La decisión de la militancia

La CUP anuncia una enmienda a la totalidad a los presupuestos, pero seguirá negociando con el Govern

Eulàlia Reguant, diputada de la CUP

Eulàlia Reguant, diputada de la CUP / FERRAN NADEU

Júlia Regué

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La militancia de la CUP comparte el descontento de la dirección con el cumplimiento del acuerdo de investidura, pese a la última oferta del Govern, y constata la falta de incentivos para apoyar hoy por hoy los presupuestos de la Generalitat. Las bases han decidido con un 63% que el partido presente una enmienda a la totalidad de las cuentas, sin que esto suponga interrumpir las negociaciones, un extremo que comparte un 68%. Hasta un 95% valora que lo que hay sobre la mesa es insuficiente para votar a favor de las cifras actuales. Se trata, pues, de un aviso contundente al Executiu: si no hay más cesiones, los nueve diputados 'cuperos' no darán su plácet a las cifras.

Tras un fin de semana intenso, con debates por todo el territorio catalán, las asambleas se han posicionado en la urna telemática exhibiendo su escepticismo respecto al rumbo tomado por ERC al frente de la Generalitat. La diputada Eulàlia Reguant ha justificado desde el Parlament que su partido lance una "triple enmienda": a la relación entre el Govern y el Estado, a las "políticas sociales y el modelo sociovergente" frente al énfasis en los macroproyectos; y a unos presupuestos "continuistas" porque son "insuficientes" en vivienda, sanidad y giro de modelo económico, ha defendido. Así, ha cargado contra "la normalización de la relación con el PSOE, y con el estancamiento y aceptación de la represión", al tiempo que ha afeado a la Generalitat que "no se está trabajando para generar las condiciones para autodeterminarnos" dentro de una nueva hoja de ruta independentista.

En la votación han participado 462 personas (acudieron 509 a las reuniones), un registro muy bajo teniendo en cuenta que en la consulta sobre el pacto de investidura figuraron 1.401 militantes. Reguant ha achacado estas cifras a la "desafección" con el actual Govern. En las próximas horas, se reunirán los espacios de debate interno para evaluar los resultado y marcar una hoja de ruta para continuar la negociación que se retoma esta misma tarde con el 'president' Pere Aragonès y el 'conseller' de Economia, Jaume Giró. Y es que nada es definitivo, ya que Reguant ha afirmado que todavía hay tiempo para retirar la enmienda a la totalidad, que se votará el lunes 22 de noviembre, si hay una mejora en la oferta del Executiu. Para ello, se deberá convocar otro proceso de debate interno en cuanto haya avances significativos.

Los escenarios posibles

La decisión de las bases da margen de maniobra a los negociadores 'cuperos' para intentar arañar más concesiones -Reguant no ha querido desvelar las prioridades que pondrán sobre la mesa- pero, a la vez, facilita que los socios en el Executiu puedan abrir la puerta al PSC y los 'comuns' en la búsqueda de nuevos socios para que los presupuestos sean aprobados y entren en juego en enero del 2022, como pretende el Govern. En esta situación, ERC y Junts pueden entrar en conflicto, ya que los primeros abogan por intentar probar primero con los morados y los segundos se inclinan por los socialistas. La diputada ha pedido a los dos socios en el Govern "que no pongan la responsabilidad de sus desavenencias en la CUP" y que si el Executiu quiere políticas de izquierdas y referéndum "ellos decidirán con quién negocian". "No sé si con el señor Salvador Illa avanzaremos mucho", ha deslizado.

Miembros del partido interpretan que la decisión de las bases se ha tomado teniendo en cuenta los meses de ERC al frente del Executiu y no tanto atendiendo a la letra pequeña del proyecto de presupuestos, de ahí que la dirección haya pedido en más de una ocasión más gestos al Govern para poder 'vender' a sus bases un "giro a la izquierda". Entre los principales pros y contras que se han discutido en las asambleas, sobresale el factor independentista y la falta de compromisos sociales y climáticos.

La última oferta del Govern, lanzada a pocas horas del inicio del debate interno de la CUP, no ha servido por ahora para acercar posturas. Algunos militantes lo interpretaron como un "chantaje" porque hasta última hora no avanzaron en temas como la rebaja de las ratios en infantil y primaria o el estudio de todas las acusaciones particulares de la Generalitat contra independentistas para retirar aquellas en las que no se puedan acreditar lesiones o probar su autoría.

Tampoco ha sido suficiente la retirada de la inversión de 120 millones de euros para el Hard Rock, porque los 'cuperos' alertan de que el Govern mantiene su apuesta por este macroproyecto aunque intentarán que no perjudique a las arcas públicas, sino que se limita a unos fondos que se recuperarían cuando el inversor compre los terrenos. La candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno, en cambio, se tirará adelante en el caso de que la consulta -para la que se prevén 800.000 euros- así lo avale.

La tramitación de las cuentas no depende exclusivamente de la CUP. Y es que el 22 de noviembre se votarán las enmiendas a la totalidad –ya las han confirmado Cs, PPC y Vox, mientras socialistas y 'comuns' esperan a los acontecimientos de esta semana para decidirse–, y se votarán todas juntas. Si hay más votos en contra que a favor de los vetos, el proyecto de presupuestos seguirá su curso hasta la votación definitiva. De lo contrario, se frenará la tramitación y el Govern deberá rediseñarlos. Volverá así al punto de partida y difícilmente logrará que el próximo año se inaugure con presupuestos.

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