Encuentro determinante para el futuro de la coalición

PSOE y Podemos fracasan en su intento de zanjar su crisis por la reforma laboral

Los socios se reúnen durante casi dos horas. Una cita "constructiva, en buen tono", pero sin avances. Las partes se "emplazan a seguir hablando"

UP insiste en que el PSOE no concreta el "contenido" de la reforma. Para los socialistas, "todo giró en torno a la mesa", en si tiene que estar Economía

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, a su llegada a la clausura del seminario 'Monitoring the recovery: beyond GDP', este 25 de octubre de 2021, en Madrid.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, a su llegada a la clausura del seminario 'Monitoring the recovery: beyond GDP', este 25 de octubre de 2021, en Madrid. / EFE / MARISCAL

Miguel Ángel Rodríguez
Juanma Romero
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Yolanda Díaz reconocía este lunes que la coalición atraviesa un momento “complicado”. Y es verdad. Los baches que los dos socios han tenido que superar en estos casi dos años de convivencia han sido incontables, pero ambos han llegado a la trinchera clave y casi definitiva para el futuro del Ejecutivo: la reforma laboral. Este lunes, tras una reunión programada para la pacificación, PSOE y Unidas Podemos ni siquiera pudieron salvar la barrera. La cita, de una hora y 40 minutos de duración, acabó sin acuerdo y con el emplazamiento de ambos a "seguir hablando", sin concretar cuándo se verán las caras de nuevo. El escollo principal es tanto la presencia de Economía en la negociación con patronal y sindicatos como el "contenido" mismo de la reforma.

Los cuatro negociadores socialistas —capitaneados por los ministros de la Presidencia y de Hacienda, Félix Bolaños y María Jesús Montero, y la dos del partido, Adriana Lastra— y los seis de UP —encabezados por las titulares de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero— se encontraron en la zona de Gobierno del Congreso. Esta mesa de seguimiento de los acuerdos de la coalición era su cita tal vez más determinante desde que arrancó, en enero de 2020, su andadura conjunta. Por la acumulación de conflictos y por la importancia de lo que estaba en juego. El control del desmantelamiento de la reforma del PP, que ha de estar aprobado, así lo exige la UE, antes de fin de año.

Tras el cara a cara, socialistas y Unidas Podemos lanzaron dos brevísimos comunicados. Similares, pero no idénticos. Los primeros recordaron quiénes eran los componentes de su delegación, señalaron que la reunión fue "constructiva, con buen tono" y que se emplazaron a "seguir hablando". Los morados no hacían referencia al clima de trabajo. "Será necesario seguir negociando dado que por el momento no hay un consenso sobre la reforma laboral", indicaron en su nota.

"No nos dicen qué quieren hacer con la reforma laboral. No se ha abordado la reunión en términos de si tiene o no que estar Economía", señalan desde el entorno de Díaz

Que la cita se cerrara sin acuerdo era muy sintomático de lo profundo de las diferencias entre los dos socios. Y que costará remontar esta crisis. Ni siquiera se pudieron acercar posturas en la metodología. Esto es: si finalmente Economía (o sea, Nadia Calviño) estará en la mesa con los agentes sociales, que el presidente exige y a lo que Díaz se opone. "Para nosotros, lo importante es el qué, no el quién. No nos dicen qué quieren hacer con la reforma laboral. No se ha abordado la reunión en términos de si tiene o no que estar Economía", explicaban a este diario fuentes próximas a la vicepresidenta segunda. "Queremos que el Gobierno funcione como ha funcionado. Y no queremos caminos que nos conduzcan a una no reforma" del mercado de trabajo, indicaba otro miembro del entorno de Díaz.

Según resumían fuentes de Ferraz, "todo giró en torno a la mesa". En plata, que la discusión orbitó en torno a si ha de estar o no Economía y el resto de ministerios concernidos por una medida troncal en la legislatura y de alto voltaje para los socios. El PSOE quiere "participar" de las conversaciones con empresarios y centrales. "Para nosotros, lo clave es que nos digan qué posición van a defender, y no lo dijeron, y eso no es serio", se quejaban de vuelta en UP, donde reconocían que es positivo mantener reuniones (en ese sentido, veían "constructivo" el encuentro de este lunes), pero echaban en falta "avances" sobre una materia sobre la que ya han dialogado "mucho" con el PSOE. "Como se descuiden", observaba otra fuente morada, "se encuentran una crisis de gobierno de verdad por la vía de los hechos. Y el diálogo social por los aires". Ahí está la clave: si las dos partes no zanjan pronto su crisis, la fractura podrá crecer y arriesgar la estabilidad del Gabinete. Los dos partidos son conscientes de que su fragilidad hace indeseable un adelanto electoral en el que podría triunfar la derecha. Ese es su mejor pegamento.

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, a su llegada a la reunión de la mesa de seguimiento de los acuerdos de coalición, este 25 de octubre de 2021 en el Congreso.

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, a su llegada a la reunión de la mesa de seguimiento de los acuerdos de coalición, este 25 de octubre de 2021 en el Congreso. / EFE / RODRIGO JIMÉNEZ

"Que se aclaren"

La de este lunes fue la quinta cumbre entre los socios (al menos pública): las dos primeras, en febrero y marzo de 2020, ventilaron las discrepancias a cuenta de la ley del sí es sí; la tercera, el 16 de julio del año pasado, les sirvió para relanzar su agenda de Gobierno tras la primera ola del covid, y la última, el 27 de enero de 2021, se celebró en plena tormenta por el impulso del PSOE a la ‘ley Zerolo’ y que sirvió como resumen de todas las tensiones vividas en el primer año de vida de la coalición. 

Sánchez replica a la líder de UP que “todo el Gobierno” está comprometido con la “modernización de la legislación laboral”

Antes de la reunión de la tarde, las dos partes habían remachado sus posiciones. De forma diáfana. La primera fue Yolanda Díaz en un acto sobre la España 2050 en Santiago. El debate, dijo, no va de “quién lidera” la negociación —algo que, no obstante, sí interesa y mucho a los morados—, sino de qué se va a hacer con la legislación del mercado de trabajo. 

Es decir, que el problema es “de contenidos y no de personas”. La vicepresidenta segunda acusó a los socialistas de querer mantener “el statu quo” en materia laboral y les pidió que “se aclaren”. En otras palabras, les emplazaba a decir si están dispuestos o no a derogar la norma del PP. Poco más tarde, en La Sexta, incidía en el reproche: “Parece que hay una parte del Gobierno que no quiere cumplir con los contenidos. Isa Serra, coportavoz de Podemos, fue aún más dura y explícita que Díaz: “No vamos a permitir que Calviño haga una reforma laboral al servicio y a la medida de la patronal”. 

Pero el PSOE, que ha dado vueltas y vueltas sobre este asunto durante años y años, quiere rehuir ese término, “derogación”, que consideran maldito, aunque los dirigentes lo usen en mítines (ante su parroquia). El nuevo portavoz de la dirección, Felipe Sicilia, apuntó que a los que “se empeñan en la terminología”, el partido les dice que pretende “un nuevo marco” de relaciones laborales. 

Mesa supraministerial

Eso es lo que reiteró Pedro Sánchez muy pocos minutos después, en la clausura del foro ‘Seguimiento de la recuperación: más allá del PIB’, en la sede del Ministerio de Asuntos Económicos, junto a Nadia Calviño y al comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni. El presidente corrigió a Díaz y remarcó que “todo el Gobierno” está comprometido con la “modernización de la legislación laboral”, y en hacerlo con consenso y con diálogo. La vicepresidenta primera, muy reforzada de nuevo por Sánchez, insistió en que la posición del Ejecutivo es unánime, en que el líder ha sido “tremendamente claro” y en que no cabe “ninguna consideración individual o personal”. 

Casado se compomete a llegar “hasta el final en las instituciones europeas para que la reforma laboral” que aprobó Rajoy en 2012 “se mantenga"

Calviño subrayó la importancia de que la visión de los ministerios más implicados en esta reforma (Trabajo, Economía, Educación, Inclusión y Hacienda) esté representada en la posición del Gobierno. Y recordó que existe una mesa del diálogo social para el plan de recuperación que está por encima del resto de mesas que piloten los departamentos y que está encabezada por Sánchez o, en su ausencia, por ella misma. Mesa que tiene el fin de articular y cohesionar todas las reformas e inversiones incluidas en el plan de recuperación del Ejecutivo. 

Sánchez se había visto antes con la ejecutiva del PSOE y, según fuentes de Ferraz, replicó la misma argumentación de estos últimos días: que la regulación laboral es clave y debe hacerse de manera colaborativa entre los dos socios, igual que ha ocurrido con otras leyes importantes, como vivienda o los Presupuestos, y por tanto en ella tiene que estar el PSOE.

Desde fuera, el PP aprovechó la crisis en el Ejecutivo para lanzar su advertencia: Pablo Casado prometió llegar “hasta el final en las instituciones europeas para que la reforma laboral” que aprobó Mariano Rajoy en 2012 “se mantenga”. “Es absolutamente esencial”, dijo en la 24 edición del congreso de la empresa familiar, inaugurado por el Rey en Pamplona.

La cita en la Cámara baja de este lunes entre los socios venía caliente también por la cuestión que se ha cruzado en el debate en estos días de fuerte tormenta: la retirada del escaño de Alberto Rodríguez. La marejada parecía haberse pausado durante el fin de semana, tras el abandono de Unidas Podemos del diputado canario y la promesa de los morados de que no habrá querella contra Meritxell Batet. Sin embargo, Podemos elevó la tensión de nuevo al reclamar la dimisión de la presidenta del Congreso. Por "dignidad". El PSOE evitó subir el tono aunque mostró su respaldo "absoluto" a Batet y Díaz exigió a los suyos que dejaran de hacer "ruido". Pero con ese obús contra la tercera autoridad del Estado (respaldada por cierto por el jefe de los letrados de la Cámara) era difícil no oír tronar la tempestad.

Alineación cuatro a seis para resolver las discrepancias

El PSOE ya tenía decidida desde el viernes su delegación para la mesa de seguimiento de los acuerdos de coalición. Lo anunció la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, en su visita al congreso de la federación extremeña: la nueva alineación la formarían los ministros de la Presidencia y Hacienda, Félix Bolaños y María Jesús Montero; el portavoz parlamentario, Héctor Gómez, y ella misma. Gómez es la incorporación a la mesa, porque los otros tres integrantes sí participaron en al menos dos de las reuniones bipartitas (celebradas en febrero, marzo y julio de 2020 y enero de 2021). Bolaños y Lastra, puntales de Pedro Sánchez en el Gobierno y en el partido, antes y después de la remodelación ministerial y del congreso federal del PSOE, se han sentado en todas las bilaterales con los morados.

La delegación de UP la conformaron las titulares de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra (también secretaria general de Podemos) e Irene Montero; dos responsables del equipo directo de Yolanda Díaz (su director de Gabinete, Josep Vendrell, y su secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey); más el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, y el secretario de Estado para la Agenda 2030 y líder del PCE, Enrique Santiago.