Sesión parlamentaria

Aragonès avisa a Junts de que la negociación de los presupuestos se ciñe a la CUP

El 'president' saca de la ecuación al PSC e, incluso, a los 'comuns', pero advierte a los anticapitalistas de que no irá más allá del pacto de investidura

Pere Aragonès en el Parlament

Pere Aragonès en el Parlament / EFE / ENRIC FONTCUBERTA

Xabi Barrena

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“Plantear un plan B es provocar que falle el plan A. Y el plan A no tiene por qué fallar”. Son palabras de uno de los ‘jefes’ de ERC a cuenta de la voluntad de Junts de recurrir al apoyo del PSC si fallan las negociaciones para los presupuestos de la Generalitat con la CUP. La apuesta de ERC y de Pere Aragonès pasa única y exclusivamente por la CUP. O lo que es lo mismo, por la mayoría del 52% independentista que logró el secesionismo en las elecciones del 14-F. Y este miércoles, en un mensaje que tenía varios destinatarios, entre elolos, Junts, el ‘president’ volvió a dejarlo claro en una sola frase: “La prioridad es consolidar el programa de  la investidura”.

Una manera como otra de descartar al PSC, puesto que, como recordó Aragonès, ese programa de investidura, pactado con la CUP y Junts, incluye en uno de sus cuatro ejes, la resolución del conflicto político mediante la amnistía y la autodeterminación. Conceptos ambos muy alejados, ahora, de la hoja de ruta del PSC. Huelga decir que Salvador Illa reiteró por enésima vez su ofrecimiento a pactar los presupuestos.

Deja también fuera a los ‘comuns’. Y que Aragonès se expresara sobre el pacto de investidura, precisamente, en respuesta a Jèssica Albiach, es revelador. Se había ofrecido antes la líder de los ‘comuns’ en el Parlament poco menos que a echar una mano en el tema de las cuentas. “Propongo”, dijo Albiach, “que nos comprometamos todos los aquí presentes a que haya presupuestos en todas partes, en Catalunya, en el Estado y hasta en el último municipio de Catalunya”. Y se lo dijo al coordinador del partido que ha permitido un mandato plácido a Ada Colau, gracias a la aprobación de sus presupuestos, ha aprobado unas cuentas al Gobierno bipartito de la Moncloa y lleva camino de las segundas.

Aragonès, con resquemor

La respuesta de Aragonès, como bien dijo después Albiach, sonó un poco a resentimiento. Una especie de  ‘yo les ofrecí pactar en mi investidura, dijeron que no, ahora es demasiado tarde’. Y el colofón fue reafirmarse en esa mayoría del 52%.

Y el último destinatario del mensaje de Aragonès , tras Junts, el PSC y los ‘comuns’, fue la CUP. Priorizar la consolidación del programa (o pacto) de investidura significa que los republicanos no se van a alejar ni un ápice de los puntos que incluía ese acuerdo.

Y es que este es uno de los caballos de batalla de la negociación entre el bipartito y los anticapitalistas, al pretender estos ir más allá de lo estrictamente firmado cara a la investidura. Algo que Aragonès evita por cuanto es sabedor que más se amplía el círculo, más fácil es que aparezcan choques ideológicos. Por ejemplo, a cuenta de lo que se conoce como 'grandes proyectos, como el Hard rock Café del Camp de Tarragona, o lo JJOO de invierno.

Y esas discrepancias estratégicas entre el ERC y la CUP quedaron de nuevo en evidencia en la sesión parlamentaria. No sobre asuntos abordables en una negociación presupuestaria, sino más allá. Por ejemplo, por el papel de los republicanos en Madrid. Así, Dolors Sabater consideró una “tomadura de pelo” que Esquerra ande negociando los Prespuestos Generales del Estado y enumeró una larga serie de no-logros, es decir, de cuestiones aun pendientes, como “la gestión del ingreso mínimo vital; el traspaso de Rodalies; los fondos Next Generation y la gestión del Consorci de la Zona Franca”. Todo ello antes de arremeter contra la niña de los ojos de Aragonès en concreto y de ERC en general, la mesa de diálogo.