Siguen las tensiones entre los socios de la coalición

Díaz exige que Sánchez aclare su posición sobre la reforma laboral antes de cerrar la crisis

El PSOE quería finiquitar ya la pugna ofreciendo a la titular de Trabajo liderazgo en las negociaciones pero con la 'tutela' de los ministerios implicados

Unidas Podemos aguanta el pulso y mantiene la convocatoria de la mesa del diálogo social este miércoles sin representantes socialistas

Las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, durante la sesión de control al Gobierno del pasado 13 de octubre de 2021 en el Congreso.

Las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, durante la sesión de control al Gobierno del pasado 13 de octubre de 2021 en el Congreso. / DAVID CASTRO

Irene Savio
Miguel Ángel Rodríguez
Juanma Romero
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La crisis entre los socios continúa abierta. Sin un indicativo de cuándo podrá zanjarse definitivamente. Ni cómo. PSOE y Unidas Podemos siguen perdidos en su laberinto, cruzándose reproches y disputándose uno de los estandartes, quizá, de esta legislatura: la reforma laboral. Los socialistas pretendían amansar el conflicto reconociendo el liderazgo de Yolanda Díaz en la mesa del diálogo social, aunque dejando claro a la vez que en ella se tienen que sentar representantes de los otros ministerios concernidos y encabezados por ellos. Pero la vicepresidenta segunda aguanta el pulso: rechaza que haya cuestiones "metodológicas" a debate y quiere primero aclarar hasta dónde está dispuesto a llegar el socio mayoritario de la coalición. O sea, los "contenidos" por delante. En el equipo del presidente, Pedro Sánchez, acusan a la titular de Trabajo de "abrir ella sola otro frente" cuando ya se había "resuelto" el escollo del liderazgo, y subrayan que es ella la que tiene "difícil explicar" por qué quiere quedarse "en exclusiva" una ley que, como todas, ha de ser compartida por "todo el Gobierno".

Los roces, las tensiones, pues, no se suavizan, y se aproximan citas claves para Sánchez en su agenda: la cumbre hispano-lusa de este jueves en Trujillo (Cáceres), la reunión del G-20 este fin de semana en Roma, la COP26 del lunes de Glasgow (Reino Unido). En la mochila le pesará el incendio que no se apaga dentro de su propio Gabinete.

Porque este martes, en la práctica, no sirvió para pasar página. Tras el fracaso de la mesa de seguimiento de los acuerdos de la coalición del lunes por la noche, las dos delegaciones, parcialmente, se reunieron a primera hora del día, en los minutos previos a la reunión ordinaria del Ejecutivo. Los ministros Félix Bolaños y María Jesús Montero, por la parte socialista, y Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero, por los morados. Después, Díaz envió un escrito a los departamentos del Gobierno para hablar "específicamente" de los contenidos de la reforma laboral. La cumbre de la víspera, aducían desde Unidas Podemos, no sirvió para "aclarar" el alcance de una medida troncal, fue un "frontón", según su lectura, porque el PSOE puso el acento en la mesa del diálogo social, en que como socio mayoritario tiene que "participar" de las negociaciones con empresarios y sindicatos.

Antes del Consejo de Ministros, se reunieron de nuevo Bolaños, Montero, Díaz, Belarra y la titular de Igualdad. Después, la líder de UP pidió por escrito debatir de "contenidos"

"He instado un debate en el seno del Gobierno para delimitar el contenido de la reforma laboral. Pensaba que este debate estaba cerrado, porque ya lo tuvimos antes de diciembre de 2020, antes de remitir el componente 23 [del plan de recuperación] a la Comisión Europea", protestaba Díaz desde Roma por la tarde, tras reunirse con su homólogo italiano, Andrea Orlando. "Estamos debatiendo en el seno del Gobierno y todavía no hemos alcanzado un acuerdo, pero me gustaría señalarles que el debate que existe en el seno del Gobierno no es sobre metodología", es de "contenidos", insistió. "A la ciudadanía no le importa la metodología —continuó—, le interesa saber si vamos a acabar con la precariedad laboral, la política de devaluación salarial que ha impuesto la reforma del PP, si los jóvenes van a trabajar en condiciones dignas, si el convenio de empresa va a dejar de ser el preferente".

"Máximo consenso"

La vicepresidenta segunda reafirmó su compromiso con la coalición, garantizó que no habrá ruptura y que la reforma laboral estará lista el 31 de diciembre, como exige Bruselas. Pero con sus palabras, y lo que trasladaba su equipo, evidenciaba que no cederá en ese punto. "No hay debate sobre los contenidos, ese frente lo ha abierto ella", replicaban desde la Moncloa. Los socialistas, y este miércoles lo reiteró la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, subrayan que "todo" el Ejecutivo está comprometido con la "modernización" de la legislación del mercado de trabajo, que ahí no hay dudas.

"No hay debate sobre los contenidos, ese frente lo ha abierto ella", replicaban desde la Moncloa tras escuchar a Díaz en Roma

Los morados contestan que sí las hay, porque cuando la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, con la autorización de Sánchez, intentó arrogarse la dirección de las negociación con empresarios y sindicatos, se debía a que el PSOE quiere "controlar los contenidos". O sea, recortar el alcance de la reforma laboral. El ala socialista reconoce que no se llegará tan lejos como quiere Unidas Podemos, pero porque en la ecuación hay que incluir a la patronal (y no solo a las centrales) a fin de que la UE bendiga la norma. Pero remacha que el compromiso es intocable, que es una "reforma profunda, estructural" que quiere lanzar con el "máximo consenso".

Tanto Rodríguez como Calviño recalcaron este martes en que no hay "ningún tipo de inconveniente" en que Trabajo "lidere y represente" al Gobierno en la mesa de diálogo social, pero añadieron que han de estar representantes de otros ministerios (Economía, Educación, Inclusión, Hacienda) pilotados por el PSOE. "No se entendería" lo contrario, advirtió Rodríguez. Para la vicepresidenta primera, no hay discusión sobre la "sustancia", sino solo sobre el "método" ahora que se enfila la fase "decisiva" de las negociaciones. Y es que queda apenas poco más de un mes para que el texto se elabore y se remita a las Cortes para su aprobación.

"Antes, durante y después"

La Moncloa quiere que se reproduzca lo ocurrido con otras leyes (vivienda, Presupuestos...), negociadas entre los dos socios. Es decir, que la posición del Gobierno sea conformada "antes, durante y después de la mesa" entre PSOE y UP, indicaban en el equipo de Sánchez. Pero los morados quieren hablar primero de "contenidos".

La vicepresidenta subraya que no hay debate sobre el "método". En la Moncloa apuntan que Díaz tiene "difícil justificar" ahora que veta a ministerios en la mesa

Y vuelta a empezar. "El viernes, y durante todo el fin de semana, ellos se centraron en que no querían que Nadia coordinara los trabajos y hablaban de injerencia. Parecía que el tema era de extrema gravedad y por eso pidieron la convocatoria de la mesa de seguimiento —reprochan con malestar desde el equipo de Sánchez—. Y ahora que se ha aclarado y resuelto que el liderazgo en la mesa es de Trabajo, no se admite la participación de los ministerios implicados, cuando es de sentido común. Es Yolanda quien tiene ahora difícil explicar y justificar por qué impide que estén. Por nosotros, este tema estaría cerrado, pero tendrán que decir por qué acaparan para sí esta cuestión que es de todo el Gobierno. El presidente y Calviño, y también la portavoz, ya han dicho que no hay problema de contenidos".

Al PSOE le molesta cada vez más la estrategia mediática de sus compañeros de Gabinete. Lo dijo la vicesecretaria general, Adriana Lastra, este martes en 'Hora 25' (SER): "Me sorprende que cada vez que hay una buena noticia, siempre de repente surge el ruido. Y surge del mismo lado". De UP. Porque el PSOE, completó, está "siempre en las soluciones".

Por lo pronto, este miércoles se reanudan las conversaciones que llevan funcionando desde el 17 de marzo, entre Trabajo y patronal y sindicatos. No está prevista por ahora la presencia de ningún representante socialista. El diálogo con CEOE y Cepyme, y CCOO y UGT, pues, lo pilotarán el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, mano derecha de Díaz, y la directora general de Trabajo, Verónica Martínez. El pulso sigue vivo. Ninguno de los socios imagina una ruptura, en absoluto, pero tampoco llega el fin de la mayor crisis sufrida hasta ahora por la coalición.