Pese al rechazo de Junts
Aragonès llega a un acuerdo con los 'comuns' y salva los presupuestos
ERC acepta, a cambio, levantar el veto a las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona
Los posconvergentes cargan contra el 'president' y le culpan de la falta de unidad independentista
Júlia Regué
Responsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en noviembre de 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV-3, Catalunya Ràdio y RAC1.
El 'president' Pere Aragonès salvará este lunes la tramitación de los presupuestos tras una negociación 'in extremis' con los 'comuns', pese al plante de Junts. El jefe del Govern ha reunido esta mañana de urgencia al Consell Executiu para explicarles el acuerdo, después de que la posconvergencia se descolgara de las conversaciones con En Comú Podem y exigiera volver a intentar una alianza con los cuperos, que el sábado ratificaron su enmienda a la totalidad.
En una comparecencia desde la Galeria Gòtica del Palau de la Generalitat, Aragonès ha reivindicado que el pacto es suyo ("como 'president' he llegado a un acuerdo con En Comú Podem") y que, pese a lo dicho, sin ir más lejos por Jordi Sànchez el domingo, que Junts ha asumido el pacto sin mayores problemas ("todo el Govern estará a la altura en el cumplimiento de estas cuentas"). En paralelo, y pese al portazo de la CUP, Aragonès tendió la mano a los anticapitalistas para mantener "la mayoría independentista del 52%".
La formación liderada por Jéssica Albiach ha sellado el pacto tras lograr ampliar la red ferroviaria catalana, incrementar la partida para el sector industrial, blindar los 1.000 millones de euros en vivienda, crear 11 "comunidades energéticas", conseguir un impuesto a los alimentos ultraprocesados y avanzar en la internalización de los teléfonos 061 y 112. El acuerdo con el Govern se cerró esta madrugada, tras varias llamadas telefónicas durante la noche al más alto nivel, después del encuentro en Palau, y ha permitido la retirada de su enmienda a la totalidad, por lo que las cuentas seguirán su curso.
La carambola Barcelona-Generalitat
Uno de los puntos centrales del acuerdo es que Esquerra facilite los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, que la semana pasada pudieron tirar adelante gracias a Barcelona pel Canvi después de que el líder republicano en el consistorio de la capital catalana, Ernest Maragall, revelara que no les darían el visto bueno. Pero los republicanos han cedido para que En Comú Podem avale, a su vez, las de la Generalitat, generando malestar y críticas en el grupo municipal que ha exhibido su disconformidad por usar el consistorio como moneda de cambio.
"Los ‘comuns’ han situado Barcelona y su presupuesto como una pieza de negociación política para obtener un rol favorable en los presupuestos de la Generalitat. Tomamos nota, entendemos la situación y las consecuencias. No estamos cambiando nuestra posición, pero servimos al país asumiendo esta contradicción, incoherencia aparente, entre lo que votamos y lo que haremos en el plenario", ha espetado Maragall, visiblemente incómodo, en una rueda de prensa desde el Parlament. Así, ha intentado justificar el cambio de voto, sin que a su juicio altere su visión sobre las cifras de la alcaldesa Ada Colau, que sigue siendo negativa. "Es una decisión política de servicio al país y a la ciudad. Punto", ha zanjado.
Junts, contra Esquerra
Tras el anuncio, se ha reunido de urgencia la ejecutiva de Junts, que ha lamentado que el Govern no haya intentado volver a negociar con los cuperos y que el intercambio de votos acabe favoreciendo el mandato de Colau: "Maragall ha enterrado su credibilidad, ha renunciado a ser oposición y a ser un candidato creíble en 2023", ha lanzado la concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, Elsa Artadi.
No ha escatimado críticas a Esquerra, a quien ha pedido una reunión de urgencia para revisar los pactos de gobierno. Después de que Aragonès haya apostado por los 'comuns' tras el veto 'cupaire', le ha responsabilizado de echar al traste la mayoría del 52% del voto independentista. "Junts sólo ha negociado con ERC y la CUP", ha proseguido, si bien la Conselleria de Economia, en sus manos, sí ha celebrado dos reuniones con los morados antes del plante del domingo. Ayer ningún miembro del partido acudió a la cita negociadora, alegando que se abordaban asuntos "políticos" y no estrictamente "presupuestarios", al estar sobre la mesa las cuentas del consistorio barcelonés. "Este pacto tiene un objetivo partidista y muy claro. Para nosotros, la estabilidad en Barcelona no puede ser moneda de cambio ni sacrificar el camino hacia la independencia", ha añadido Artadi.
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