre de 2019. Gay ha defendido que sus candidaturas al colegio eran "transversales", aunque en 2019 avaló la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, afirmando que "era inevitable ante una deriva incontrolable".

De Artur Mas a Javier Zaragoza

Estar al frente de una institución influyente en la sociedad como es un colegio de abogados no es fácil. Y Gay no ha sido ajena a las batallas políticas que se libran en el seno de una entidad con más de 20.000 asociados. Por ejemplo, desde el sector más conservador se le reprochó haber invitado a un acto al expresidente de la Generalitat Artur Mas. Y los colegiados independentistas también han lanzado dardos contra ella, como cuando en julio de 2020 invitó al fiscal del juicio del 'procés', Javier Zaragoza, a una conferencia en el ICAB, o cuando permitió que una comisión del colegio emitiera un comunicado recriminado al Govern de Pere Aragonès su postura sobre la sentencia que obligaba a impartir el 25% de clases en castellano en un colegio de Canet de Mar.

Pero el incidente con mayor trascendencia ocurrió en febrero de 2018, en un acto con el que era presidente del Parlament de Catalunya, Roger Torrent. Cuando este afirmó que existían "presos políticos" en Catalunya, la cúpula judicial catalana, presente en la sala, se levantó y se marchó. Visiblemente contrariada, Gay le espetó a Torrent en voz baja: "No era la idea, presidente. La has hecho buena. Muchas gracias (….) No podías hacer esto". Un grupo de abogados inició una campaña de recogida de firmas en su contra.

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