La situación de los eurodiputados de Junts

Puigdemont y los suyos ven más opciones de regresar a Catalunya tras cuatro años en Bélgica

Los eurodiputados de Junts y los 'exconsellers' en Waterloo venden optimismo y creen que hay opciones de regresar a Catalunya

Crónica de un fiasco: lo que se vio y lo que no se vio del otoño del 'procés'

Antoni Comín, Carles Puigdemont y Clara Ponsatí

Antoni Comín, Carles Puigdemont y Clara Ponsatí / EFE / STEPHANIE LECOCQ

Fidel Masreal

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Cuando el 'expresident' Carles Puigdemont, junto con los 'exconsellers' Toni Comín, Lluís Puig y Clara Ponsatí, emprendieron camino hacia el extranjero tras la declaración unilateral de independencia de 2017, las incertidumbres eran totales. Entre los miembros del Govern que optaron por quedarse en Catalunya y entre los que decidieron poner tierra de por medio. Cuatro años después, los dirigentes que se marcharon a Bruselas destilan optimismo y siguen sosteniendo, según fuentes de su entorno, que su apuesta ha sido la buena, tanto a nivel personal como político, porque ha servido para avanzar hacia la independencia. El último logro jurídico de Puigdemont en Cerdeña ante una nueva petición de extradición del juez Pablo Llarena ha hinchado los ánimos de los suyos, hasta el punto de confiar en poder regresar a Catalunya, si bien siempre bajo la incertidumbre del calendario y de las decisiones judiciales.

Los eurodiputados están a la espera de decisiones de peso de los dos principales órganos judiciales de la UE, el Tribunal General y el Tribunal de Justicia. De entrada, deben resolverse las medidas cautelares que han reclamado respecto a su inmunidad parlamentaria. Un logro que esperan conseguir gracias, afirman, a su victoria en Italia, puesto que ese episodio evidenció que sí existe el riesgo de detención en determinados países.

Un enjambre de decisiones pendientes

En paralelo discurre la causa sobre la retirada de la inmunidad tras la concesión del suplicatorio por parte del Parlamento Europeo. Y, finalmente, también están pendientes de resolución las cuestiones prejudiciales que elevó el propio Llarena a las instancias judiciales europeas para que aclarasen el alcance de las euroórdenes de detención y las razones para denegar una entrega. En caso favorable para Puigdemont y los 'exconsellers', la hipótesis del regreso a Catalunya se abriría paso.

Pero esa posibilidad estaría condicionada, según los propios eurodiputados, a que Llarena retirase la orden de arresto. No habrá, en principio, una 'operación retorno' sin esas garantías. El argumento de los políticos independentistas es que no han aguantado cuatro años para eludir la cárcel para ahora arriesgarse a un regreso a España sin garantías de no ser detenidos.

Vías muertas

La otra vía que se abrió tímidamente en su momento, la de la reforma del delito de sedición para rebajar la tipificación penal del mismo, ha quedado en punto muerto y no es una opción con la que Puigdemont y sus compañeros de escaño trabajen hoy en día, dado que, incluso en esa hipótesis, otros tipos como el de la malversación sí podrían ser de aplicación a sus casos y comportar penas de prisión en caso de una sentencia condenatoria como la que se dictó contra los otros dirigentes del 'procés'.

Con todo, las citadas fuentes no descartan escenarios más pesimistas, como el de que los distintos caminos de batalla judicial no avancen y la situación de los eurodiputados en el extranjero se convierta en casi perpetua, cosa que les forzaría, de entrada, a presentarse a las próximas elecciones europeas, en 2024, como única vía para mantener el blindaje ante el riesgo de extradición.

El peor escenario

Sin embargo, la peor de las hipótesis entre los eurodiputados es la de un regreso a Catalunya que no comporte ningún revulsivo político para la causa del 'procés' y de la "confrontación inteligente" que propugnan Puigdemont y Junts per Catalunya. Es decir, que no puedan presentarse a unas elecciones (por inhabilitación) ni obtengan más triunfos judiciales.

En cualquier caso, hoy por hoy, los eurodiputados de Junts hacen el siguiente balance, y lo hacen sin dudar: su apuesta por salir de Catalunya (lo que denominan "el exilio") ha sido y es más beneficiosa en términos personales y políticos que la que hicieron los 'consellers' y 'conselleres' que decidieron quedarse en Catalunya y afrontar el juicio y la cárcel.

El coste personal

Puigdemont y sus fieles en Bélgica están convencidos de que, pese al fango y las dificultades, han conseguido logros evidentes en su apuesta por forzar las costuras del sistema judicial español, enfrentándolo a las directrices de la justicia europea. Y están convencidos de que el coste personal ha sido inferior al de haber ingresado en prisión y no haber conseguido salir de ella con alguna victoria política o jurídica.

Es más --y esto es inconfesable públicamente--, los dirigentes huidos a Bélgica lamentan que sus compañeros tuvieran que dar en el juicio una versión edulcorada del 1-O y la DUI y redactar determinados artículos en medios de comunicación poco antes de lograr el indulto por parte del Gobierno. Las divergencias entre dirigentes sobre lo sucedido en octubre de 2017 persisten. Y son profundas.

A nivel personal, todos los de Bélgica citan el nombre del abogado Gonzalo Boye, quien, junto a Jaume Asens, les aconsejó la salida de España. El letrado lleva redactados una serie de informes internos bajo el título 'Dominó' en lo que es una metáfora de la caída de las fichas favorables en la batalla jurídico-política frente al Estado. Ha redactado ya 14.

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