Balance de fin de año

Las claves del discurso de Casado: llega la hora de la verdad de la pugna con Vox

La necesidad de taponar las fugas hacia la derecha da contundencia al tono del líder del PP

Archivo - El presidente del PP, Pablo Casado, se reúne en el Congreso con el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. En  Madrid, a 17 de noviembre de 2021.

Archivo - El presidente del PP, Pablo Casado, se reúne en el Congreso con el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. En Madrid, a 17 de noviembre de 2021. / DAVID MUDARRA (PP) - Archivo

Daniel G. Sastre

Daniel G. Sastre

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Pablo Casado se ha lanzado con extrema contundencia contra el presidente del Gobierno en su discurso de balance de fin de año. El líder del PP no solo ha acusado a Pedro Sánchez de haber evitado que las familias españolas puedan "celebrar juntas" la Navidad con su "nefasta" gestión de la pandemia, sino que ha asegurado que España tiene los peores números macroeconómicos y sociales de los países desarrollados.

Para el presidente popular, ha llegado la hora de la verdad. Con su liderazgo en el partido amenazado por la pujanza de Isabel Díaz Ayuso, tendrá en Castilla y León -y, a lo largo de este año, también en Andalucía- una ocasión para demostrar que las encuestas no se equivocan y el PP está recuperando terreno, como ha subrayado en su discurso de balance.

La pugna con Vox

La batalla con Vox por el voto conservador menos centrado está en la esencia de la intervención de Casado. Empezando por la aspereza del vocabulario que eligió: la gestión de Sánchez es "nefasta", el presidente ha afrontado la crisis con "arrogancia, incompetencia y mentiras" y se conduce con "recochineo", España tiene un "mal gobierno"... El crecimiento del partido de Santiago Abascal amenaza la recuperación del PP, y Casado ha virado desde su rotunda crítica a Vox de hace un año a la adopción de su discurso en determinadas áreas.

La recentralización

Esa pugna con Vox ha condicionado, por ejemplo, el mensaje del PP en cuanto al modelo de Estado. Durante su balance de fin de año, Casado ha subrayado algunas de las iniciativas que ha presentado últimamente para subrayar su distancia con lo que interpreta como una rendición del Gobierno ante independentistas y nacionalistas. Tras recordar que Sánchez indultó a los presos del 'procés', y que el PP ha sido capaz cuando ha hecho falta de pactar "a izquierda y derecha" y con "regionalistas" de los que no quieren "romper España", ha defendido iniciativas como la de crear una "ley de lenguas" para defender el castellano -que ve amenazado por ejemplo en Catalunya-. También se ha quejado del "tetris autonómico" en el que, en su opinión, ha desembocado la gestión descentralizada de la pandemia.

Cara a cara con Sánchez

Si el contenido del discurso de Casado estaba sobre todo pensado para evitar fugas por la derecha, la forma en la que lo ha presentado buscaba una imagen presidencial. La idea de que es el único dirigente de la oposición que está en condiciones de desalojar a Pedro Sánchez -con la implícita apelación al voto útil que eso conlleva- afloraba tanto en la duración de su discurso como en su manera de mirar a cámara como en el tono. Pese a dejar claro que ya se ve en la Moncloa -ha dicho que en ningún otro momento un Gobierno perdía en intención de voto contra el primer partido de la oposición a los dos años de la investidura-, no querido confirmar si pactaría con Vox para alcanzar su objetivo.

La reforma laboral

"Que nos dejen en paz", ha dicho Casado sobre las supuestas presiones que se están ejerciendo sobre el PP para que apoye la reforma laboral. El líder popular se ha mostrado incómodo cuando se le ha recordado que la CEOE aprueba el nuevo texto: "El PP tiene su modelo laboral, que es el que está en vigor. Mis críticas son al Gobierno, no a la patronal, que tiene que hacer lo que considere oportuno. Algunos habrán votado a favor, otros se habrán abstenido, yo ahí no me puedo meter".

La prueba de Castilla y León

El 13 de febrero se celebrarán elecciones en Castilla y León después de que su presidente, el popular Alfonso Fernández Mañueco, haya adelantado los comicios. Tras rechazar cualquier responsabilidad de Génova en ese adelanto, y tras evitar hablar de su problemática relación con Díaz Ayuso por el control del PP de Madrid, Casado ha dicho que el objetivo de Mañueco, como el suyo cuando se enfrente contra Sánchez, es el de gobernar en solitario. Y ha añadido que para ello el PP no precisa de una mayoría absoluta que en estos momentos parece quimérica, sino que basta con que los populares "tengan más escaños que la suma de los partidos de izquierda y los nacionalistas".

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