Traspié imprevisto del Gobierno

El PP vota a favor de las lenguas cooficiales en el Senado y hace que los Presupuestos vuelvan al Congreso

El Ejecutivo contaba con la aprobación definitiva este martes en el Senado del proyecto, pero el respaldo a esa enmienda de Compromís, también por ERC, retrasa el trámite unos días, como máximo hasta el 28 de diciembre

Se trata de un texto presentado a instancias de Chunta de promoción y difusión de las lenguas cooficiales dotado con 1,6 millones. El Ejecutivo considera el contratiempo una “anécdota” y se plantea apoyar el cambio en la Cámara baja

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Nadia Calviño

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Nadia Calviño / JOSÉ LUIS ROCA

Juanma Romero

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Al Gobierno le han estallado sus planes. Pretendía que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 salieran aprobados este martes del Senado sin ningún tachón, y de ahí camino al ‘Boletín Oficial del Estado’. Pero no pudo ser. En el último paso en la Cámara alta se coló una enmienda de Compromís, de promoción de las lenguas cooficiales, que apoyaron varios grupos, además del PP y ERC, y que obligará al Congreso a ratificarla o tumbarla en unos días, como máximo la próxima semana. Es decir, que el trámite de aprobación definitiva de las cuentas del Estado se pospone, aunque en todo caso el texto entrará en vigor el 1 de enero de 2022. No es un drama para el Ejecutivo, pero sí un traspié fruto de su minoría parlamentaria en el Senado. Hacienda considera lo ocurrido una “anécdota” que responde a “una pataleta” de los populares, y se plantea avalar el cambio cuando llegue a la Cámara baja, como máximo el próximo martes, 28 de diciembre, aunque espera solventar este paso antes, este mismo jueves, día 23.

La enmienda que respaldó la Cámara alta (y ahí fue clave el sí del PP, que buscó por todos los medios ese retorno del proyecto al Congreso) cuelga del programa 331.M de la Dirección de Servicios Generales de Cultura y Deporte del ministerio que dirige Miquel Iceta. Se trata de un fondo de 1,6 millones de euros destinado a la “promoción y difusión de las lenguas protegidas por la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias, a las Comunidades Autónomas de Galicia, Asturias, Euskadi, Navarra, Aragón, Catalunya, València e Illes Balears”. La enmienda la presentó Carles Mulet, senador de Compromís, a instancias de Chunta Aragonesista, según indicaban a este diario fuentes de la coalición valenciana. Ese cambio era un grano de arena dentro de las casi 4.000 enmiendas (3.952, en concreto) que habían registraron los grupos en la Cámara alta. Solo esa, la planteada por Compromís, la número 3.702, prosperó, y por sorpresa.

Este martes, el Gobierno había previsto un desembarco en el Senado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y varios ministros acudieron a la Cámara alta para responder a las preguntas de la oposición en la última sesión de control del año pero también para celebrar la proclamación de la votación última de los PGE. Hacienda siempre contó con que, una vez despejada la negociación con ERC y cerrado el pacto sobre la ley audiovisual, no encontraría ningún obstáculo más. Pero no esperaba este pequeño tropiezo. De hecho, la previsión era que el pleno de la Cámara alta se reanudase con el comunicado del escrutinio por parte del presidente del Senado, Ander Gil, pero este directamente pasó a la sesión de control. Primero, a las preguntas dirigidas al líder socialista, formuladas por PP y PNV, y luego las derivadas al resto de ministros. Pasada una hora del arranque de la sesión, en el Ejecutivo advertían de que había que aguardar a los resultados oficiales, pero ya sabían perfectamente que algo se había torcido en la última curva. Los rostros del jefe del Ejecutivo y sus ministros lo decían todo. De la alegría inicial, de los aplausos con que la bancada socialista recibía a su líder a las 16 horas, al completo e indisimulable chasco minutos después.

“Si sirve para que el PP reconsidere su política de promoción de las lenguas cooficiales, bienvenido sea”, ironiza el presidente a la salida de un pleno en el que el Gobierno quería festejar el sí final a las cuentas

De hecho, Sánchez, finalizado su turno de preguntas, a la salida de la Cámara alta, dio por hecho que las cuentas volverán al Congreso el 28 de diciembre para su aprobación definitiva, pese a los cálculos iniciales del Gobierno. “Si sirve para que el PP reconsidere su política de promoción de las lenguas cooficiales, bienvenido sea”, señaló, restando importancia al contratiempo. “Si no es hoy, [la aprobación definitiva de los PGE] será en unos días”. El presidente abandonó la Cámara alta sin esperar la proclamación de los resultados. Este martes no podía haber aplauso dirigido a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por haber atravesado la última línea de meta. El PP quiso poner esa zancadilla al Ejecutivo, a sabiendas de que no tendrá mayor efecto más allá de demorar el trámite final de validación del proyecto de ley unos días. Claro que Hacienda se encontró con que uno de sus socios de legislatura, ERC, votó a favor de una enmienda de “protección” de las lenguas cooficiales.

“O se han despistado o han traicionado”

Lógicamente, la posición más chocante era la de los conservadores. Como explicó a los periodistas el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, su grupo hizo “todo lo posible” para hacer que los PGE retornasen al Congreso, porque considera que las cuentas son negativas para el país. Su estrategia fue apoyar sus enmiendas y todas aquellas de los demás grupos que casasen con “su programa” y sus votaciones del pasado. La modificación planteada por Compromís, justificó, cumple ambos requisitos, porque la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias es un acuerdo que los Estados miembros del Consejo de Europa, entre los que figura España, firmaron en 1992, y que “desde entonces cuenta con el respaldo del PP”.

El PP alega que su estrategia era hacer todo lo posible para que el proyecto regresara al Congreso y que “siempre” apoyó la carta europea de 1992

De hecho, en 2001, Josep Piqué, ministro de Exteriores de José María Aznar, rubrica el instrumento de ratificación, que considera lenguas regionales o minoritarias a “las lenguas reconocidas como oficiales en los Estatutos de Autonomía de las Comunidades Autónomas del País Vasco, Catalunya, Illes Balears, Galicia, Valenciana y Navarra”. “Esto no quiere decir que se deban considerar cooficiales el bable o el aragonés. Se trata de reconocer culturalmente un hecho. Lo hemos apoyado siempre”, alegó Maroto.

Los populares descargan la responsabilidad de la aprobación de la enmienda en ERC, porque como socio del Ejecutivo tenía que haber respetado el “cuadernillo de votaciones” facilitado por el Gobierno. Es decir, que si se deslindó en esta enmienda del criterio marcado por el Ejecutivo fue por “despiste” o porque quería infligir un castigo a Sánchez. “O se han despistado o han traicionado. No hay más razón”, señalaba el senador sin poder ocultar su satisfacción por ese pequeño gol (de una semana de vida como mucho, cierto) al presidente. Gol que aguó el festejo de los Presupuestos al bipartito.

El PP se marcaba un tanto que decía no esperar, aunque realmente el foco lo había situado en las últimas semanas en otro punto: la reducción del IVA de las peluquerías y centros de estética del 21% al 10%. Pero esa modificación, muy reclamada por el sector y aplaudida por la mayoría de los grupos menos el PSOE, no llegó a votarse en pleno porque la paralizó Ander Gil, al atender la solicitud de controversia presentada por el Gobierno contra esa modificación por afectar al equilibrio presupuestario.

ERC señala que el “responsable” de los números de los PGE es el Gobierno y que respalda toda medida de “protección” de las lenguas cooficiales

En ERC, mientras, reconocían su voto a favor de la enmienda de Compromís. “Hemos respetado el acuerdo que teníamos con los partidos del Gobierno [PSOE y Unidas Podemos]. Son sus Presupuestos, y por tanto la responsabilidad de los números es suya. En cualquier caso, y por eso el sentido de nuestro voto en la enmienda en cuestión, cualquier medida que proteja las lenguas cooficiales nos parece bien, como no puede ser de otra manera”.

“Interés partidista”

Desde el Gobierno, Montero intentó minimizar el traspié y cargó las tintas contra el PP. “El PP intentó boicotear la llegada de fondos europeos, ha intentado desde el primer día boicotear los Presupuestos, pero no lo ha conseguido”, sostuvo la ministra ante los medios en el Senado. La titular de Hacienda remarcó que el PP “votó en contra” del cambio planteado por Compromís en comisión la semana pasada (los populares responden que no fue así, que simplemente las enmiendas incorporadas a la ponencia no se votaron), de modo que su actitud ahora es “una pataleta”, sin más valor. “No se entiende nada de lo que hace el PP. No consiguen nada útil. Están instalados en la política de lo inútil”.

Gobierno y PSOE acusan al PP de “boicotear” las cuentas “con el único afán” de retrasar su aprobación una semana y evitan echar las culpas a ERC

Fuentes del Grupo Socialista en el Senado denunciaron el “único afán” de los conservadores de “retrasar la aprobación definitiva” de los PGE y destacaron la “contradicción” en la que a su juicio cae el PP, que pone de manifiesto que “el interés partidista está por encima del interés de España”. “Sorprende que el mismo PP que utiliza las lenguas cooficiales como arma arrojadiza en la escuela, que está en contra de su uso en las Cámaras, que apuesta por prohibir su uso en los empleos públicos y que considera un dispendio cualquier inversión para promocionar esas lenguas haya votado en el Senado a favor de una enmienda para promocionar las lenguas cooficiales”, indicaron. Además, cuestionaron que “los pronunciamientos y acciones” del PP se correspondan con la carta europea de 1992, que en sus puntos 7. c) y 7. d) reconoce la necesidad de “una acción resuelta de fomento de las lenguas regionales o minoritarias” y la “facilitación y/o el fomento del empleo oral y escrito” de estos idiomas “en la vida pública y en la vida privada”.

Montero afirmó que el Ejecutivo no tiene “ningún inconveniente” con la enmienda y la “apoyaría” la próxima semana en el Congreso. “No hay ningún problema en apoyarla y que salga el proyecto de PGE, que es lo que necesita el país, y el 1 de enero, a pesar de todas las chinas en el camino, tendremos Presupuesto para todos los ciudadanos. Poco más”, remachó. La ministra no se ensañó en ningún caso con ERC: “Es obvio que apoya la protección de las lenguas cooficiales, y pensaba que no iba a contar con el apoyo del PP. Es una anécdota, no tiene más importancia”.

El Ejecutivo va a intentar que el texto se apruebe de manera definitiva el jueves 23, y no el martes 28

El pleno del Senado aprobó el proyecto de Presupuestos con solo un cambio, y ahora el Congreso debe rechazar o apoyar esa enmienda. ¿Cuándo? La previsión inicial era que el hemiciclo lo votara el próximo martes, 28 de diciembre, pero fuentes del Gobierno indicaron a este diario que intentarán que el texto se discuta este mismo jueves. Para ello, hay dos vías: bien que se modifique el orden del día de la sesión plenaria de este 23 de diciembre por unanimidad de todos los grupos, bien que la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, fije un pleno extraordinario el jueves a continuación del anterior. El propósito es evitar a sus señorías viajar hasta Madrid la semana próxima. También garantizar que el foco del día 28 esté en la aprobación por Consejo de Ministros del real decreto ley de la reforma laboral. Y también devolver el gol al PP. Es decir, que la bofetada propinada al Gobierno dure lo menos posible, apenas 48 horas, no siete días. La respuesta se sabrá muy pronto. En horas. Los PGE, de cualquier modo, ya no corren ningún peligro. Saldrán adelante, con o sin la enmienda de Compromís.